miércoles, 5 de enero de 2011

Lecturas



Queridos hermanos: Este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros. No seamos como Caín, que procedía del Maligno y asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo asesinó? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran buenas. No os sorprenda, hermanos, que el mundo os odie; nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. Pero si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios.


En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea; encuentra a Felipe y le dice: -«Sígueme.» Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice: - «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: jesús, hijo de José, de Nazaret.» Natanael le replicó: - «¿De Nazaret puede salir algo bueno?» Felipe le contestó: - «Ven y verás.» Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: - «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» Natanael le contesta: - «¿De qué me conoces?» Jesús le responde: - «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Natanael respondió: - «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» Jesús le contestó: - «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: - «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

Palabra del Señor.

No hay comentarios: