Hijo mío, si aceptas mis palabras y conservas mis consejos, prestando oído a la sensatez y prestando atención a la prudencia; si invocas a la inteligencia y llamas a la prudencia; si la procuras como el dinero y la buscas como un tesoro, entonces comprenderás el temor del Señor y alcanzarás el conocimiento de Dios. 
Porque es el Señor quien da sensatez, de su boca proceden saber e inteligencia. 
Él atesora acierto para los hombres rectos, es escudo para el de conducta intachable, custodia la senda del deber, la rectitud y los buenos senderos. 
Entonces comprenderás la justicia y el derecho, la rectitud y toda obra buena. 
En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús: 
-«Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?» 
Jesús les dijo: 
-«Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. 
El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. » 
Palabra del Señor.



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