En Soissons, de Francia, muerte de san Godofredo, obispo de Amiéns, que, educado en la vida monástica desde los cinco años, padeció mucho por remediar las luchas en la ciudad entre los señores y los plebeyos, y por la reforma del clero y el pueblo.
Nació en Soissons, Francia. Se desconocen datos de su familia e infancia. Debió profesar la fe cristiana puesto que ingresó en la abadía benedictina de Nugent.
Al parecer fue abad, logró elevar y transformar la vida monástica e hizo de la abadía un notable centro espiritual, que atrajo numerosas vocaciones. Por sus méritos, se le consagró obispo de Amiens (1104). Luchó con tenacidad para terminar con la simonía (comercio ilícito de las cosas espirituales) y con la corrupción del clero. Inconformes, el pueblo y el clero nulificaron su obra.
Sintiéndose acosado y sin apoyo, huyó hacia la Trapa de Chartreuse (1114) para dedicarse a la oración en la soledad. Sin embargo, al localizarlo (1115) se le obligó a reintegrarse a atender su diócesis; y continuó solucionando problemas con prudencia y justicia.
Por lo anterior, obtuvo fama de santidad; sin embargo, extenuado por el esfuerzo y enfermo, meses después murió en la abadía de Saint Crepin, en Soissons, donde se encontraba de paso, en un recorrido misional.
Nació en Soissons, Francia. Se desconocen datos de su familia e infancia. Debió profesar la fe cristiana puesto que ingresó en la abadía benedictina de Nugent.
Al parecer fue abad, logró elevar y transformar la vida monástica e hizo de la abadía un notable centro espiritual, que atrajo numerosas vocaciones. Por sus méritos, se le consagró obispo de Amiens (1104). Luchó con tenacidad para terminar con la simonía (comercio ilícito de las cosas espirituales) y con la corrupción del clero. Inconformes, el pueblo y el clero nulificaron su obra.
Sintiéndose acosado y sin apoyo, huyó hacia la Trapa de Chartreuse (1114) para dedicarse a la oración en la soledad. Sin embargo, al localizarlo (1115) se le obligó a reintegrarse a atender su diócesis; y continuó solucionando problemas con prudencia y justicia.
Por lo anterior, obtuvo fama de santidad; sin embargo, extenuado por el esfuerzo y enfermo, meses después murió en la abadía de Saint Crepin, en Soissons, donde se encontraba de paso, en un recorrido misional.
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