sábado, 14 de febrero de 2009

¿Sabías que...?

LA CAPILLA DE RONCHAMP

Es una de las más geniales obras del arquitecto francés Le Corbusier, comenzó a construirse en 1950, en el emplazamiento de una iglesia destruida durante la segunda Guerra Mundial. Nôtre Dame du Haut -tal es su nombre- está ubicada en un lugar muy especial, sobre la llanura de Saona, donde siempre hubo lugares de culto: templos paganos primero, después iglesias y una capilla, sucesivamente demolidas a lo largo de los siglos, tras la guerra de 1871, la del '14, la del '39...

Tras la segunda guerra mundial, se había encomendado la reconstrucción de la capilla a gente del lugar, pero la obra nunca era terminada. Entonces, el arzobispado optó por confiar a Le Corbusier -el gran arquitecto vanguardista de aquellos años- el diseño y la construcción del nuevo templo. "Yo les dije que no me importaba la iglesia, que yo no pedía nada y que, si la hacía, sería a mi manera -relató en una oportunidad Le Corbusier-. Me interesaba como obra plástica. En veinte años no había querido hacer una, pero de repente sí tenía ganas".

Su arriesgado diseño da testimonio del concepto que tenía Le Corbusier de la arquitectura: "juego coherente, correcto y magnífico de los volúmenes compuestos bajo la luz". En una monografía que escribió sobre su obra, consigna: "la clave es la luz, y la luz ilumina formas, y estas formas tienen una potencia emotiva...". Perfectamente integrada en el paisaje, la capilla de Ronchamp se convertiría pronto en uno de los mitos arquitectónicos de nuestro siglo. Le Corbusier creó, sin duda, un diseño libre y poderosamente imaginativo, pero supo también aprovechar los humildes materiales que tenía a su disposición en el solar de las obras (cemento, arena y las piedras de la derruida antigua iglesia). Tuvo que apelar, por esta causa, a osadas soluciones arquitectónicas para realizar su proyecto. El resultado final fue un conjunto insólito, mágico, prosaico en sus formas y profundamente poético en su sentimiento.

En 1940 Le Corbusier postula un nuevo concepto arquitectónico, el Modulo, retomando las ideasrenacentistas de la Proporción Áurea, siendo los edificios a la medida del hombre, en donde la proporción viene dada por la altura de un hombre con la mano levantada, esto es, 226 centímetros en un hombre de 1,83 metro de altura. El modulo se basa en la división de la proporción humana en dos líneas, separando esta proporción en la cintura. Le Corbusier aplicó esta escala de proporciones en todo lo que diseñó; y en la capilla de Nôtre Dame du Haut, lo uso para determinar el espacio entre las ventanas de la misma.


Le Corbusier sorprende entre 1950-54 con la construcción de la capilla de peregrinación de Nôtre Dame du Haut, en Ronchamp, Francia, cuya cubierta desmesurada que recuerda a un champiñón o un barco, su diseño volumétrico, casi caótico en apariencia, destaca como una de sus obras maestras. Una simple nave oblonga, dos entradas laterales, el altar en el centro y tres capillas bajo las torres. La aparente caótica disposición de sus ventanales le dan un aire majestuoso y recogido en su interior. La combinación de sus volúmenes nos da la impresión de una gran escultura habitable, en donde el juego de las partes no estructurales permite la flexibilidad en el diseño y el juego de los contornos, dando esa impresión de escultura arquitectónica.

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