Nació y fue martirizada en Patti, provincia de Messina, en el siglo III. Se la celebra el 5 de noviembre.
Santa Trofimena, santa de origen siciliano, de Patti, provincia de Messina, homóloga de Santa Febronia, que se venera en Minori, provincia de Salerno, en la Costa Amalfitana.
La hagiografía es lamentablemente retorcida, la tradición la quiere sostiene que fue martirizada aun siendo muy jovencita, alrededor de los 12 /13 años por manos del mismo padre, porque deseosa de bautizarse y de abrazar la fe cristiana, se cuenta de una visión de un ángel que le anuncia la consagración a Cristo y el inminente martirio, y contraria a las nupcias con el preelegido indicado por la familia.
El cuerpo fue confiado a la custodia de una urna y arrojado en el mar, la corriente lo llevó hasta las costas salernitanas y precisamente en Minori. La urna encontrada por la población minorese fue hecha transportar por una pareja de bueyes, pero llegados al punto donde hoy día surge la iglesia a ella dedicada, los animales no quisieron absolutamente proseguir, por tanto los minoreses interpretaron esto como una señal divina de la elección del lugar donde erigir la susodicha iglesia.-
La fuente principal de la leyenda hagiográfica de Sta. Trofimena es representada por el texto con el título “Historia Inventionis ac Traslazioni et Miracula Sanctae Trofimenis”, redactado en escritura beneventana y conservado en un códice datado en los primeros decenios del siglo X.
El autor, desafortunadamente es anónimo, según los estudios de Máximo Oldoni, podría ser un presbítero de origen minorese o, más verosímilmente, longobardo. Hasta el año 1658 el códice fue conservado en el Archivo Episcopal de Minori, sucesivamente el erudito escalese Giovanni Battista d’Afflitto lo envió a Ughelli quien trascribió el texto, publicándolo en su obra “Italia Sacra”, contribuyendo en modo determinante a la pérdida definitiva.
Escrito en forma de sermón dirigido a los fieles, el texto de la Historia está dividido en tres capítulos:
1.- en el primer están narrados los hechos ligados al descubrimiento del cuerpo de Sta. Trofimena en las playas de Minori, evento que la tradición popular lo fecha el 5 de noviembre del año 640. Como la urna haya llegado a Minori es difícil establecerlo, el anónimo hagiógrafo pone el acento en la intervención de un ángel, que guio la urna a las costas sicilianas hasta Minori. Aquí la urna quedó en custodia por un período impreciso, hasta cuando la atención de la población local fue capturada por una lavandera del lugar llegada cerca de desembocadura del río Reginna con la intención de lavar su ropa. En el batir las ropas sobre una piedra de mármol quedó con los brazos paralizados, castigada por haber molestado el reposo terreno de la Mártir. Inmediatamente llegaron los sacerdotes de la ciudad, los cuales después de haber identificado en aquella urna marmórea el sarcófago de una mártir cristiana, decidieron trasladarla en un lugar más seguro. En el tentativo de descubrir su identidad notaron estos versos esculpidos en el mármol: “Tu que buscas de conocer el motivos del arribo de esta urna sabe que aquí reposan los miembros, pies e intacto cuerpo de Trofimena Mártir y Virgen, Ella, hasta cuando duraron las costumbres de un tiempo malvado, evitó a los falsos ídolos del mundo huyendo, como devota niña, de sus padres sicilianos. Reposó en medio del mar, ofreció los miembros a los Minoreses y el alma a Dios. De aquí ha ido a gozar entre los perfumados espacios de Cristo”.
Estos versos representan las únicas noticias históricas sobre el origen de Sta. Trofimena. Muchas informaciones han quedado en la sombra, como por ejemplo el año de nacimiento, el año de “dies Natalis” o fallecimiento y la ciudad de origen. Estas lagunas históricas fueron colmadas en época moderna por la investigación humanista Quinto Mario Corrado, basadas sobre el análisis de los datos tomados por una búsqueda demoscópica.
La narración prosigue con la intervención del obispo amalfitano Pietro y con la primera traslación de las reliquias. De frente a la imposibilidad de trasladar la pequeña urna marmórea el prelado amalfitano decidió hacerla llevar por dos bueyes blancos, que no había sido puestos al yugo. A través de este expediente las reliquias fueron trasladadas, con una solemne procesión, desde la playa al lugar donde actualmente surge la Basílica de Sta. Trofimena. Fueron sepultadas bajo un estructura “ad cassum”, dispuesta sobre tres niveles, “sub tribus cameris mire constructis, reperiunt sanctam Christi Martyrirem illibatam in suo locello”, sobre la cual fue erigido el primer altar y una primera iglesia.
Aquí el cuerpo permaneció hasta el año 838, hasta cuando el ejército longobardo amenazó directamente la seguridad de la ciudad del Ducado Amalfitano.
2.- El segundo capítulo se abre pues con la narración de los hechos que han tenido como protagonista el príncipe beneventano Sicardo y el obispo amalfitano Pietro II. En el otoño del 838, los territorios del Ducado de Amalfi sufrieron el saqueo por parte de las tropas longobardas, guiadas por Sicardo, hijo de Sicone y heredero de una política religiosa que tenía, entre sus objetivos, la adquisición de un número consistente de reliquias de mártires cristianos. El obispo amalfitano Pietro II decidió pues de hacer trasladar las reliquias de Sta. Trofimena de Minori a Amalfi, considerado un lugar más seguro.
Las embarcaciones guiadas por el obispo condujeron pues el cuerpo de Sta, Trofimena a Amalfi, donde fue colocado en la iglesia dedicada a la Virgen, la actual iglesia del Crucifijo. Ocho días después de este advenimiento al obispo se le aparece en sueños Sta. Trofimena, envuelta en un manto rojo, seguida de otras vírgenes, quien con voz amenazadora le predijo una muerte inminente, acusándolo de haber profanado y conducido su cuerpo lejos de Minori. Por su culpa la Mártir le predijo una muerte imprevista seguida de la estresante visión de su cadáver sacado del sepulcro y devorado por los perros; cosa que aconteció poco tiempo después en ocasión de saqueo de ciudad de Amalfi por parte de los longobardos de Sicardo.
Las reliquias de Sta. Trofimena fueron robadas y llevadas a Benevento. En breve tiempo el culto se difundió también en las provincias longobardas, como demuestra la elección del obispo Orso, quien frente al requerimiento de restitución del cuerpo, entre otros por los Minoreses en el mes de junio del año 839, después de la muerte del príncipe Sicardo, decidió restituir solamente una mitad del cuerpo, la otra mitad quedó pues en Benevento. Tal decisión fue dictada, con toda probabilidad, por la voluntad de no privar a su Iglesia diocesana de un tesoro convertido ya precioso.
El cuerpo de Sta. Trofimena retornó pues a Minori el 13 de julio del año 839, después de haber permanecido la noche precedente en la ciudad de Salerno, sede de una importante y numerosa colonia de mercantes amalfitanos. A atenderlo fue la población entera local, en “una jornada de sol fulgurante”, que acompañó en procesión el sacro cuerpo, reponiéndolo en el lugar elegido por la Santa para su reposo terreno.
3.- La tercera y última parte narra, en fin, los milagros operados por intercesión de la Mártir, como en el caso del sacerdote napolitano Mauro atacado de apoplejía y curado después de haber tocado el cuerpo de la Mártir de regreso a Benevento. El hecho que bien describe la desolación y el estado del completo abandono en el cual estaba la ciudad de Minori después del robo de las reliquias, es aquel que narra la hazañas del sacerdote Constantino, custodio y guardián de la iglesia de Sta. Trofimena. Adolorido y desesperado por la pérdida de las reliquias no celebraba más la Misa, conduciendo la iglesia toda en un estado de profunda desolación.- Un día en las primeras horas de la mañana vio a la Beata Virgen Trofimena que le reprochó por su negligencia, invitándolo al mismo tiempo a celebrar Misa, porque también su cuerpo había sido robado, su espíritu continuaba en permanecer en aquel lugar.
El tercer capítulo de la Historia relata, entre otras cosas, una de los primeros testimonios sobre la existencia de la Escuela Médica Salernitana. Al tiempo del prefecto Pulcari, que gobernó Amalfi entre el 874 y el 883, una niña de nombre Teodonanda, concedida como esposa a un hombre de nombre Mauro, versaba en grave condiciones de salud. Fue llevada a Salerno, ciudad en la cual, operaba el médico Jerónimo, famoso sus competencias médicas.
No obstante el soporte de numerosos “inmensos volúmenes”, (un dato que confirma la presencia de una fornida biblioteca médica), no estuvo en grado de curar la jovencita. De regreso a Minori el marido Mauro decidió llevarla a la basílica de Sta. Trofimena, la dejó allí vecino al altar consagrado a la virgen, consignándola en las manos de una monja de nombre Agata. Mientras la pía mujer absorta en oración delante al altar de a Santa cae en un sueño profundo, Teodonanda se levantó por sí sola y si dirigió hacia el río Reginna, aquí le apareció una jovencita que la invitó a regresar a la iglesia y continuar la oración. Después de haber regresado a la iglesia confió a la monja de haber tenido una visión de Sta. Trofimena. La mujer notó que el piso vecino al altar comenzó a emanar un aceite perfumadísimo, ordenó pues a la jovencita a quitarse sus vestidos y acostarse sobre aquel aceite. Teodonanda obedeció y fue curada de todos sus males.-
Desde el 13 de julio del 839 el cuerpo de la Mártir es conservado en el lugar puesto bajo del altar erigido en su capilla. Con el pasar de los siglos se pierde la memoria del lugar de la sepultura. Cuando en la mitad del siglo XVIII iniciaron los trabajadores la reconstrucción de la nueva catedral, se sintió la necesidad de llevar a la luz las reliquias de Sta. Trofimena.
En la noche entre el 26 y el 27 de noviembre de 1793 algunos devotos minoreses entrando furtivamente en la iglesia y excavando en el lugar indicado por la tradición encontraron nuevamente las sacras reliquias. El 27 de noviembre el pueblo de Minori festeja pues el aniversario del segundo re descubrimiento.
Santa Trofimena, santa de origen siciliano, de Patti, provincia de Messina, homóloga de Santa Febronia, que se venera en Minori, provincia de Salerno, en la Costa Amalfitana.
La hagiografía es lamentablemente retorcida, la tradición la quiere sostiene que fue martirizada aun siendo muy jovencita, alrededor de los 12 /13 años por manos del mismo padre, porque deseosa de bautizarse y de abrazar la fe cristiana, se cuenta de una visión de un ángel que le anuncia la consagración a Cristo y el inminente martirio, y contraria a las nupcias con el preelegido indicado por la familia.
El cuerpo fue confiado a la custodia de una urna y arrojado en el mar, la corriente lo llevó hasta las costas salernitanas y precisamente en Minori. La urna encontrada por la población minorese fue hecha transportar por una pareja de bueyes, pero llegados al punto donde hoy día surge la iglesia a ella dedicada, los animales no quisieron absolutamente proseguir, por tanto los minoreses interpretaron esto como una señal divina de la elección del lugar donde erigir la susodicha iglesia.-
La fuente principal de la leyenda hagiográfica de Sta. Trofimena es representada por el texto con el título “Historia Inventionis ac Traslazioni et Miracula Sanctae Trofimenis”, redactado en escritura beneventana y conservado en un códice datado en los primeros decenios del siglo X.
El autor, desafortunadamente es anónimo, según los estudios de Máximo Oldoni, podría ser un presbítero de origen minorese o, más verosímilmente, longobardo. Hasta el año 1658 el códice fue conservado en el Archivo Episcopal de Minori, sucesivamente el erudito escalese Giovanni Battista d’Afflitto lo envió a Ughelli quien trascribió el texto, publicándolo en su obra “Italia Sacra”, contribuyendo en modo determinante a la pérdida definitiva.
Escrito en forma de sermón dirigido a los fieles, el texto de la Historia está dividido en tres capítulos:
1.- en el primer están narrados los hechos ligados al descubrimiento del cuerpo de Sta. Trofimena en las playas de Minori, evento que la tradición popular lo fecha el 5 de noviembre del año 640. Como la urna haya llegado a Minori es difícil establecerlo, el anónimo hagiógrafo pone el acento en la intervención de un ángel, que guio la urna a las costas sicilianas hasta Minori. Aquí la urna quedó en custodia por un período impreciso, hasta cuando la atención de la población local fue capturada por una lavandera del lugar llegada cerca de desembocadura del río Reginna con la intención de lavar su ropa. En el batir las ropas sobre una piedra de mármol quedó con los brazos paralizados, castigada por haber molestado el reposo terreno de la Mártir. Inmediatamente llegaron los sacerdotes de la ciudad, los cuales después de haber identificado en aquella urna marmórea el sarcófago de una mártir cristiana, decidieron trasladarla en un lugar más seguro. En el tentativo de descubrir su identidad notaron estos versos esculpidos en el mármol: “Tu que buscas de conocer el motivos del arribo de esta urna sabe que aquí reposan los miembros, pies e intacto cuerpo de Trofimena Mártir y Virgen, Ella, hasta cuando duraron las costumbres de un tiempo malvado, evitó a los falsos ídolos del mundo huyendo, como devota niña, de sus padres sicilianos. Reposó en medio del mar, ofreció los miembros a los Minoreses y el alma a Dios. De aquí ha ido a gozar entre los perfumados espacios de Cristo”.
Estos versos representan las únicas noticias históricas sobre el origen de Sta. Trofimena. Muchas informaciones han quedado en la sombra, como por ejemplo el año de nacimiento, el año de “dies Natalis” o fallecimiento y la ciudad de origen. Estas lagunas históricas fueron colmadas en época moderna por la investigación humanista Quinto Mario Corrado, basadas sobre el análisis de los datos tomados por una búsqueda demoscópica.
La narración prosigue con la intervención del obispo amalfitano Pietro y con la primera traslación de las reliquias. De frente a la imposibilidad de trasladar la pequeña urna marmórea el prelado amalfitano decidió hacerla llevar por dos bueyes blancos, que no había sido puestos al yugo. A través de este expediente las reliquias fueron trasladadas, con una solemne procesión, desde la playa al lugar donde actualmente surge la Basílica de Sta. Trofimena. Fueron sepultadas bajo un estructura “ad cassum”, dispuesta sobre tres niveles, “sub tribus cameris mire constructis, reperiunt sanctam Christi Martyrirem illibatam in suo locello”, sobre la cual fue erigido el primer altar y una primera iglesia.
Aquí el cuerpo permaneció hasta el año 838, hasta cuando el ejército longobardo amenazó directamente la seguridad de la ciudad del Ducado Amalfitano.
2.- El segundo capítulo se abre pues con la narración de los hechos que han tenido como protagonista el príncipe beneventano Sicardo y el obispo amalfitano Pietro II. En el otoño del 838, los territorios del Ducado de Amalfi sufrieron el saqueo por parte de las tropas longobardas, guiadas por Sicardo, hijo de Sicone y heredero de una política religiosa que tenía, entre sus objetivos, la adquisición de un número consistente de reliquias de mártires cristianos. El obispo amalfitano Pietro II decidió pues de hacer trasladar las reliquias de Sta. Trofimena de Minori a Amalfi, considerado un lugar más seguro.
Las embarcaciones guiadas por el obispo condujeron pues el cuerpo de Sta, Trofimena a Amalfi, donde fue colocado en la iglesia dedicada a la Virgen, la actual iglesia del Crucifijo. Ocho días después de este advenimiento al obispo se le aparece en sueños Sta. Trofimena, envuelta en un manto rojo, seguida de otras vírgenes, quien con voz amenazadora le predijo una muerte inminente, acusándolo de haber profanado y conducido su cuerpo lejos de Minori. Por su culpa la Mártir le predijo una muerte imprevista seguida de la estresante visión de su cadáver sacado del sepulcro y devorado por los perros; cosa que aconteció poco tiempo después en ocasión de saqueo de ciudad de Amalfi por parte de los longobardos de Sicardo.
