En Londres, en Inglaterra, santa Ana Line, viuda y mártir, la cual, habiendo fallecido su marido, desterrado por ser católico, ofreció su casa para acoger sacerdotes y, por esta razón, bajo el reinado de Isabel I fue ahorcada en Tyburn.
Ana era una noble inglesa nacida en Dunmow en Essex (Inglaterra); su nombre de soltera era Higham. Se convirtió al catolicismo junto con su hermano Guillermo, ambos fueron desheredados y arrojados de casa por su padre, convencido calvinista. Ana se casó, pero su esposo Roger Line, que también era católico converso, fue arrestado en 1586, mientras participaba en la misa y condenado a muerte, condena que le fue conmutada con el exilio perpetuo fuera del país; desde su confinamiento en Flandes y, como fruto de sus ahorros, podía enviar algo a su esposa, pero falleció en 1594, dejándola en la miseria.
Ana fue primero acogida por la señora Wiseman que más tarde, fue acusada de hospedar a los sacerdotes y fue condenada a muerte. Pero cuando el jesuita Juan Gerard tomó una casa en Londres que servía como refugio a los sacerdotes, encargó a Ana que fuera el ama de llaves de la misma. Prestó entonces todos los servicios propios de un ama de casa, vigilando para que todo fuera muy discreto. No gozó de buena salud pero siempre cumplió animosamente con su compromiso. Cuando el padre Gerard fue arrestado, ella consideró más prudente cambiar de domicilio. En la nueva casa prestó a los sacerdotes los mismos servicios; perseguida a causa de la fe tuvo que llevar vida oculta. En 1601, fue capturada y encerrada en las prisiones de Newgate, no sin antes esconder al padre beato Francisco Page. Su mala salud le hizo recibir la sentencia del juicio sentada. Fue acusada de haber dado hospitalidad a sacerdotes misioneros; declarada culpable fue ahorcada en Tyburn, Londres. Dijo al morir. "Me condenan por haber dado refugio a un sacerdote, ¡ojalá hubiera dado a mil!". Rechazó la presencia de pastores anglicanos que querían convertirla. Fue canonizada por el beato Pablo VI el 25 de octubre de 1970.
Ana era una noble inglesa nacida en Dunmow en Essex (Inglaterra); su nombre de soltera era Higham. Se convirtió al catolicismo junto con su hermano Guillermo, ambos fueron desheredados y arrojados de casa por su padre, convencido calvinista. Ana se casó, pero su esposo Roger Line, que también era católico converso, fue arrestado en 1586, mientras participaba en la misa y condenado a muerte, condena que le fue conmutada con el exilio perpetuo fuera del país; desde su confinamiento en Flandes y, como fruto de sus ahorros, podía enviar algo a su esposa, pero falleció en 1594, dejándola en la miseria.
Ana fue primero acogida por la señora Wiseman que más tarde, fue acusada de hospedar a los sacerdotes y fue condenada a muerte. Pero cuando el jesuita Juan Gerard tomó una casa en Londres que servía como refugio a los sacerdotes, encargó a Ana que fuera el ama de llaves de la misma. Prestó entonces todos los servicios propios de un ama de casa, vigilando para que todo fuera muy discreto. No gozó de buena salud pero siempre cumplió animosamente con su compromiso. Cuando el padre Gerard fue arrestado, ella consideró más prudente cambiar de domicilio. En la nueva casa prestó a los sacerdotes los mismos servicios; perseguida a causa de la fe tuvo que llevar vida oculta. En 1601, fue capturada y encerrada en las prisiones de Newgate, no sin antes esconder al padre beato Francisco Page. Su mala salud le hizo recibir la sentencia del juicio sentada. Fue acusada de haber dado hospitalidad a sacerdotes misioneros; declarada culpable fue ahorcada en Tyburn, Londres. Dijo al morir. "Me condenan por haber dado refugio a un sacerdote, ¡ojalá hubiera dado a mil!". Rechazó la presencia de pastores anglicanos que querían convertirla. Fue canonizada por el beato Pablo VI el 25 de octubre de 1970.
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