En Regensburg, Alemania, beato Eustaquio Kugler, religioso de la Orden de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios.
Nació en Baviera, en la aldea de Neuhaus. El primer contacto de Eustaquio con la Orden Hospitalaria tuvo lugar en Reichenbach, en 1893. Realizó el noviciado en Wórishofen durante el año 1894, con el Padre Agustín Koch. Tenía sólo 28 años, pero ya aparentaba una modesta gravedad que le hacía respetable a todos. Su profesión solemne tuvo lugar en Reichenbach en 1898.
El Capitulo Provincial de 1905, le nombra Superior de la casa de Strabing, aquí fue donde fray Eustaquio se revelaría como organizador y administrador, acreditándose como persona de verdadero talento. Después de un largo período de superior en distintas casas, en 1925, es elegido Provincial de la Orden de San Juan de Dios en Baviera. Fue reelegido Provincial en muchas ocasiones, hasta hacerlo Provincial de por vida. Se le verá partidario del progreso y la modernidad de los hospitales, pero insistirá en los valores que se viven y ejercitan, en la calidad humana y religiosa del servicio. No se era "verdadero" hermano de San Juan de Dios -enseñaba él- sólo por estar al lado del enfermo, sino por el espíritu y el modo en que se estaba.
Durante su tiempo como Provincial, tuvo lugar la Guerra Mundial y la llegada del nacionalsocialismo al poder y tuvo que sufrir duros ataques de la Gestapo por defender a los Hermanos y a los enfermos. El 17 de agosto de 1943 hubo un gran bombardeo sobre Regensburg. Los alrededores del hospital fueron destruidos. En cambio, este centro de salud quedó intacto. "Podemos decir que aquí hay un santo, que nos ha salvado de la guerra y de las bombas", decía un pastor evangélico.
Sufrió mucho por la devastación nazi. Soportó más de 30 interrogatorios de la Gestapo. Fue tal su impresión que durante uno de estos cayó desmayado. "Además de no delatar a ningún hermano, ni a otras personas, mantuvo gran silencio en su comunidad sobre los interrogatorios y trato recibido. Ni se quejó ni insultó a los policías", dice un testigo. Hubo hermanos que abandonaron la Orden, deslumbrados por la ideología; esto golpeó profundamente a Eustaquio, pero guardando la calma, se refería a los nazis diciendo: "Esos árboles no crecerán hasta el cielo". El hermano Kugler murió en 1946 de un tumor en el estómago. La fama de santidad de fray Eustaquio Kugler no podía menos que incrementarse con su muerte. Fue beatificado por el papa Benedicto XVI el 4 de octubre de 2009.
Nació en Baviera, en la aldea de Neuhaus. El primer contacto de Eustaquio con la Orden Hospitalaria tuvo lugar en Reichenbach, en 1893. Realizó el noviciado en Wórishofen durante el año 1894, con el Padre Agustín Koch. Tenía sólo 28 años, pero ya aparentaba una modesta gravedad que le hacía respetable a todos. Su profesión solemne tuvo lugar en Reichenbach en 1898.
El Capitulo Provincial de 1905, le nombra Superior de la casa de Strabing, aquí fue donde fray Eustaquio se revelaría como organizador y administrador, acreditándose como persona de verdadero talento. Después de un largo período de superior en distintas casas, en 1925, es elegido Provincial de la Orden de San Juan de Dios en Baviera. Fue reelegido Provincial en muchas ocasiones, hasta hacerlo Provincial de por vida. Se le verá partidario del progreso y la modernidad de los hospitales, pero insistirá en los valores que se viven y ejercitan, en la calidad humana y religiosa del servicio. No se era "verdadero" hermano de San Juan de Dios -enseñaba él- sólo por estar al lado del enfermo, sino por el espíritu y el modo en que se estaba.
Durante su tiempo como Provincial, tuvo lugar la Guerra Mundial y la llegada del nacionalsocialismo al poder y tuvo que sufrir duros ataques de la Gestapo por defender a los Hermanos y a los enfermos. El 17 de agosto de 1943 hubo un gran bombardeo sobre Regensburg. Los alrededores del hospital fueron destruidos. En cambio, este centro de salud quedó intacto. "Podemos decir que aquí hay un santo, que nos ha salvado de la guerra y de las bombas", decía un pastor evangélico.
Sufrió mucho por la devastación nazi. Soportó más de 30 interrogatorios de la Gestapo. Fue tal su impresión que durante uno de estos cayó desmayado. "Además de no delatar a ningún hermano, ni a otras personas, mantuvo gran silencio en su comunidad sobre los interrogatorios y trato recibido. Ni se quejó ni insultó a los policías", dice un testigo. Hubo hermanos que abandonaron la Orden, deslumbrados por la ideología; esto golpeó profundamente a Eustaquio, pero guardando la calma, se refería a los nazis diciendo: "Esos árboles no crecerán hasta el cielo". El hermano Kugler murió en 1946 de un tumor en el estómago. La fama de santidad de fray Eustaquio Kugler no podía menos que incrementarse con su muerte. Fue beatificado por el papa Benedicto XVI el 4 de octubre de 2009.
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