Misionera Claretiana, mártir
El 11 de marzo de 2001 era beatificada la M. María Patrocinio Giner Gomis, misionera claretiana, junto con otros 232 mártires de la misma archidiócesis de Valencia. Había nacido en Tortosa (Tarragona – España) en 1874. Su nombre de pila fue María Cinta Asunción y perteneció a una familia numerosa de honda tradición religiosa. Por muchos años desempeñó el cargo de formadora de las jóvenes generaciones de claretianas y educadora en Carcagente (Valencia – España). Murió mártir en el Portichol de Valldigna (Valencia - España) el 13 de noviembre de 1936 durante la persecución religiosa en España.
La beata Patrocinio sufrió persecución solo por ser religiosa. Detenida y amenazada, se mantuvo firme y valiente. Por fidelidad a su fe y a su vocación aceptó con fortaleza y serenidad la muerte orando y perdonando. Fue detenida el día 13 de noviembre de 1936. Estaba en la casa rezando el rosario cuando llamaron a la puerta de la calle de modo tumultuoso, y preguntaron los milicianos por la Superiora del Colegio. Entonces salió ella valientemente, les dijo que no era superiora, sino una simple hermana y exigieron que se fuera con ellos. No hubo juicio. Su delito fue ser religiosa. (cf. 2, p. 21). Junto a ella moría su hermana Carlota, religiosa agustina ermitaña, y la beata María del Olvido Noguera, ex alumna del Colegio de María Inmaculada y alumna muy querida de la propia Patrocinio Giner.
Estas fueron algunas de las frases previas a su martirio: «Qué nubarrones tan negros nos cubren, pero como nuestra confianza está puesta en Aquél que nos ha dicho “triunfaré de mis enemigos y reinaré en España” […] en medio de tanta persecución, nuestra fe se robustece, el corazón se purga y la voluntad se dispone a sufrir todo lo que el Señor permita nos venga, que todo sea para nuestro bien» (2, p. 17).
A los verdugos: «Vosotros no sabéis lo que hacéis, algún día os pesará. Yo os perdono de corazón y acepto con gozo lo que Dios permite, porque me vais a abrir las puertas del cielo; ¡desde el cielo rogaré por vosotros!» (2, p. 22).
La Congregación de las Misioneras Claretianas encuentra en la beata María Patrocinio Giner la máxima expresión del estilo de vida y de misión que le infundieron sus fundadores, san Antonio María Claret y la venerable M. María Antonia París, que en una ocasión escribió: «Ojalá tuviéramos la dichosa suerte de sellar nuestra vida derramando toda nuestra sangre en confirmación de la Ley santa del Señor».
El 11 de marzo de 2001 era beatificada la M. María Patrocinio Giner Gomis, misionera claretiana, junto con otros 232 mártires de la misma archidiócesis de Valencia. Había nacido en Tortosa (Tarragona – España) en 1874. Su nombre de pila fue María Cinta Asunción y perteneció a una familia numerosa de honda tradición religiosa. Por muchos años desempeñó el cargo de formadora de las jóvenes generaciones de claretianas y educadora en Carcagente (Valencia – España). Murió mártir en el Portichol de Valldigna (Valencia - España) el 13 de noviembre de 1936 durante la persecución religiosa en España.
La beata Patrocinio sufrió persecución solo por ser religiosa. Detenida y amenazada, se mantuvo firme y valiente. Por fidelidad a su fe y a su vocación aceptó con fortaleza y serenidad la muerte orando y perdonando. Fue detenida el día 13 de noviembre de 1936. Estaba en la casa rezando el rosario cuando llamaron a la puerta de la calle de modo tumultuoso, y preguntaron los milicianos por la Superiora del Colegio. Entonces salió ella valientemente, les dijo que no era superiora, sino una simple hermana y exigieron que se fuera con ellos. No hubo juicio. Su delito fue ser religiosa. (cf. 2, p. 21). Junto a ella moría su hermana Carlota, religiosa agustina ermitaña, y la beata María del Olvido Noguera, ex alumna del Colegio de María Inmaculada y alumna muy querida de la propia Patrocinio Giner.
Estas fueron algunas de las frases previas a su martirio: «Qué nubarrones tan negros nos cubren, pero como nuestra confianza está puesta en Aquél que nos ha dicho “triunfaré de mis enemigos y reinaré en España” […] en medio de tanta persecución, nuestra fe se robustece, el corazón se purga y la voluntad se dispone a sufrir todo lo que el Señor permita nos venga, que todo sea para nuestro bien» (2, p. 17).
A los verdugos: «Vosotros no sabéis lo que hacéis, algún día os pesará. Yo os perdono de corazón y acepto con gozo lo que Dios permite, porque me vais a abrir las puertas del cielo; ¡desde el cielo rogaré por vosotros!» (2, p. 22).
La Congregación de las Misioneras Claretianas encuentra en la beata María Patrocinio Giner la máxima expresión del estilo de vida y de misión que le infundieron sus fundadores, san Antonio María Claret y la venerable M. María Antonia París, que en una ocasión escribió: «Ojalá tuviéramos la dichosa suerte de sellar nuestra vida derramando toda nuestra sangre en confirmación de la Ley santa del Señor».
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