miércoles, 31 de diciembre de 2008

Lecturas del 31 de Diciembre, Miércoles, Octava de Navidad



PRIMERA LECTURA (Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 18-21)

Hijos míos, es el momento final. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es el momento final. Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros. En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis. Os he escrito, no porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira viene de la verdad.


EVANGELIO (Comienzo del santo evangelio según san Juan 1, 1-18)

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: - «Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."» Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Palabra del Señor

Momento, musical para reflexionar

martes, 30 de diciembre de 2008

Lecturas del 30 de Diciembre, Martes Octava de Navidad


PRIMERA LECTURA (Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2,12-17)

Os escribo, hijos míos, que se os han perdonado vuestros pecados por su nombre. Os escribo, padres, que ya conocéis al que existía desde el principio. Os escribo, jóvenes, que ya habéis vencido al Maligno. Os repito, hijos, que ya conocéis al Padre. Os repito, padres, que ya conocéis al que existía desde el principio. Os repito, jóvenes, que sois fuertes y que la palabra de Dios permanece en vosotros, y que ya habéis vencido al Maligno. No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no está en él el amor del Padre. Porque lo que hay en el mundo -las pasiones de la carne, y la codicia de los ojos, y la arrogancia del dinero-, eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa, con sus pasiones. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.


EVANGELIO (Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 36-40)

En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

Palabra del Señor.


lunes, 29 de diciembre de 2008

Lecturas del 29 de Diciembre, Lunes Octava de Navidad



PRIMERA LECTURA (Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 3-11)

Queridos hermanos: En esto sabemos que conocemos a Jesús: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo le conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. Quien dice que permanece en él debe vivir como vivió él. Queridos, no os escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que tenéis desde el principio. Este mandamiento antiguo es la palabra que habéis escuchado. Y, sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo -lo cual es verdadero en él y en vosotros-, pues las tinieblas pasan, y la luz verdadera brilla ya. Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano está aún en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.


EVANGELIO (Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 22-35)

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, corno dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.» Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María su madre: - «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»

Palabra del Señor


domingo, 28 de diciembre de 2008

Lecturas del 28 Domingo, Octava de Navidad. LA SAGRADA FAMILIA


PRIMERA LECTURA (Lectura del libro del Eclesiástico 3, 2-6. 12-14)

Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.

SEGUNDA LECTURA (Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3,12-21)


Hermanos: Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.

EVANGELIO (Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 22-40)

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentado al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» . Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: - «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.» Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: - «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. y a ti, una espada te traspasará el alma.» Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

Palabra del Señor.



sábado, 27 de diciembre de 2008

lecturas del 27 de Diciembre, Sabado- Octava de Navidad son:

PRIMERA LECTURA (Comienzo de la primera carta del apóstol san Juan 1, 1-4)

Queridos hermanos: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su ¡Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.


EVANGELIO (Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 2-8)

El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: -«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. » Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Palabra del Señor.


viernes, 26 de diciembre de 2008

En el nombre de JESÚS

Interesante articulo leido en el ABC (Madrid ESPAÑA) de hoy día 26, que por su interes y su razonamiento inserto aquí.

CARLOS HERRERA Viernes, 26-12-08

Hoy celebra buena parte de la humanidad el nacimiento de una de sus figuras centrales. Probablemente la más transcendente, la más determinante, a la par que la que menos constancia documental dejó de su presencia entre los mortales. Jesús de Nazareth divide nada menos que el tiempo: antes de su paso por el mundo, después de su paso por el mundo; es hoy, en la información electrónica de la Red, el nombre más citado; se celebran cada día millones de ceremonias religiosas en el planeta invocando su nombre; su representación antropológica, su rostro barbudo, viril, atractivo, está presente en cada rincón de la Tierra; sus seguidores se cuentan por miles de millones.

¿Qué milagro ha producido en el imaginario de la humanidad el paso por la vida de un hombre que vivió hace dos mil años?

Jesús es Dios para los cristianos e, incluso, profeta respetable para los no cristianos. Su mensaje de amor, de piedad, de perdón ha cambiado a los hombres y ha hecho de éstos seres indudablemente mejores. Incluso para los más negacionistas, los más ateos -si es que se puede ser «un poco» ateo-, su figura no es intranscendente ni está falta de interés. ¿Recordamos a Jesús como Él quiso que le recordáramos y le adoráramos o somos nosotros quienes hemos modelado los perfiles del Hijo de Dios a nuestra conveniencia? ¿Existimos porque quiso Dios hacernos a su imagen y semejanza o también podemos afirmar sin temor a caer en herejía que Dios existe porque nosotros queremos que exista?

