Así dice el Señor: 
"Aquel día, levantaré la tienda caída de David, taparé sus brechas, levantaré sus ruinas como en otros tiempos. 
Para que posean las primicias de Edom, y de todas las naciones, donde se invocó mi nombre. -Oráculo del Señor-. 
Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que el que ara sigue de cerca al segador; el que pisa las uvas, al sembrador; los montes manarán vino, y fluirán los collados. 
Haré volver los cautivos de Israel, edificarán ciudades destruidas y las habitarán, plantarán viñas y beberán de su vino, cultivarán huertos y comerán de sus frutos. 
Los plantaré en su campo, y no serán arrancados del campo que yo les di, dice el Señor, tu Dios." 
En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: 
¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?" 
Jesús les dijo: 
¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? 
Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor. 
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan." 
Palabra del Señor.



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