viernes, 8 de enero de 2016

Lecturas


Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Di Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su unigénito, para que vivamos por medio de él.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.

En aquel tiempo, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.
Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a decirle:
- «Estamos en despoblado, y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer.»
El les replicó:
- «Dadles vosotros de comer.»
Ellos le preguntaron:
- «¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?»
Él les dijo:
- «¿Cuántos panes tenéis? Id a ver.»
Cuando lo averiguaron le dijeron:
- «Cinco, y dos peces.»
Él les mandó que la gente se recostará sobre la hierba verde en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de cien y de cincuenta.
Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces.
Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces.
Los que comieron eran cinco mil hombres.

Palabra del Señor.

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