Las reliquias de Sta. Trofimena fueron robadas y llevadas a Benevento. En breve tiempo el culto se difundió también en las provincias longobardas, como demuestra la elección del obispo Orso, quien frente al requerimiento de restitución del cuerpo, entre otros por los Minoreses en el mes de junio del año 839, después de la muerte del príncipe Sicardo, decidió restituir solamente una mitad del cuerpo, la otra mitad quedó pues en Benevento. Tal decisión fue dictada, con toda probabilidad, por la voluntad de no privar a su Iglesia diocesana de un tesoro convertido ya precioso.
El cuerpo de Sta. Trofimena retornó pues a Minori el 13 de julio del año 839, después de haber permanecido la noche precedente en la ciudad de Salerno, sede de una importante y numerosa colonia de mercantes amalfitanos. A atenderlo fue la población entera local, en “una jornada de sol fulgurante”, que acompañó en procesión el sacro cuerpo, reponiéndolo en el lugar elegido por la Santa para su reposo terreno.
3.- La tercera y última parte narra, en fin, los milagros operados por intercesión de la Mártir, como en el caso del sacerdote napolitano Mauro atacado de apoplejía y curado después de haber tocado el cuerpo de la Mártir de regreso a Benevento. El hecho que bien describe la desolación y el estado del completo abandono en el cual estaba la ciudad de Minori después del robo de las reliquias, es aquel que narra la hazañas del sacerdote Constantino, custodio y guardián de la iglesia de Sta. Trofimena. Adolorido y desesperado por la pérdida de las reliquias no celebraba más la Misa, conduciendo la iglesia toda en un estado de profunda desolación.- Un día en las primeras horas de la mañana vio a la Beata Virgen Trofimena que le reprochó por su negligencia, invitándolo al mismo tiempo a celebrar Misa, porque también su cuerpo había sido robado, su espíritu continuaba en permanecer en aquel lugar.
El tercer capítulo de la Historia relata, entre otras cosas, una de los primeros testimonios sobre la existencia de la Escuela Médica Salernitana. Al tiempo del prefecto Pulcari, que gobernó Amalfi entre el 874 y el 883, una niña de nombre Teodonanda, concedida como esposa a un hombre de nombre Mauro, versaba en grave condiciones de salud. Fue llevada a Salerno, ciudad en la cual, operaba el médico Jerónimo, famoso sus competencias médicas.
No obstante el soporte de numerosos “inmensos volúmenes”, (un dato que confirma la presencia de una fornida biblioteca médica), no estuvo en grado de curar la jovencita. De regreso a Minori el marido Mauro decidió llevarla a la basílica de Sta. Trofimena, la dejó allí vecino al altar consagrado a la virgen, consignándola en las manos de una monja de nombre Agata. Mientras la pía mujer absorta en oración delante al altar de a Santa cae en un sueño profundo, Teodonanda se levantó por sí sola y si dirigió hacia el río Reginna, aquí le apareció una jovencita que la invitó a regresar a la iglesia y continuar la oración. Después de haber regresado a la iglesia confió a la monja de haber tenido una visión de Sta. Trofimena. La mujer notó que el piso vecino al altar comenzó a emanar un aceite perfumadísimo, ordenó pues a la jovencita a quitarse sus vestidos y acostarse sobre aquel aceite. Teodonanda obedeció y fue curada de todos sus males.-
Desde el 13 de julio del 839 el cuerpo de la Mártir es conservado en el lugar puesto bajo del altar erigido en su capilla. Con el pasar de los siglos se pierde la memoria del lugar de la sepultura. Cuando en la mitad del siglo XVIII iniciaron los trabajadores la reconstrucción de la nueva catedral, se sintió la necesidad de llevar a la luz las reliquias de Sta. Trofimena.
En la noche entre el 26 y el 27 de noviembre de 1793 algunos devotos minoreses entrando furtivamente en la iglesia y excavando en el lugar indicado por la tradición encontraron nuevamente las sacras reliquias. El 27 de noviembre el pueblo de Minori festeja pues el aniversario del segundo re descubrimiento.

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