Solemnidad de la Natividad de san Juan Bautista, Precursor del Señor, que, estando aún en el seno materno, al quedar lleno del Espíritu Santo exultó de gozo por la próxima llegada de la salvación del género humano. Su nacimiento profetizó la Natividad de Cristo el Señor, y su existencia brilló con tal esplendor de gracia, que el mismo Jesucristo dijo no haber entre los nacidos de mujer nadie tan grande como Juan el Bautista.
Hijo de Zacarías e Isabel. Primo de Jesús. Fue el "enviado de Dios", la voz que grita en el desierto:"¡Preparad el camino del Señor!".
La vida del Precursor está cuajada de milagros aún antes de nacer: milagro dentro de la esterilidad y ancianidad de sus padres: "No temas, Zacarías, tu oración ha sido escuchada y tu mujer Isabel, te dará un hijo a quien pondrás por nombre Juan. Será grande delante del Señor, y el Espíritu Santo le llenará desde el seno de su madre" (Mc 1). Fue santificado en el mismo seno de su madre cuando María fue a ver a su prima Isabel "En cuanto oí tus palabras, dice Isabel a María, el niño saltó de alegría en mi vientre". Por ello bien podía profetizar su padre Zacarías: "Tu, hijo mío, serás llamado Profeta del Altísimo; porque irás ante la faz del Señor para preparar sus caminos y anunciar a su pueblo la nueva de la redención de sus pecados". “El niño iba creciendo y se fortalecía en su interior. Y vivió en el desierto hasta el día de su manifestación a Israel” (Lc 1, 80).
Juan llevó una vida austera (vivía vestido con piel de camello y se alimentaba de langostas y miel silvestre) y predicó la venida del Salvador y la vida de penitencia: "Preparad los caminos del Señor. Enderezad sus sendas. Que todo valle se rellene y todo monte se allane... Ya está puesta el hacha a raíz de los árboles y el árbol que no de buen fruto será talado y echado al fuego...". La misión de Juan fue ésta: "Ahí, tenéis al Cordero de Dios que quita los pecados del mundo... seguidle". Y reconoció a Jesús como el Mesías, y lo bautizó con su bautismo de penitencia.
La tradición patrística afirma que Juan fue liberado del pecado original en el seno de su madre, por ello desde los primeros tiempos de la Iglesia su festividad no se celebra el día de su muerte, sino en el de su nacimiento. Mártir en Jerusalén, por Herodes Antipas, que le mandó encarcelar, porque le reprobaba su vida licenciosa. Fue encerrado en la fortaleza de Maqueronte, pero Herodías, la mujer de Herodes, durante el cumpleaños de su hija Salomé, hizo que lo degollaran (Mc 6, 21-29). Jesús dijo de él: “Os digo que entre los nacidos de mujer no hay otro mayor que Juan; sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él” (Lc 7, 28).
La historia de su decapitación la narran los escritos del judío Flavio Josefo y en "El Corán". Es venerado también por la comunidad religiosa de los mandeos, en Irak, como el más grande de los profetas y fundador de su religión. Patrón de multitud de ciudades.
Hijo de Zacarías e Isabel. Primo de Jesús. Fue el "enviado de Dios", la voz que grita en el desierto:"¡Preparad el camino del Señor!".
La vida del Precursor está cuajada de milagros aún antes de nacer: milagro dentro de la esterilidad y ancianidad de sus padres: "No temas, Zacarías, tu oración ha sido escuchada y tu mujer Isabel, te dará un hijo a quien pondrás por nombre Juan. Será grande delante del Señor, y el Espíritu Santo le llenará desde el seno de su madre" (Mc 1). Fue santificado en el mismo seno de su madre cuando María fue a ver a su prima Isabel "En cuanto oí tus palabras, dice Isabel a María, el niño saltó de alegría en mi vientre". Por ello bien podía profetizar su padre Zacarías: "Tu, hijo mío, serás llamado Profeta del Altísimo; porque irás ante la faz del Señor para preparar sus caminos y anunciar a su pueblo la nueva de la redención de sus pecados". “El niño iba creciendo y se fortalecía en su interior. Y vivió en el desierto hasta el día de su manifestación a Israel” (Lc 1, 80).
Juan llevó una vida austera (vivía vestido con piel de camello y se alimentaba de langostas y miel silvestre) y predicó la venida del Salvador y la vida de penitencia: "Preparad los caminos del Señor. Enderezad sus sendas. Que todo valle se rellene y todo monte se allane... Ya está puesta el hacha a raíz de los árboles y el árbol que no de buen fruto será talado y echado al fuego...". La misión de Juan fue ésta: "Ahí, tenéis al Cordero de Dios que quita los pecados del mundo... seguidle". Y reconoció a Jesús como el Mesías, y lo bautizó con su bautismo de penitencia.
La tradición patrística afirma que Juan fue liberado del pecado original en el seno de su madre, por ello desde los primeros tiempos de la Iglesia su festividad no se celebra el día de su muerte, sino en el de su nacimiento. Mártir en Jerusalén, por Herodes Antipas, que le mandó encarcelar, porque le reprobaba su vida licenciosa. Fue encerrado en la fortaleza de Maqueronte, pero Herodías, la mujer de Herodes, durante el cumpleaños de su hija Salomé, hizo que lo degollaran (Mc 6, 21-29). Jesús dijo de él: “Os digo que entre los nacidos de mujer no hay otro mayor que Juan; sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él” (Lc 7, 28).
La historia de su decapitación la narran los escritos del judío Flavio Josefo y en "El Corán". Es venerado también por la comunidad religiosa de los mandeos, en Irak, como el más grande de los profetas y fundador de su religión. Patrón de multitud de ciudades.
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