En Beauvais, ciudad de Neustria, santa Angadrisma, abadesa del monasterio fundado por san Ebrulfo, llamado Oratorio (hoy Oroër) por poseer varios lugares de oración, de modo que se servía a Dios sin intermisión.
Hija del refrendario mayor del rey Clotario III. Su educación tuvo el influjo positivo del obispo de Thérouanne, san Audomaro y de su primo san Lamberto de Lyon, en aquel entonces monje de Fontenelle. Sostenida por ellos en la vocación religiosa, tuvo que luchar contra la oposición de su padre, que la había prometido a un joven señor, el futuro obispo de Rouen, san Ansberto. Para evitar la boda, Angradema le pidió a Dios que la hiciera menos atractiva, su oración fue escuchada y enfermó de lepra para que se rompieran los esponsales.
Recibió el velo de manos de san Audoeno de Rouen y ese día la enfermedad desapareció milagrosamente, pero le quedaron las huellas en el rostro picado. Abadesa benedictina de Nuestra Señora de San Pablo de Oröer-des-Vierges en Beauvais. Diversos milagros le fueron atribuidos a su intercesión cuando todavía estaba viva. Según una leyenda habría llevado carbones ardientes en un pliegue de la túnica que no experimentó daño alguno, cuando se desató un incendio en el monasterio que amenazaba la destrucción de las reliquias del fundador, san Ebrulfo. Murió octogenaria y rápidamente fue venerada como santa. San Luis IX, atribuyó que la intercesión de sus reliquias impidió la toma de la ciudad por Carlos el Temerario. Patrona de Beauvais.
Hija del refrendario mayor del rey Clotario III. Su educación tuvo el influjo positivo del obispo de Thérouanne, san Audomaro y de su primo san Lamberto de Lyon, en aquel entonces monje de Fontenelle. Sostenida por ellos en la vocación religiosa, tuvo que luchar contra la oposición de su padre, que la había prometido a un joven señor, el futuro obispo de Rouen, san Ansberto. Para evitar la boda, Angradema le pidió a Dios que la hiciera menos atractiva, su oración fue escuchada y enfermó de lepra para que se rompieran los esponsales.
Recibió el velo de manos de san Audoeno de Rouen y ese día la enfermedad desapareció milagrosamente, pero le quedaron las huellas en el rostro picado. Abadesa benedictina de Nuestra Señora de San Pablo de Oröer-des-Vierges en Beauvais. Diversos milagros le fueron atribuidos a su intercesión cuando todavía estaba viva. Según una leyenda habría llevado carbones ardientes en un pliegue de la túnica que no experimentó daño alguno, cuando se desató un incendio en el monasterio que amenazaba la destrucción de las reliquias del fundador, san Ebrulfo. Murió octogenaria y rápidamente fue venerada como santa. San Luis IX, atribuyó que la intercesión de sus reliquias impidió la toma de la ciudad por Carlos el Temerario. Patrona de Beauvais.
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