lunes, 29 de junio de 2020

Santos Pedro y Pablo Apóstoles


Solemnidad de san Pedro y san Pablo, apóstoles. Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello fue llamado Pedro. Pablo, apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado a judíos y griegos. Los dos, con la fuerza de la fe y el amor a Jesucristo, anunciaron el Evangelio en la ciudad de Roma, donde, en tiempo del emperador Nerón, ambos sufrieron el martirio: Pedro, como narra la tradición, crucificado cabeza abajo y sepultado en el Vaticano, cerca de la vía Triunfal, y Pablo, degollado y enterrado en la vía Ostiense. En este día, su triunfo es celebrado por todo el mundo con honor y veneración.

Pedro. M. 67. Se llamaba Simón y era hijo de Jonás y hermano de san Andrés, de la tribu de Neftalí; había nacido en la Alta Galilea, junto al lago Genesaret. Era pescador de Betsaida en Galilea y estaba casado; al casarse fijó su residencia en Cafarnaún. Era discípulo de san Juan Bautista. Un día Andrés, el mayor de los dos hermanos le dijo: "¡Hemos encontrado el Mesías!". Y le llevó donde Jesús, que fijando la mirada en él, le dijo: “Tu eres Simón, el hijo de Juan, tu te llamarás Cefas” que quiere decir “piedra” (Jn 1, 40-42).

Simón siguió a su hermano y Jesús lo eligió como su Vicario, después de que lo confesara como Mesías: "Tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mt 16,18), y confirmado después de la Resurrección: "apacienta mis ovejas". De carácter impetuoso y temerario fue el único que defendió con su espada a Jesús en el huerto de los Olivos, cuando fue aprendido por sus enemigos, si bien pocas horas después le negará tres veces. 

Después de la Ascensión de Cristo, dirigió la comunidad de Jerusalén y tuvo un papel muy destacado en el concilio que se celebró en aquella ciudad. Fue encarcelado por Herodes Agripa, junto con san Juan “Evangelista”, pero fueron liberados por un ángel. Primer obispo de Antioquía por un tiempo y por fin obispo de Roma. Predicó el evangelio en Galacia, Bitinia y Capadocia. Murió en la persecución de Nerón crucificado cabeza abajo, traspasado por un clavo, porque no se sentía digno de morir como el Maestro (así morían los esclavos). Escribió dos Epístolas a sus evangelizados en Asia. Es patrón de muchas ciudades y países. 

P. Bargellini, nos describe el "por qué" de su elección lo siguiente: "Misterio de una elección libre, no condicionada de ninguna razón humana. No fue por ancianidad por lo que Simón se mereció el vicariato divino, porque su hermano Andrés era más anciano que él. No por condición social, porque los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan eran superiores a él. No por inteligencia, porque san Juan Evangelista volaba sobre él como un águila soberana. No por cultura, porque san Mateo el publicano, sabía más que él. 

Su fe se debilitó cuando se hundió en las aguas del lago. Su caridad se disolvió cuando hirió con la espada la oreja de Malco. Su coraje cedió ante los soldados de Herodes. Su fidelidad capituló cuando renegó por tres veces al Maestro. Su inteligencia se perdió, ante las palabras duras del Salvador.

En una cosa solamente no se desmintió nunca: en su sinceridad. Fue sincero al confesar su cabezonería; fue sincero al reconocer sus propios errores; fue sincero al acusarse pecador; fue sincero en el miedo; fue sincero en el arrepentimiento. Fue sobre todo sincero, cuanto tentado de abandonar al Maestro le dice con voz destrozada por la angustia: ¿A donde iremos si tu tienes palabras de vida eterna?". 

Un poeta cantó: "Pedro es el primero en creer y el primero en amar; el primero de los apóstoles que ve al Señor resucitado; el primero que confirma la fe con un milagro; el primero que convierte a los judíos, el primero que recibe a los gentiles en la Iglesia; el primero en todo". 

Pablo, apóstol de los gentiles (c.7 - 65). "Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado al apostolado, elegido para predicar el evangelio de Dios" (Rm 1,1). Probablemente nació en Tarso de Cilicia. Era un judío de la tribu de Benjamín, un fariseo, griego por cultura y ciudadano romano, y su profesión era fabricante de lonas; su nombre originario era Saulo. Fue instruido en la Ley por Gamaliel de Jerusalén, y después de haber participado pasivamente en el martirio de san san Esteban, se puso al servicio del Sanedrín, que intentaban terminar con las primeras comunidades cristianas; pero en el año 35, en el camino de Damasco fue milagrosamente convertido y recibió directamente de Cristo la misión de evangelizar a los gentiles. 

Fue bautizado por san Ananías. Para cumplir esta misión hizo al menos cuatro viajes apostólicos, visitando un área que desde Capadocia y desde la Galia se extendía quizás a España, fundó comunidades por doquier, siempre en medio de toda clase de peligros: naufragios, fue apresado, azotado, lapidado, expulsado de diversas ciudades, perseguido por el odio de su mismo pueblo, fracasó en Atenas, ante el Areópago, sólo le siguió, san Dionisio “el Aeropagita” y una mujer llamada Demaride; pero deseaba ardientemente evangelizar. En Chipre bautizó al procónsul romano, Sergio Paulo. Asistió al concilio de Jerusalén donde se le otorgó la misión de evangelizar a los gentiles. En su segundo viaje a Jerusalén, fue detenido a causa de los miembros del Sanedrín, apeló al emperador, y durante un largo viaje llegó a Roma en el año 61, fue liberado, y realizó otros viajes, hasta que volvió a Roma en el años 64, y durante la persecución de Nerón, fue apresado.

Sus 14 Epístolas, dirigidas a las iglesias por él fundadas, forman parte del depósito de la Revelación. El primero de sus viajes lo hizo junto a san Bernabé. Según una tradición muy antigua fue decapitado en Roma, durante la persecución de Nerón, en la vía Ostiense, en el lugar que hoy se alza la iglesia de "Tre Fontane". 

Según un autor la doctrina de Pablo es cristocéntrica: "Su vida es Cristo. Todo lo centra en el amor de Cristo. Sólo quiere conocer a Cristo. Desea gloriarse en la cruz de Cristo. Su debilidad encuentra la fuerza en la gracia de Cristo. Colabora con la gracia de Cristo. Desea únicamente apoyarse en Cristo. Su afán es estar con Cristo. Se goza en haber sido atrapado por Cristo. Está seguro que nada le separará del amor de Cristo". Patrón de Roma y de otras muchas localidades.

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