De haberse tratado de una simple bola de nieve que ha ido creciendo a lo largo de los siglos merced a las supersticiones del ser humano habrá que convenir que el tal Jesús ha sido protagonista de una carambola histórica absolutamente inaudita; tanta que causaría su sorpresa más estupefaciente si pudiera levantar la cabeza y ver en qué se ha convertido su peregrinar por su Judea natal predicando la palabra de Dios. Para aquellos que quieren ver la vida desde empirismos históricos desposeídos del baño de la Fe, todo ha sido una concatenación de casualidades increíbles y una manipulación histórica de la Iglesia para labrarse la influencia más decisiva entre los hombres. Afirman que la única constancia de su paso por entre los mortales se reduce a cuatro testimonios de otros tantos seguidores que no tuvieron transcendencia hasta pasados cuatro siglos de su muerte, configurando ése el núcleo central de una apuesta por la interpretación histórica tan respetable como minoritaria.

Es evidente que se trata de una reflexión incompleta, más allá de los dogmas, más allá de las estampidas de la Fe que se han sucedido desde entonces. De ser así habría que considerar a quienes han trazado el mensaje nuclear de su doctrina como unos auténticos visionarios capaces de cambiar el mundo por sí solos con el único poder de su voluntad. ¡Qué grandes guionistas e ideólogos hubo entonces -en un planeta en el que todos se desconocían- encerrados en una habitación preparando la columna vertebral de una doctrina absolutamente imbatible a través de los siglos!

Hoy, en Navidad, la fecha en que los hombres, la Iglesia -esta vez sí- dispuso celebrar el nacimiento de su piedra angular, conviene acercarse a los preceptos básicos de su doctrina, la que ha convertido el mundo en un lugar más habitable. Hacerlo sin miedo ni prejuicios, con todas las dudas razonables, con todas las preguntas abiertas, puede convertirse en un ejercicio interesante en el ámbito material y también en el espiritual.

No en vano estamos hablando de un hombre que tan sólo vivió treinta y tres años, de los cuales pasó treinta encerrado en sus cosas, sin que hayan transcendido más detalles que los de una vida discreta y común dedicada a su familia y a un negocio familiar de maderas. De un hombre que salió a las calles a llevar su mensaje de calma y amor en un tiempo de iras, que jamás escribió un libro, abrió una oficina o lideró una empresa de éxito. De un hombre que fue traicionado por los suyos, hecho preso, torturado y muerto en una cruz entre un par de simples ladrones. De un hombre, como escuché decir años atrás y reproduje en palabras de pregón, que al cabo de dos mil años ha visto cómo ni uno sólo de los reyes que han reinado, de los ejércitos que han desfilado o de las civilizaciones que se han erigido en referencia ha tenido más poder, más transcendencia en la existencia de los hombres que su simple palabra. Que la de un sencillo hombre solitario por cuyo nombre invoco hoy mi más sincera oración.

Lecturas de hoy 26 de Diciembre, Viernes- Octava de Navidad

PRIMERA LECTURA (Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 8-10; 7, 54-60)

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: _«Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.» Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: -«Señor Jesús, recibe mi espíritu.» Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: -«Señor, no les tengas en cuenta este pecado.» Y, con estas palabras, expiró.

EVANGELIO (Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 17-22)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: -«No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará.»

Palabra del Señor.


jueves, 25 de diciembre de 2008

Las lecturas de hoy, DIA 25 de Diciembre 2008 Jueves. “LA NATIVIDAD DEL SEÑOR”

“LA NATIVIDAD DEL SEÑOR”



PRIMERA LECTURA (Lectura del libro de Isaías 52, 7-10)

¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena Nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: «Tu Dios es rey»! Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sión. Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el Señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén; el Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.

SEGUNDA LECTURA (Lectura de la carta a los Hebreos 1, 1-6)

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo. Él es reflejo. de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado. Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado», o: «Yo seré para él un padre, y el será para mi un hijo»? Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: «Adórenlo todos los ángeles de Dios.»

EVANGELIO (Lectura del santo evangelio según san Juan 1. 1-18)

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra habla vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, ,que alumbra a todo hombre. Al inundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."» Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Palabra del Señor.




La mesa de Nochebuena... y su significado

Buenos días y FELIZ NATIVIDAD de NUESTRO SEÑOR:

Quiero desde estas líneas de mi blog, hacer un pequeño homenaje a una persona que no tengo el gusto de conocer, compañera del foro LDTV, que aun sin conocerla logra que la queramos por su enorme sensibilidad y amor a su prójimo.

No le he pedido permiso para insertar aquí su escrito, pero también se que no le importara, porque sus palabras son palabras de DIOS vivo, y hay que difundirlas a los cuatro vientos, es el viento fresco que inunda nuestros corazones, ojala todos nosotros siguiéramos su ejemplo, y cada mañana ventiláramos y aireáramos nuestro corazón.

Me la imagino igual a la persona de la foto, que inserto.

PRECIOSA CARTA A TODA LA HUMANIDAD

Yo os deseo que paséis una noche especialmente serena, de esas en las que uno cena con los suyos y luego una buena tertulia, sus risas, sus abrazos, su cercanía... lo que es cenar en familia, vamos. Sin más. Sin menos.

