En Constantinopla, beato Gómidas Keumurgian (Cosme de Carboniano), presbítero y mártir, que, siendo padre de familia, nacido y ordenado en la Iglesia de Armenia, por mantener firmemente y propagar la fe católica profesada en el Concilio de Calcedonia, padeció enormemente y finalmente murió degollado mientras recitaba el símbolo niceno.
Gomisdas Keumurdjian, de origen armenia, nació en Constantinopla, se casó a los 20 años y fue ordenado sacerdote por la Iglesia armenia ortodoxa. Fue educado por el obispo Mena de Autep, que en la ciudad de Sumar le enseñó la lengua armenia, la Filosofía y la Teología. Fue nombrado arcipreste de la iglesia armenia de Constantinopla y ejerció su cargo con gran celo. Su dedicación al estudio le llevó a descubrir la primacía de Pedro en la Iglesia, y sin que nadie hubiera intervenido en su decisión, en 1696, junto con su familia hizo acto de adhesión a Roma, lo que irritó a los armenios que le acusaron, diez años después, ante las autoridades turcas de ser un agente de las potencias enemigas; por esta razón fue encarcelado.
Compró su libertad con dinero y volvió a su casa. No obstante, la persecución seguía, y optó por entregarse en manos de Dios y no volver a huir. Arrestado de nuevo y al negarse a pasarse al Islam, porque el Visir le quería salvar, fue decretada su ejecución, por traición. Le acompañaban dos feligreses y al verlos titubeantes pidió, ser el último para sostenerlo en la fe, pero no se lo concedieron. Fue decapitado en Constantinopla, y los dos fieles cuando presenciaron esta muerte apostataron y fueron dejados libres. La opinión pública, no solo católica sino también ortodoxa, que le fue adversa en vida, varío en su muerte, pues al no querer apostatar del cristianismo y hacerse musulmán, los mismos ortodoxos lo tuvieron como mártir del cristianismo.
El mártir fue sepultado por el clero del rito ortodoxo griego, porque ningún sacerdote católico se atrevió a oficiar. Gomidas Keumurgian fue beatificado en 1929 por Pío XI. Es sin duda el mártir más ilustre de Constantinopla desde la época de la persecución iconoclasta (siglo IX) y, probablemente, el primer sacerdote mártir a cuya ejecución asistieron su esposa y sus hijos. Uno de éstos, llamado también Gomidas, entró más tarde a servir al rey de Nápoles y adoptó el nombre de Cosme di Carbognano; sus descendientes conservaron el nombre, y alguna vez se aplica también al mártir.
Gomisdas Keumurdjian, de origen armenia, nació en Constantinopla, se casó a los 20 años y fue ordenado sacerdote por la Iglesia armenia ortodoxa. Fue educado por el obispo Mena de Autep, que en la ciudad de Sumar le enseñó la lengua armenia, la Filosofía y la Teología. Fue nombrado arcipreste de la iglesia armenia de Constantinopla y ejerció su cargo con gran celo. Su dedicación al estudio le llevó a descubrir la primacía de Pedro en la Iglesia, y sin que nadie hubiera intervenido en su decisión, en 1696, junto con su familia hizo acto de adhesión a Roma, lo que irritó a los armenios que le acusaron, diez años después, ante las autoridades turcas de ser un agente de las potencias enemigas; por esta razón fue encarcelado.
Compró su libertad con dinero y volvió a su casa. No obstante, la persecución seguía, y optó por entregarse en manos de Dios y no volver a huir. Arrestado de nuevo y al negarse a pasarse al Islam, porque el Visir le quería salvar, fue decretada su ejecución, por traición. Le acompañaban dos feligreses y al verlos titubeantes pidió, ser el último para sostenerlo en la fe, pero no se lo concedieron. Fue decapitado en Constantinopla, y los dos fieles cuando presenciaron esta muerte apostataron y fueron dejados libres. La opinión pública, no solo católica sino también ortodoxa, que le fue adversa en vida, varío en su muerte, pues al no querer apostatar del cristianismo y hacerse musulmán, los mismos ortodoxos lo tuvieron como mártir del cristianismo.
El mártir fue sepultado por el clero del rito ortodoxo griego, porque ningún sacerdote católico se atrevió a oficiar. Gomidas Keumurgian fue beatificado en 1929 por Pío XI. Es sin duda el mártir más ilustre de Constantinopla desde la época de la persecución iconoclasta (siglo IX) y, probablemente, el primer sacerdote mártir a cuya ejecución asistieron su esposa y sus hijos. Uno de éstos, llamado también Gomidas, entró más tarde a servir al rey de Nápoles y adoptó el nombre de Cosme di Carbognano; sus descendientes conservaron el nombre, y alguna vez se aplica también al mártir.
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