En Gante, de Flandes, en Neustria, san Bavón, monje, que, discípulo de san Amando, dejó la vida seglar, distribuyó sus bienes entre los pobres y entró en el monasterio fundado en esta ciudad.
Natural de Bravante, procedente de una noble familia de los condes de Hesbaye (Bélgica). Se casó con la hija del conde merovingio Adilone, con la que tuvo una hija de nombre Agletrude. Llevaba una vida despreocupada, como rico terrateniente. Su comportamiento era totalmente desordenado, su único objetivo era el de satisfacer sus deseos sin tener en cuenta la justicia ni la verdad. Cuando necesitaba dinero, vendía a sus criados como siervos a los terratenientes vecinos. Cuando murió su joven esposa, Bavón se sintió culpable de esta desgracia, no sabemos por qué. Allí interrumpió su vida disoluta y cayó presa de una crisis moral, que fue el punto de partida de su conversión.
Por entonces san Amando de Elnone estaba predicando en la región de Gante. Bavón, después de oír uno de sus sermones, se le acercó, y por consejo suyo, se desprendió de todos sus bienes, incluso de la propiedad que poseía en Gante, que entregó a san Amando, que construyó allí un monasterio. Bavón entró allí como religioso. Tan grandes fueron las mortificaciones que se impuso para purgar sus pecados, que después de su muerte, el nombre de la abadía se cambió de San Pedro a San Bavón (Saint-Bavon).
Convertido en discípulo del santo misionero, lo siguió en sus peregrinaciones apostólicas. Después de un cierto tiempo, encontrando que las austeridades de la vida monástica no eran suficientes para satisfacer sus deseos de disciplinar el cuerpo con el que había sido tan indulgente, volvió a Gante, donde, con el consentimiento de san Amando, construyó una pequeña celda, en el bosque de Malmédun, donde llevó una vida eremítica y ascética hasta el momento de su muerte. La leyenda dice que vivió en el hueco de un árbol; una piedra le servía de almohada. Se le atribuye la curación de un hombre aplastado por una carreta. Fue sepultado en el monasterio de Gante. Patrón de Gante y Harlem.
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Natural de Bravante, procedente de una noble familia de los condes de Hesbaye (Bélgica). Se casó con la hija del conde merovingio Adilone, con la que tuvo una hija de nombre Agletrude. Llevaba una vida despreocupada, como rico terrateniente. Su comportamiento era totalmente desordenado, su único objetivo era el de satisfacer sus deseos sin tener en cuenta la justicia ni la verdad. Cuando necesitaba dinero, vendía a sus criados como siervos a los terratenientes vecinos. Cuando murió su joven esposa, Bavón se sintió culpable de esta desgracia, no sabemos por qué. Allí interrumpió su vida disoluta y cayó presa de una crisis moral, que fue el punto de partida de su conversión.
Por entonces san Amando de Elnone estaba predicando en la región de Gante. Bavón, después de oír uno de sus sermones, se le acercó, y por consejo suyo, se desprendió de todos sus bienes, incluso de la propiedad que poseía en Gante, que entregó a san Amando, que construyó allí un monasterio. Bavón entró allí como religioso. Tan grandes fueron las mortificaciones que se impuso para purgar sus pecados, que después de su muerte, el nombre de la abadía se cambió de San Pedro a San Bavón (Saint-Bavon).
Convertido en discípulo del santo misionero, lo siguió en sus peregrinaciones apostólicas. Después de un cierto tiempo, encontrando que las austeridades de la vida monástica no eran suficientes para satisfacer sus deseos de disciplinar el cuerpo con el que había sido tan indulgente, volvió a Gante, donde, con el consentimiento de san Amando, construyó una pequeña celda, en el bosque de Malmédun, donde llevó una vida eremítica y ascética hasta el momento de su muerte. La leyenda dice que vivió en el hueco de un árbol; una piedra le servía de almohada. Se le atribuye la curación de un hombre aplastado por una carreta. Fue sepultado en el monasterio de Gante. Patrón de Gante y Harlem.
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