Que si hay diferencias, sepamos posponerlas, si no resolverlas.

Que nos demos cuenta de lo mucho, lo mucho que tenemos, y de lo que hay quien carece. Y no me refiero a lo que se coloca en el centro de una mesa, si no de lo que se sienta alrededor. Porque la Navidad, somos y la hacemos las personas, no los manjares ni los adornos...

Que tomemos veinte segundos de esta noche, entre la vorágine de platos, de copas, de dulces, de cavas... y miremos a la cara a todos y cada uno de los que nos acompañan. Un padre, un hermano, una pareja, un hijo, un abuelo, un nieto... y recordemos que hay quien no los tiene, porque los ha perdido para siempre, o porque no ha podido reunirse con ellos, y está solo en esas precisas horas...

Poder darles un beso en la cara, decirles una palabra de ternura, acariciar su mano, y desaprovechar la ocasión, es despreciar un lujo que no todos tienen.

Decidles cuánto los queréis, cuánto los necesitáis, y lo orgullosos que estáis de compartir esta cena en su compañía. Es la mayor de las felicidades, que sólo valoramos cuando la perdemos. Hagámos que la Navidad recobre un poco de sentido. ¡Es tan sencillo...! Está dentro. En nuestras manos. No las escondamos...

Que el año que viene sea venturoso, dependerá mucho de nosotros, de cómo percibimos las cosas. Si miramos hacia atrás y no estamos satisfechos, quizá sea el momento, aprovechando que comienza el año, de cambiar lo que esté a nuestro alcance, que es mucho, para que dentro de 365 días nos sintamos mejor. Es la mejor de las venturas. La que uno mismo se trabaja. Lo demás, son sólo circunstancias.

Si alguien lee esto, y es capaz de vencer un miedo, una vergüenza, un rencor, un silencio, un orgullo... está haciendo Navidad.

Un beso enorme a todos...

AMEN

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Lecturas del 24 de Diciembre, Miercoles de la 4ª Semana de Adviento


PRIMERA LECTURA (Samuel 7, 1-5. 8b- 12. l4a. 16)


Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: - «Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.» Natán respondió al rey: - «Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.» Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: -«Ve y dile a mi siervo David: "Esto dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastia. Y cuando tus dias se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mi hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre."»

EVANGELIO (Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 67-79)

En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en la sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. »

Palabra del Señor.

OS DESEO UNA NOCHE LLENA DE ALEGRIA, Y QUE EL NIÑO QUE HOY NOS NACE A TODA LA HUMANIDAD, LLENE VUESTROS CORAZONES DE FELICIDAD, AMOR Y PAZ.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!!!!!!!!


martes, 23 de diciembre de 2008

Hermoso Nacimiento

Igual que he puesto el nocimiento en mi casa, quiero ponerlo tambien en mi blog, el que inserto es un HERMOSISIMO NACIMIENTO que fué instalado en su momento en Murcia.









Lecturas del 23 de Diciembre, Martes 4ª Semana de Adviento


PRIMERA LECTURA (Lectura de la profecía de Malaquías 3, 1-4. 23-24)

Así dice el Señor: «Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar - dice el Señor de los ejércitos-. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos. Mirad: os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible. Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la tierra.»

EVANGELIO (Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,57-66)

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: - «¡No! Se va a llamar Juan.» Le replicaron: -«Ninguno de tus parientes se llama así.» Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: - «¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él.

Palabra del Señor.


lunes, 22 de diciembre de 2008

"SANTORAL" de hoy día 22 de Diciembre

Santos: Queremón, Hunguero, obispos; Demetrio, Honorato, Floro, Flaviano, Isquirión, Zenón, mártires; Adam, Ultán, confesores; Francisca Javier Cabrini, fundadora.


Santa Francisca Javier Cabrini(1850-1917)
Patrona de los Emigrantes y Fundadora de las Misioneras del Sagrado Corazón

"No olvidemos que seguimos al Buen Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, que es manso y humilde de corazón. Jamás echemos una cucharada de amargura en la vida de los demás. No seamos duras ni bruscas con nadie. Que los que nos traten se vayan siempre contentos de haber sido tratados amablemente por nosotras".



