En Londres, en Inglaterra, san Felipe Howard, mártir, que, siendo conde de Arundel y padre de familia, perdió gracia ante la reina Isabel I por haber abrazado la religión católica, a causa de lo cual fue encarcelado, llevando una vida de oración y penitencia, en la pobreza y en las pruebas, hasta alcanzar la corona del martirio.
Conde de Arundel en Surrey. Nació en Londres, en el seno de una familia anglicana; su padre era el duque de Norfolk, que murió decapitado acusado de favorecer la causa de María Estuardo. Felipe se casó con 14 años con Ana Dacre; cuatro años más tarde entró en la corte, y gozó de los favores de la reina. Llevó una vida disipada hasta el punto de encerrar a su esposa en el castillo y abandonarla durante seis años.
Después de asistir a la disputa entre san Edmundo Campión y los ministros anglicanos, quedó impresionado por los argumentos del jesuita y decidió cambiar de vida; dejó la corte y regresó a su castillo de Arundel con su mujer. Comenzó el rumor que se había hecho católico y la reina ordenó que se le vigilara. Fueron tres años de fuertes dudas, hasta que en 1584, marchó a Londres, y fue recibido en la Iglesia católica por el jesuita Guillermo Weston.
En 1585, fue encarcelado en la Torre de Londres, mientras intentaba huir de Inglaterra, y, en el 1589, condenado a muerte por favorecer la causa de María Estuardo y otras falsedades; la sentencia nunca se cumplió, pero él estuvo preso hasta que murió a los 38 años, consumido por las penalidades, en la pared de su prisión había escrito: “Cuanto más se padezca por Cristo en este siglo, tanto mayor gloria se tendrá en el futuro”. Fue canonizado por SS Pablo VI en 1970.
Conde de Arundel en Surrey. Nació en Londres, en el seno de una familia anglicana; su padre era el duque de Norfolk, que murió decapitado acusado de favorecer la causa de María Estuardo. Felipe se casó con 14 años con Ana Dacre; cuatro años más tarde entró en la corte, y gozó de los favores de la reina. Llevó una vida disipada hasta el punto de encerrar a su esposa en el castillo y abandonarla durante seis años.
Después de asistir a la disputa entre san Edmundo Campión y los ministros anglicanos, quedó impresionado por los argumentos del jesuita y decidió cambiar de vida; dejó la corte y regresó a su castillo de Arundel con su mujer. Comenzó el rumor que se había hecho católico y la reina ordenó que se le vigilara. Fueron tres años de fuertes dudas, hasta que en 1584, marchó a Londres, y fue recibido en la Iglesia católica por el jesuita Guillermo Weston.
En 1585, fue encarcelado en la Torre de Londres, mientras intentaba huir de Inglaterra, y, en el 1589, condenado a muerte por favorecer la causa de María Estuardo y otras falsedades; la sentencia nunca se cumplió, pero él estuvo preso hasta que murió a los 38 años, consumido por las penalidades, en la pared de su prisión había escrito: “Cuanto más se padezca por Cristo en este siglo, tanto mayor gloria se tendrá en el futuro”. Fue canonizado por SS Pablo VI en 1970.
No hay comentarios:
Publicar un comentario