En Burghasungen, en el territorio de Hesse, san Heimerado, presbítero y eremita, el cual, expulsado del claustro y expuesto al escarnio y desprecio de muchos, por amor a Cristo peregrinó incesantemente.
Nació en Mosskirch (cerca de Baden, Alemania), en el seno de una familia muy pobre de siervos. Fue ordenado presbítero que fue peregrino perpetuo: viajó a Roma y luego a Jerusalén donde visitó los Santos Lugares. Después vivió, durante un tiempo, como monje en el monasterio de Hersfeld, fue expulsado por el abad porque se negó a vestir el hábito monástico.
Heimrad es uno de los muchos ejemplos de ascetismo practicado por algunos santos que trataron de aplastar su orgullo y se humillaron deliberadamente asumiendo costumbres excéntricas, para ser considerados como tontos o locos a los ojos de los demás. Durante 40 años, viajó por Alemania como un peregrino, buscando ser tratado como lo fue Jesús en la tierra.
Finalmente se estableció como ermitaño en el Monte Hasungen, cerca de Kassel, en Westfalia, llevando una vida muy austera y penitencial hasta su muerte. En la región del Rin, un abad del monasterio, le azotó por denunciar las malas costumbres de su monasterio. En Westfalia, un sacerdote envió sus perros contra él para obligarlo a salir de su parroquia. La emperatriz santa Cunengunda, mandó azotarlo porque se había atrevido a decir que era el hermano del Emperador. Cuando el castigo hubo terminado, dijo: “Tenemos el mismo padre en el cielo”. Santa Cunegunda, arrepentida, le pidió perdón. En dos pueblos fue también expulsado al ser injustamente acusado de hurto y por sus “rarezas”.
Se cuenta que en la abadía de Hersfeld, donde estuvo enterrado Heimrad, hubo un incendio que devastó el edificio. Pero en medio de las cenizas, los monjes descubrieron un cirio pascual completamente intacto y sin fundir. Durante muchos años, una parte de este cirio, milagrosamente conservado, está en cada cirio pascual de dicha abadía, cuando celebran para la Vigilia de Pascua. Su culto no ha sido confirmado oficialmente.
Nació en Mosskirch (cerca de Baden, Alemania), en el seno de una familia muy pobre de siervos. Fue ordenado presbítero que fue peregrino perpetuo: viajó a Roma y luego a Jerusalén donde visitó los Santos Lugares. Después vivió, durante un tiempo, como monje en el monasterio de Hersfeld, fue expulsado por el abad porque se negó a vestir el hábito monástico.
Heimrad es uno de los muchos ejemplos de ascetismo practicado por algunos santos que trataron de aplastar su orgullo y se humillaron deliberadamente asumiendo costumbres excéntricas, para ser considerados como tontos o locos a los ojos de los demás. Durante 40 años, viajó por Alemania como un peregrino, buscando ser tratado como lo fue Jesús en la tierra.
Finalmente se estableció como ermitaño en el Monte Hasungen, cerca de Kassel, en Westfalia, llevando una vida muy austera y penitencial hasta su muerte. En la región del Rin, un abad del monasterio, le azotó por denunciar las malas costumbres de su monasterio. En Westfalia, un sacerdote envió sus perros contra él para obligarlo a salir de su parroquia. La emperatriz santa Cunengunda, mandó azotarlo porque se había atrevido a decir que era el hermano del Emperador. Cuando el castigo hubo terminado, dijo: “Tenemos el mismo padre en el cielo”. Santa Cunegunda, arrepentida, le pidió perdón. En dos pueblos fue también expulsado al ser injustamente acusado de hurto y por sus “rarezas”.
Se cuenta que en la abadía de Hersfeld, donde estuvo enterrado Heimrad, hubo un incendio que devastó el edificio. Pero en medio de las cenizas, los monjes descubrieron un cirio pascual completamente intacto y sin fundir. Durante muchos años, una parte de este cirio, milagrosamente conservado, está en cada cirio pascual de dicha abadía, cuando celebran para la Vigilia de Pascua. Su culto no ha sido confirmado oficialmente.
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