SU VIDA

La Madre Cabrini fué la menor de una familia de trece hijos. Nació cerca de Pavia, Italia, en el año 1850.
Una de sus hermanas mayores era maestra de escuela y la formó en la estricta disciplina, lo cual le fue muy útil después para toda su vida.
Desde muy pequeña al oír leer en su familia la Revista de Misiones, adquirió un gran deseo de ser misionera. A sus muñecas las vestía de religiosas, y fabricaba barquitos de papel y los echaba a las corrientes de agua y les decía: "Por favor, vayan a países de misiones a llevar ayudas". Para apagarle un poquito su gran deseo de irse de misionera le dijeron que en tierras de misiones no había dulces ni caramelos, entonces empezó a privarse de los caramelos que le regalaban, para irse acostumbrando a no comer dulces.
A los 18 años obtuvo el grado de profesora. Quiso entrar de religiosa en una comunidad pero no la aceptaron porque era de constitución muy débil y de poca salud. Pidió entrar a otra comunidad y tampoco la aceptaron por las mismas razones. Entonces se fue de maestra a una escuela que dirigía un santo sacerdote, el Padre Serrati.
Y aquél sacerdote se dio cuenta muy pronto de que la nueva maestra de su escuela tenía unas cualidades muy especiales para hacerse querer del alumnado y lograr que sus discípulas se volvieran mejores. Y la recomendó para que fuera a dirigir un orfanato llamado de la Divina Providencia, el cual estaba a punto de fracasar por no tener personas bien capaces que lo dirigieran. Al Sr. Obispo le pareció que era una excelente directora y hasta le aconsejó que tratara de fundar una comunidad de religiosas para que le ayudaran en el apostolado.

El Sr. Obispo le dijo un día: "Me dice que su gran deseo ha sido siempre ser misionera. Pues le aconsejo que funde una comunidad de misioneras. Yo no conozco ninguna comunidad para esa labor tan santa y admirable".
Y Francisca reunió siete compañeras de trabajo y con ellas fundó en 1877 la Comunidad de Misioneras del Sagrado Corazón. A los 10 años de fundada la comunidad fue a Roma a tratar de obtener la aprobación para su congregación, y el permiso para fundar una casa en Roma. En la primera entrevista con el Cardenal Parochi, Secretario de Estado, éste le dijo que la comunidad estaba muy recién fundada y que todavía no se le podían conseguir semejantes permisos. Pero el Cardenal quedó tan admirado de la bondad y santidad de la fundadora que en la segunda visita ya le dio la aprobación y le pidió que en Roma fundara no sólo una casa para niñas huérfanas, sino dos: una escuela y un orfanato.
En aquel tiempo eran muchísimos los italianos que se iban a vivir a Norteamérica, pero allí, por falta de asistencia espiritual corrían el peligro de perder la fe y abandonar la religión. El Arzobispo de Nueva York le pidió personalmente que enviara sus religiosas a ese país a enseñar religión. Ella estaba dudosa porque más bien deseaba que se fueran al extremo oriente, a China. Pero consultó con el Sumo Pontífice León Trece y él le dijo: "No a oriente, sino a occidente". Con esto entendió que sí debían ir a Norteamérica.


