En Hué, en Annam, santos Agustín Phan Viet Huy y Nicolás Bui Viet The, mártires, los cuales, llevados primero por el miedo, profanaron la Cruz, pero arrepentidos de inmediato, solicitaron del emperador Minh Mang ser juzgados de nuevo como cristianos, y fueron heridos mortalmente y arrojados al mar, aún vivos, desde una nave.
El gobernador de Tonkin occidental había tenido una política de tolerancia con el cristianismo, y había permitido incluso que se enrolaran en el ejército. Pero en 1838 Agustín viajó a la corte del emperador Minh-Manh, del que volvió con la advertencia que no tuviera tolerancia con los cristianos. Y empezó depurando el ejército. Mandó que todos los cristianos del ejército apostatasen o se sometieran al castigo de la ley. Todos apostataron menos tres: Agustín Phan Viet, Nicolás Bui Viet The y Domingo Dinh Dat.
Los tres jóvenes fueron sometidos a toda clase de torturas que no consiguieron nada, recurrieron entonces a drogarlos, y una vez drogados pisaron la cruz, por lo que fueron declarados apóstatas y dejados en libertad y se les entregó un dinero para que volvieran a su pueblo. Pero cuando se dieron cuenta de lo sucedido regresaron a decirle al gobernador que aquella acción no servía para nada, ya que sus sentimientos y su fe, seguía siendo cristiana. El gobernador irritado los volvió a torturar y luego los envió a su pueblo insistiendo a las autoridades locales que los tuvieran como apóstatas y no les permitieran volver demostrando arrepentimiento.
Pensaron ir a Hué, la capital del imperio a ver al emperador, presentar un memorial, y pedir que se les juzgara según la ley del país, lo que significaba el martirio. No pudo ir Domingo con sus compañeros porque sus padres lo retuvieron, pero Agustín y Nicolás se marcharon. El emperador les hizo elegir entre apostatar o no, y ellos eligieron permanecer en la fe. Llevados en un barco en alta mar, fueron ambos cortados por la mitad y arrojados sus cuerpos al mar para que no pudieran venerarlos los cristianos. Fueron canonizados el 19 de junio de 1988 por Juan Pablo II.
El gobernador de Tonkin occidental había tenido una política de tolerancia con el cristianismo, y había permitido incluso que se enrolaran en el ejército. Pero en 1838 Agustín viajó a la corte del emperador Minh-Manh, del que volvió con la advertencia que no tuviera tolerancia con los cristianos. Y empezó depurando el ejército. Mandó que todos los cristianos del ejército apostatasen o se sometieran al castigo de la ley. Todos apostataron menos tres: Agustín Phan Viet, Nicolás Bui Viet The y Domingo Dinh Dat.
Los tres jóvenes fueron sometidos a toda clase de torturas que no consiguieron nada, recurrieron entonces a drogarlos, y una vez drogados pisaron la cruz, por lo que fueron declarados apóstatas y dejados en libertad y se les entregó un dinero para que volvieran a su pueblo. Pero cuando se dieron cuenta de lo sucedido regresaron a decirle al gobernador que aquella acción no servía para nada, ya que sus sentimientos y su fe, seguía siendo cristiana. El gobernador irritado los volvió a torturar y luego los envió a su pueblo insistiendo a las autoridades locales que los tuvieran como apóstatas y no les permitieran volver demostrando arrepentimiento.
Pensaron ir a Hué, la capital del imperio a ver al emperador, presentar un memorial, y pedir que se les juzgara según la ley del país, lo que significaba el martirio. No pudo ir Domingo con sus compañeros porque sus padres lo retuvieron, pero Agustín y Nicolás se marcharon. El emperador les hizo elegir entre apostatar o no, y ellos eligieron permanecer en la fe. Llevados en un barco en alta mar, fueron ambos cortados por la mitad y arrojados sus cuerpos al mar para que no pudieran venerarlos los cristianos. Fueron canonizados el 19 de junio de 1988 por Juan Pablo II.
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