En Antioquía, de Siria, san Román, mártir, diácono en Iglesia de Cesarea, que cuando vio, en la persecución bajo el emperador Diocleciano, que los cristianos obedecían sus decretos y se acercaban a las estatuas de los ídolos, les exhortó en público a la resistencia, por lo cual, tras crueles tormentos y cortarle la lengua, fue estrangulado en la cárcel, consumando así su glorioso martirio.
Romano era oriundo de Palestina. Diácono y exorcista de la Iglesia de Cesarea. Se dice que era militar de origen romano. Formaba parte del pelotón de ejecución de san Lorenzo. Al ver la tortura desaprobó el procedimiento. Se dice que un niño llamado Bárulas, a quién había convertido al cristianismo, fue degollado en la misma ocasión.
Sometidos a diversos tormentos, intentaba explicar al Prefecto la belleza de su religión, convenciéndole para que llamara a un niño inocente, para preguntarle de qué parte estaba la verdad.
El Prefecto hizo que un niño de 6 años de nombre Bárulas y su madre, que se aterrorizó cuando vio las torturas a las que había sido sometido Romano. El Prefecto se acercó al pequeño, preguntándole cual era el verdadero Dios, y Bárula, sin pensárselo dos veces respondió: “El Dios de los cristianos”, y se confesó cristiano. El Prefecto le conminó a que sacrificase a Júpiter pero el pequeño lo rechazó, confirmando su fe.
El funcionario enfurecido ordenó a sus hombres que lo colgaran y lo azotaran, mientras sufría el tormento su madre lo animaba a que permaneciera fiel a sus creencias pues pronto se encontraria con Jesús. Al final el Prefecto ordenó decapitar a Bárula.
Romano fue condenado a la hoguera, pero le fue conmutada la pena, y le cortaron la lengua. Después enviado a la cárcel, pero no gozó de la amnistía que se concedió a los cristianos y murió en el cepo en Antioquía. Bárula era su compañero, que según la tradición, dicen que era muy joven, pero del que no tenemos noticias ciertas. Sobre su martirio escribió Prudencio. Desde 1969 su culto se ha limitado a los calendarios locales.
Romano era oriundo de Palestina. Diácono y exorcista de la Iglesia de Cesarea. Se dice que era militar de origen romano. Formaba parte del pelotón de ejecución de san Lorenzo. Al ver la tortura desaprobó el procedimiento. Se dice que un niño llamado Bárulas, a quién había convertido al cristianismo, fue degollado en la misma ocasión.
Sometidos a diversos tormentos, intentaba explicar al Prefecto la belleza de su religión, convenciéndole para que llamara a un niño inocente, para preguntarle de qué parte estaba la verdad.
El Prefecto hizo que un niño de 6 años de nombre Bárulas y su madre, que se aterrorizó cuando vio las torturas a las que había sido sometido Romano. El Prefecto se acercó al pequeño, preguntándole cual era el verdadero Dios, y Bárula, sin pensárselo dos veces respondió: “El Dios de los cristianos”, y se confesó cristiano. El Prefecto le conminó a que sacrificase a Júpiter pero el pequeño lo rechazó, confirmando su fe.
El funcionario enfurecido ordenó a sus hombres que lo colgaran y lo azotaran, mientras sufría el tormento su madre lo animaba a que permaneciera fiel a sus creencias pues pronto se encontraria con Jesús. Al final el Prefecto ordenó decapitar a Bárula.
Romano fue condenado a la hoguera, pero le fue conmutada la pena, y le cortaron la lengua. Después enviado a la cárcel, pero no gozó de la amnistía que se concedió a los cristianos y murió en el cepo en Antioquía. Bárula era su compañero, que según la tradición, dicen que era muy joven, pero del que no tenemos noticias ciertas. Sobre su martirio escribió Prudencio. Desde 1969 su culto se ha limitado a los calendarios locales.
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