NUEVA YORK

El 31 de marzo de 1889 Santa Francisca llegó con seis de sus religiosas a Nueva York.
A Nueva York y sus alrededores habían llegado recientemente unos 50,000 italianos. La mayoría de ellos no sabían ni siquiera los diez mandamientos. Sólo 1,200 iban a misa los domingos.
Al llegar a Nueva York se encontraron con que las señoras que habían prometido ayudar a conseguir la casa para ellas no habían conseguido nada, y tuvieron que pasar su primera noche en un hotelucho de mala muerte, sucio y destartalado. Y al presentarse al arzobispo éste les dijo desanimado: "No se les pudo conseguir casa. Así que lo mejor que pueden hacer es devolverse otra vez a Italia". Pero la Madre Francisca, que era valiente y tenía una gran fe, le respondió: "No, señor arzobispo, el Sumo Pontífice nos envió para acá, y acá nos vamos a quedar". El arzobispo se quedó admirado del valor de la monjita y del apoyo que le ofrecían a ella desde Roma y les consiguió entonces alojamiento en una casa de religiosas.
Y a los pocos meses ya la Madre Cabrini había logrado conseguir una buena casa, buscando ayudas entre los bienhechores, y poco antes de un año ya pudo ir a Italia, llevando las dos primeras novicias norteamericanas para su comunidad. De vuelta se trajo varias religiosas más y fundó su primer gran orfanato junto al Río Hudson.
La comunidad empezó a extenderse admirablemente en Italia y en América. La Madre Cabrini en penosos y largos viajes fundó una casa en Nicaragua y otra en Nueva Orleáns. En esta ciudad norteamericana los italianos vivían en condiciones infrahumanas, y la presencia de las misioneras fue de enorme provecho para esas pobres gentes.
Las grandes obras que emprendió demuestran que Francisca Cabrini fue una mujer extraordinaria. Su inglés lo hablaba con acento italiano lo que le concedía una gracia especial, y que en cualquier parte donde llegaba la señalaba como una extranjera. Pero ello no le impidió ser amada y estimada por toda clase de personas en los Estados Unidos. Los que trataban con ella de asuntos económicos (en grande escala muchas veces) se quedaban admirados de las capacidades tan impresionantes que esta mujer tenía para salir adelante aun con las obras más difíciles.
Era sumamente disciplinada, como desde muy pequeñita le había enseñado a ser su hermana. Algo que nunca pudo aceptar fue que la gente abandonara la religión católica, que es la verdadera, para irse a formar parte de sectas protestantes que enseñan tantos errores. Esto la hizo sufrir mucho, porque en Norteamérica, los católicos eran una escasa minoría y los protestantes, halagándolos con ofertas económicas, los hacían pasarse a sus sectas y al par de años, como esas religiones quitan todas las devociones, se volvían unos verdaderos paganos, sin más dios que el dólar. Contra ésto luchó ella fuertemente durante toda su vida.
Otro pecado contra el cual luchaba duramente era el concubinato, la unión libre. Y hasta llegó a prohibir que en sus colegios recibieran a las hijas de los que públicamente vivían dando escándalo por su concubinato o su unión libre. Muchos la criticaban por esto, pero su conciencia no le permitía dejar en paz a los que hacían pública profesión de pecado. No aceptaba el vivir sirviendo al mismo tiempo a Dios y al diablo.
La Madre Cabrini había nacido para gobernar. Procuraba vivir al día con las buenas ideas modernas y no se cerraba a lo nuevo por puro capricho por lo pasado. Pero lo nuevo que era escandaloso lo rechazaba valientemente sin más ni más. Era inflexible para hacer cumplir los reglamentos y para exigir buen comportamiento, pero al mismo tiempo se hacía amar por su gran bondad. A sus religiosas les repetía: "No olvidemos que seguimos al Buen Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, que es manso y humilde de corazón. Jamás echemos una cucharada de amargura en la vida de los demás. No seamos duras ni bruscas con nadie. Que los que nos traten se vayan siempre contentos de haber sido tratados muy amablemente por nosotras".
En 1892, al cumplirse el cuarto centenario del descubrimiento de América, fundó en Nueva York una gran obra: "El hospital Colón". Luego fundó nuevas casas de su comunidad en Costa Rica, Brasil, Buenos Aires, Panamá, Chile e Italia. Cuando le decían que no emprendiera la fundación de una obra porque iba a encontrar enormes dificultades, respondía: "Pero, quién es el que va a llevar esta obra al éxito: ¿nosotras o Dios?", y emprendía la fundación.
Durante doce años estuvo viajando por diversos países fundando casas de su congregación. Ella podría ser nombrada patrona de los viajeros internacionales. Y en su tiempo el viajar era mucho más complicado y difícil que ahora. Su amor por los pobres y su deseo de salvar almas y de hacer conocer y amar más a Dios la llevó de un sitio a otro del mundo, aunque fueran muy distantes. De Río de Janeiro a Roma, de Francia a Inglaterra y de Italia a Norteamérica. Todo por extender el reino de Dios.
La comunidad, que había empezado con ella y siete hermanas, ya contaba con mil religiosas, enseñando en escuelas gratuitas y orfanatos, y atendiendo en hospitales y otras obras de caridad. Hasta los presos de la peor cárcel de Estados Unidos, la cárcel de Sing-Sing, la proclamaban su bienhechora.
Durante los últimos siete años se sentía muy agotada y con una salud muy deficiente pero no por eso dejaba de trabajar incansablemente promoviendo sus obras de caridad y de evangelización. Y el 22 de diciembre de 1917 murió de repente, más quizás por agotamiento de tanto trabajar, que por edad, pues sólo tenía 67 años. Sus restos se conservan en el colegio Cabrini en Nueva York.
Ella fue la primera ciudadana norteamericana declarada santa por el Sumo Pontífice. Nadie que no hubiese tenido una gran santidad y un inmenso amor a Dios y al prójimo habría podido llevar a cabo obras tan grandes como ella logró realizar.


Oración:

Santa Francisca Javier Cabrini: te pedimos por todos los americanos, los del norte y los del sur, y por toda la juventud en peligro. No dejes de trabajar y de interceder en el cielo por los que todavía luchamos con peligros en esta tierra.

Oración del día


María de Nazareth
madre de nuestro Señor,
compañera de nuestras marchas,
ven a visitarnos, quedate con nosotros.
Te necesitamos, madre buena,
vivimos tiempos difíciles,
atravesamos bajones,
tenemos caídas, nos agarra la flojera
nos inmoviliza la apatía,
nos da rabia la solidez de la injusticia.
María, virgen de la Esperanza.
Contagianos tu fuerza,
acercanos el Espíritu que llena tu vida.
Ayudanos a vivir con alegría,
a pesar de las pruebas y las cruces
que encontramos en el seguimiento
de tu hijo.
Que no nos desaliente
la lentitud de los cambios,
que las espinas de la vida
no nos ahoguen la semilla del Evangelio.
Que no perdamos la utopía,
madre buena,
de creer que es posible otro mundo
y otra sociedad.
Que no bajemos los brazos
en la lucha por la justicia
y en la práctica de la solidaridad.
Que no se enturbie nuestra mirada,
al punto que no veamos la luz del Señor
que nos acompaña siempre,
que camina a nuestro lado,
que nos sostiene en los momentos duros.

