jueves, 6 de junio de 2013

Lecturas


En aquellos días, habían entrado ya en Media y estaban cerca de Ecbatana, cuando Rafael dijo al chico:
-«Amigo Tobías.»
Él respondió:
-«¿Qué?»
Rafael dijo:
-«Hoy vamos a hacer noche en casa de Ragüel. Es pariente tuyo, y tiene una hija llamada Sara.»
Al llegar a Ecbatana, le dijo Tobías:
-«Amigo Azarias, llévame derecho a casa de nuestro pariente Ragüel.»
El ángel lo llevó a casa de Ragüel. Lo encontraron sentado a la puerta del patio; se adelantaron a saludarlo, y él les contestó:
-«Tanto gusto, amigos; bien venidos.»
Luego los hizo entrar en casa.
Ragüel los acogió cordialmente y mandó matar un carnero.
Cuando se lavaron y bañaron, se pusieron a la mesa. Tobías dijo a Rafael:
-«Amigo Azarías, dile a Ragüel que me dé a mi pariente Sara. »
Ragüel lo oyó, y dijo al muchacho:
-«Tú come y bebe y disfruta a gusto esta noche. Porque, amigo, sólo tú tienes derecho a casarte con mi hija Sara, y yo tampoco puedo dársela a otro, porque tú eres el pariente más cercano. Pero, hijo, te voy a hablar con toda franqueza. Ya se la he dado en matrimonio a siete de mi familia, y todos murieron la noche en que iban a acercarse a ella. Pero bueno, hijo, tú come y bebe, que el Señor cuidará de vosotros.»
Tobías replicó:
-«No comeré ni beberé mientras no dejes decidido este asunto mío. »
-«Lo haré. Y te la daré, como prescribe la ley de Moisés. Dios mismo manda que te la entregue, y yo te la confío.
A partir de hoy, para siempre, sois marido y mujer. Es tuya desde hoy para siempre. El Señor del cielo os ayude esta noche, hijo, y os dé su gracia y su paz.»
Llamó a su hija Sara. Cuando se presentó, Ragüel le tomó la mano y se la entregó a Tobías, con estas palabras:
-«Recíbela conforme al derecho y a lo prescrito en la ley de Moisés, que manda se te dé por esposa. Tómala y llévala enhorabuena a casa de tu padre. Que el Dios del cielo os dé paz y bienestar.»
Luego llamó a la madre, mandó traer papel y escribió el acta del matrimonio: «Que se la entregaba como esposa conforme a lo prescrito en la ley de Moisés.» Después empezaron a cenar.
Ragüel llamó a su mujer Edna y le dijo:
-«Mujer, prepara la otra habitación y llévala allí.»
Edna se fue a arreglar la habitación que le había dicho su marido. Llevó allí a su hija y lloró por ella. Luego, enjugándose las lágrimas, le dijo:
-«Ánimo, hija. Que el Dios del cielo cambie tu tristeza en gozo. Ánimo, hija.»
Y salió.
Cuando Ragüel y Edna salieron, cerraron la puerta de la habitación. Tobías se levantó de la cama y dijo a
Sara:
-«Mujer, levántate, vamos a rezar, pidiendo a nuestro Señor que tenga misericordia de nosotros y nos proteja.»
Se levantó, y empezaron a rezar, pidiendo a Dios que los protegiera. Rezó así:
-«Bendito eres, Dios de nuestros padres, y bendito tu nombre por los siglos de los siglos. Que te bendigan el cielo y todas tus criaturas por los siglos. Tú creaste a Adán, y como ayuda y apoyo creaste a su mujer, Eva; de los dos nació la raza humana. Tú dijiste: “No está bien que el hombre esté solo, voy a hacerle alguien como él, que lo ayude. “ Si yo me caso con esta prima mía, no busco satisfacer mi pasión, sino que procedo lealmente. Dígnate apiadarte de ella y de mí, y haznos llegar juntos a la vejez.»’
Los dos dijeron: -«Amén, amén.» Y durmieron aquella noche.

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
-«¿Qué mandamiento es el primero de todos?»
Respondió Jesús:
-«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. “El segundo es éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó:
-«Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
-«No estás lejos del reino de Dios.»
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor.

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