domingo, 10 de mayo de 2020

Beato Iván Merz


En la ciudad de Zagreb, en Croacia, beato Ivan Merz, laico, que, dedicado al estudio de las letras y a la enseñanza, dio a los jóvenes el ejemplo de un maestro fiel a Cristo y de un laico creyente entregado al bien de la sociedad.

Nació en Banja Luka, la Bosnia ocupada por el imperio austro-húngaro, en una familia liberal. Por voluntad de sus padres, y no suya, entró en la Academia militar de Wiener Noustadt, que abandonó después de tres meses, molesto por la corrupción del ambiente. En 1915 inició los estudios en la universidad de Viena, aspirando a ser profesor, para poder dedicarse a la instrucción y educación de los jóvenes en Bosnia, siguiendo el ejemplo de su profesor Ljubomir Marakovic, hacia el que sentía una profunda gratitud por haberle ayudado a descubrir las riquezas del catolicismo. 

En marzo de 1916 tuvo que enrolarse en el ejército. Fue enviado al frente italiano, donde pasó la mayor parte de los años 1917 y 1918. Al concluir la I Guerra mundial se encontraba en Banja Luka, donde vivió el cambio político y el nacimiento del nuevo Estado yugoslavo. La experiencia de la guerra le hizo madurar espiritualmente, pues, impresionado por los horrores de los que fue testigo, poniéndose en las manos de Dios, se propuso tender con todas sus fuerzas a la perfección cristiana. 

Se puede seguir su desarrollo espiritual gracias a su diario íntimo, que comenzó a escribir durante sus estudios de secundaria y prosiguió en el ejército, en el frente y durante los estudios universitarios. En él se aprecia que su santidad no fue fácil, que tuvo que luchar mucho por su ideal. Lo atormentaba el problema del amor y luego el del dolor y la muerte, que resolvía a la luz de la fe. "No tengo la santa Eucaristía -escribe el 9 de septiembre de 1917-. Vivo aquí como un pagano o una fiera, como si el Agnus no fuera ya el centro del cosmos, como si no existiera para nada. Dios Consolador, ven a compenetrar mi naturaleza con átomos de eternidad, para que, más semejante a ti, comprenda el curso de mi existencia". Vio que su vida tenía que estar unida a la oración, a la eucaristía y en una inmensa confianza en la Providencia. Hizo votos privados de castidad perpétua.

Después de la I Guerra mundial prosiguió sus estudios de Filosofía en Viena (1919-1920); luego se trasladó a París, donde estudió en la Sorbona y el Instituto Católico (1920-1922). Con su tesis sobre "la influencia de la liturgia en los escritores franceses desde Chateaubriand hasta nuestros días", obtuvo el doctorado en Filosofía en la universidad de Zagreb (1923). Durante el resto de su breve vida fue profesor de Lengua y Literatura francesa y alemana en el Instituto arzobispal de Zagreb, realizando con entrega ejemplar sus deberes de estado. Fue un ejemplar profesor. También estudió Teología y profundizó en los estudios del Magisterio de la Iglesia. 

Era laico, pero fue el protagonista del movimiento litúrgico en Croacia y pionero de la Acción Católica en su país. Colaboró como apóstol de los jóvenes, primero en la Liga de los jóvenes católicos croatas, y luego en la Liga croata de las Águilas, que impulsó y con la que inauguró en Croacia la Acción católica promovida por el papa Pío XI. Según él, la Organización debía contribuir ante todo a formar una élite de apóstoles de la santidad. Con ese fin debía servir también para la renovación litúrgica, de la que fue uno de los primeros promotores en Croacia, anticipando cuatro décadas las directrices del concilio ecuménico Vaticano II en esa materia. 

Quería formar jóvenes apóstoles cuya meta fuera la santidad. Intentó enseñarles el amor a la Iglesia y al Papa. Fue un hombre de gran paciencia ante las dificultades. En su trabajo no le faltaron incomprensiones y dificultades de diversos tipos, que afrontaba con una serenidad admirable, fruto de su continua unión con Dios en la oración. En opinión de quienes lo conocían bien, "con su mente y su corazón se hallaba inmerso en lo sobrenatural". Con gran carisma, fue un auténtico punto de referencia para la juventud croata. 

Convencido de que el medio más eficaz para la salvación de las almas es el sufrimiento ofrecido al Señor, ofrecía sus penas físicas y morales para obtener la bendición de sus actividades apostólicas, y, ya cerca de su muerte, ofreció también su joven vida por sus Águilas. Murió en Zagreb, a los 32 años de edad, con fama de santidad. Fue beatificado por Juan Pablo II el 22 de junio de 2003.

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