Lecturas del 22 de Diciembre, Lunes de la 4ª Semana de Adviento


PRIMERA LECTURA (Lectura del primer libro de Samuel 1, 24-28)

En aquellos días, cuando Ana hubo destetado a Samuel, subió con él al templo del Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. El niño era aún muy pequeño. Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Elí, diciendo: - «Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo.» Después se postraron ante el Señor.


EVANGELIO (Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 46-56)

En aquel tiempo, María dijo: - «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Palabra del Señor.



domingo, 21 de diciembre de 2008

Historias de Navidad

UN HECHO REAL


El villancico más versionado y traducido de la historia. Con casi doscientos años... Y el único, la única melodía que fue capaz de contener una guerra, espontáneamente, dos días.

"Cuando estalló la Primera Guerra Mundial en el año 1914, la primera gran guerra del Siglo XX que le llamaron “La Guerra Para Terminar Todas Las Guerras,” a los soldados de ambos lados se les aseguró que estarían de regreso en sus hogares para el día de Navidad y celebrarían la victoria. Esa predicción resultó ser falsa.

Las tropas en los frentes de batalla no regresaron al hogar para esa fecha y la guerra se prolongó por cuatro años. Durante éste tiempo, algo así como ocho millones y medio de hombres murieron y cientos de miles más murieron a causa de sus heridas.

La guerra para terminar todas las guerras tuvo un costo humano horrible y transformó a Europa de tal manera que gracias a su mal planeada conclusión, las semillas para la Segunda Guerra Mundial veinte y un años más tarde fueron sembradas. Sin embargo, en la Noche Buena (víspera de la Navidad) en Diciembre de 1914, uno de los acontecimientos más extraños registrados en la historia militar tuvo lugar en el Frente Occidental.

En la noche del 24 de Diciembre el tiempo se volvió frío bruscamente congelando el agua y la nieve que estaba media derretida que había en las trincheras en donde los soldados de ambos ejércitos (inglés y alemán) tenían sus literas para dormir.

En la parte de los alemanes, los soldados comenzaron a encender velas. Los centinelas británicos reportaron a sus oficiales que parecían haber pequeñas luces elevadas en postes ó bayonetas. Estas linternas iluminaban claramente a las tropas alemanas haciéndolas vulnerables a los rifles enemigos. Sin embargo, los ingleses se resistieron a disparar. Lo que era aún más sorprendente, los oficiales ingleses vieron a través de sus prismáticos que algunos hombres del enemigo sostenían árboles de Navidad sobre sus cabezas con velas en sus ramas.

El mensaje estaba claro: Los alemanes quienes celebraban la Navidad en la Noche del 24 de Diciembre estaban enviándole un mensaje Navideño a sus enemigos en el otro lado de el frente.

A los pocos momentos de ver ésta señal los ingleses comenzaron a escuchar a algunos de los alemanes cantando un villancico de Navidad. Muy pronto fue entonado a todo lo largo de las líneas alemanas según los otros soldados se unían en harmonía.

Las tropas británicas reconocieron inmediatamente la melodía como “Noche de Paz” y muy pronto se neutralizaron las hostilidades en ambos lados. Uno por uno, los soldados ingleses y alemanes comenzaron a dejar sus armas a un lado y salir con rumbo a la “tierra de nadie” un terreno agujereado por las bombas entre las dos partes del frente. Tantos soldados de ambos lados salieron de sus trincheras que los oficiales superiores estaban impedidos de evitar ésta reacción espontánea. Había un truce no declarado y estalló la paz.

Frank Richards fue un testigo de éste truce no oficial. En su diario de la guerra escribió: “Levantamos un pizarrón con ‘Feliz Navidad’ escrito. El enemigo también levantó uno igual. Dos de nuestros hombres arrojaron su equipo a el suelo y saltaron para afuera de su parapeto con las manos sobre sus cabezas al mismo tiempo que dos de los alemanas hacían lo mismo; los dos nuestros caminaron para encontrarse con ellos.” “Se dieron las manos y entonces todos nosotros salimos de las trincheras y así mismo también hicieron los alemanes.” Richards escribió en su relato.

Richards también explicó que algunos soldados alemanes hablaban inglés perfectamente bien, uno de ellos diciendo cuan harto estaba de la guerra y que estaría muy alegre cuando todo terminase. Sus contrapartes británicos estaban de acuerdo.

Esa noche, soldados que hasta ese momento eran enemigos se sentaron juntos alrededor del calor del fuego. Intercambiaron pequeños regalos de sus pobres pertenencias -barras de chocolate, botones, insignias y pequeñas latas de carne de res. Hombres que hasta solamente una horas antes se disparaban a matar estaban ahora compartiendo las festividades de Navidad y mostrándose los unos a los otros fotografías de sus familias.

El truce terminó así como comenzó, por mutuo acuerdo. El capitán C.I. Sockwell de los Royal Welsh Fusiliers recordó como –después de una verdadera “Noche de Paz”– disparó tres veces al aire el 26 de Diciembre a las 8:30 AM y se dirigió hacia las trincheras.

Un oficial alemán que intercambió regalos con Stockwell la noche anterior también apareció en una trinchera. Ellos se inclinaron en reverencia, se saludaron y descendieron de regreso a sus trincheras. Unos minutos más tarde, el Capitán Stockwell escuchó al oficial alemán disparar dos veces al aire. Estaban en guerra nuevamente."


LETRA del VILLANCICO MAS UNIVERSAL


Noche de paz, noche de amor!
Todo duerme en derredor,
Entre los astros que esparcen su luz
Bella anunciando al niñito Jesús,
Brilla la estrella de paz,
Brilla la estrella de paz.

¡Noche de paz, noche de amor!
Oye humilde al fiel pastor
Coros celestes que anuncian salud
Gracias y glorias en gran plenitud,
Por nuestro buen Redentor,
Por nuestro buen Redentor.

¡Noche de paz, noche de amor!
Ved que bello resplandor
Luce el rostro del niño Jesús,
En el pesebre del mundo la luz,
Astro de eterno fulgor,
Astro de eterno fulgor.

OS PONGO ALGUNAS DE LAS VERSIONES MAS HERMOSAS:











Oración del día

ORACION


Cuando llegue el deseado
El que mi amor espera
Adornare mi casa con lámparas y flores
Me embelleceré con vestidos de fiesta
Ahuyentaré animales, apagaré los ruidos
Y pondré vigilantes a la puerta

Cuando llegue Jesús
Por el que estoy en vela
Lavaré sus pies con un agua de rosas
Le perfumaré con finas esencias
Tendré a punto sus manjares preferidos
Y música escogida, siempre nueva

Cuando llegue el anunciado
Por todos los profetas
No podrá engañarme aunque lo intente
Como hizo con María Magdalena
Captaré desde lejos su perfume
Notaré sin palabras su presencia

Cuando llegue, cuando llegue….
¡Pero si El siempre llega!
Mientras estabas esperándole
Te pidió mil veces que le abrieras
Y tus ojos no lo reconocieron
Cuando pobre y cansado llamaba a tu puerta

Se hacia presente junto a ti, el amigo
Mientras mirabas hacia fuera
Y te ocupabas de tu casa y de tus cosas
Esperando que fuera primavera;
Pero él sufría el frío del invierno
Sin poder acercarse al fuego de tu hoguera

Llegaba el esperado de los siglos
El más desamparado de la tierra
Mientras tú te afanabas
Y ponías solamente manjares en la mesa
Pero El se doblaba de hambre y de fatiga
Esperando que lo vieras y acogieras

Lecturas del 21 de Diciembre, Domingo 4ª Semana de Adviento




PRIMERA LECTURA (Lectura del segundo libro de Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16)

Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: - «Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.» Natán respondió al rey: - «Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.» Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: - «Ve y dile a mi siervo David: "Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mí presencia; tu trono permanecerá por siempre .

SEGUNDA LECTURA (Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 16, 25-27)

Hermanos: Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús, revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en los escritos proféticos, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe al Dios, único sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.






EVANGELIO (Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,26-38)

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: - «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: - «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: - «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: - «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: -«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor.





sábado, 20 de diciembre de 2008

Lecturas del 20 de Diciembre, Sabado de la 3ª Semana de Adviento


PRIMERA LECTURA (Lectura del libro de Isaías 7, 10-14)

En aquellos días, el Señor habló a Acaz: - «Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.» Respondió Acaz: - «No la pido, no quiero tentar al Señor.» Entonces dijo Dios: - «Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»



EVANGELIO (Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,26-38)

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: - «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: - «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: - «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: - «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: - «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor.




ORACIÓN AL NACIMIENTO DE JESÚS

En el humilde pesebre es en donde Jesús aparece más grande y más glorioso.

Dios acababa de dar a la tierra un Salvador y en los brazos de Maria en éxtasis, los Ángeles adoran al Verbo encarnado. ¡Que lección para nuestra fe! El tiempo no disminuye la profundidad del misterio; los siglos pasan por delante de este pesebre bendito, el cual nos conserva y nos transmite el recuerdo del nacimiento de Jesucristo, sublime y encantadora prueba del amor de Dios hacia nosotros! Si vosotros no podéis olvidar vuestra madre, vuestra familia, vuestra patria, cristianos no olvidéis al que ha nacido para salvarnos.

Oración. Dios Todo Poderoso, que derramáis hoy sobre nosotros la nueva luz de vuestro Verbo encarnado, haced que la fe de este misterio se infunda también en nuestros corazones. Señor y Dios nuestro, haced del mismo modo, te lo rogarnos, que celebrando con alegría la Natividad de N. S. Jesucristo, merezcamos, por una vida digna de El, gozar de su presencia. Así sea.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Lecturas del 19 de Diciembre, Viernes de la 3ª Semana de Adviento


PRIMERA LECTURA (Lectura del libro de los jueces 13, 2-7. 24-25a)

En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos. El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: - «Eres estéril y no has tenido hijos. Pero concebirás y darás a luz un hijo; ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer. Él empezará a salvar a Israel de los filisteos .» La mujer fue a decirle a su marido: -«Me ha visitado un hombre de Dios que, por su aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era, ni él me dijo su nombre. Sólo me dijo: "Concebirás y darás a luz un hijo: ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro; porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte.» La mujer de Manoj dio a luz un hijo y le puso de nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a agitarlo.

EVANGELIO (Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 5-25)

En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada. Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: - «No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacía los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto.» Zacarías replicó al ángel: - «¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.» El ángel le contestó: - «Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento.» El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. Al cumplirse los días de su ser-vicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: - «Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres.»

Palabra del Señor.



ORACIONES

Virgen Madre, hija de tu Hijo,
la más humilde y alta de las criaturas,
término fijo del eterno consejo,
Tú ennobleciste la naturaleza humana hasta tal punto
que su hacedor no desdeñó hacerse su hechura.
En tu vientre prendió el amor,
por cuyo calor, en la eterna paz
germinó esta flor.
En el cielo eres faz meridiana de caridad
y abajo, entre los mortales,
fuente viva de esperanza.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Lecturas del 18 de Diciembre, Jueves de la 3ª Semana de Adviento

PRIMERA LECTURA (Lectura del libro de Jeremías 23, 5-8)

«Mirad que llegan días -oráculo del Señor -en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: "EI-Señor-nuestra-justicia". Por eso, mirad que llegan días -oráculo del Señor-- en que no se dirá: "Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto",sino que se dirá: "Vive el Señor, que sacó a la raza de Israel del país del Norte y de los países adonde los expulsó, y los trajo para que habitaran en sus campos."»


EVANGELIO (San Mateo 1, 18-24)

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: - «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta. «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".» Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Palabra del Señor.

ORACIÓN

Santísima Virgen, Madre de Dios, yo aunque indigno pecador postrado a vuestros pies en presencia de Dios omnipotente os ofrezco este mi corazón con todos sus afectos. A vos lo consagro y quiero que sea siempre vuestro y de vuestro hijo Jesús.

Aceptad esta humilde oferta vos que siempre habéis sido la auxiliadora del pueblo cristiano.

Oh María, refugio de los atribulados, consuelo de los afligidos, ten compasión de la pena que tanto me aflige, del apuro extremo en que me encuentro.

Reina de los cielos, en vuestras manos pongo mi causa. Se bien que en los casos desesperados se muestra más potente vuestra misericordia y nada puede resistir a vuestro poder. Alcanzadme Madre mía la gracia que os pido si es del agrado de mi Dios y Señor.

Amén.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Lecturas del 17 de Diciembre, Miercoles de la 3ª semana de Adviento


PRIMERA LECTURA (Lectura del libro del Génesis 49. 1-2. 8-10)

En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dijo: «Reuníos, que os voy a contar lo que os va a suceder en el futuro; agrupaos y escuchadme, hijos de Jacob, oíd a vuestro padre Israel: A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, pondrás la mano sobre la cerviz de tus enemigos, se postrarán ante ti los hijos de tu padre. Judá es un león agazapado, has vuelto de hacer presa, hijo mío; se agacha y se tumba como león o como leona, ¿quién se atreve a desafiarlo? No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan homenaje los pueblos.»


EVANGELIO (Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 1- 17)

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Estón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey. David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquirn, Aquím a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.

Palabra del Señor.



ORACIÓN

A ti, Señor, presento mi ilusión y mi esfuerzo;
ante ti, mi Dios, confío, confío, porque sé que me amas.
Que en la prueba no ceda al cansancio,
que tu gracia triunfe siempre en mí.
Yo espero siempre en ti.
Yo sé que tú nunca defraudas al que en ti confía.

Indícame tus caminos, Señor: enséñame tus sendas.
Que en mi vida se abran caminos de paz y bien,
caminos de justicia y libertad.
Que en mi vida se abran sendas de esperanza,
sendas de igualdad y servicio.

Tú eres bueno y recto
y enseñas el camino a los desorientados.
Porque eres bueno, perdona mi culpa.
Cuando te soy fiel, Señor,
tú me enseñas un camino cierto;
así viviré feliz y enriquecerás mi vida con tus dones.

Tú, Señor, te fías de mí y me esperas siempre.
Tú, Señor, quieres que sea de verdad tu amigo.
Tengo los ojos puestos en tí,
que me libras de mis amarras y ataduras.
Ensancha mi corazón encogido y
sácame de mis angustias.

Indícame tus caminos, Señor,
tu que eres el Camino.
Hazme andar por el sendero de la verdad,
tú que eres la Verdad del hombre.
Despierta en mí el manantial de mi vida,
Tú que eres la Vida de cuanto existe.