En Roma, beata Columba (Juana) Gabriel, abadesa del monasterio de Lviv, en Ucrania, que, injustamente calumniada, viajó a Roma, donde, viviendo pobre y alegre, fundó la Congregación de Hermanas Benedictinas de la Caridad, además de la obra social llamada Casa de la Familia, para jóvenes operarias pobres o alejadas de su familia.
Nació en Stanislawow (Polonia), en el seno de una familia acomodada de noble linaje. Tuvo, por tanto, una formación cultural sólida, primero en la familia, después en las escuelas de su ciudad natal y en Lviv. Llegada a maestra, enseñó en escuelas públicas, y después en las escuelas de la Orden Benedictina, y en esta antigua Orden decidió realizar su aspiración a la vida religiosa, ingresando en las Hermanas Benedictinas de Lviv, donde en 1882 pronunció su profesión solemne. Tomó el nombre de Columba, y más tarde llegó a ser abadesa.
Pero la Providencia había dispuesto otra cosa. Como resultado de conflictos internos, tuvo que dejar el cargo, y en 1900 también el monasterio. Fue a Roma, luego ingresó en el monasterio benedictino de Subiaco, donde permaneció hasta 1902, y después regresó a Roma, dedicándose al cuidado de los niños de la parroquia de Testaccio y Prati; continuó el trabajo social con los necesitados, organizó una «casa-familia» a fin de proteger a las jóvenes trabajadoras pobres, con la ayuda de un grupo de damas romanas presidido por la princesa Barberini.
Aconsejada por sus superiores, reunió en torno a sí mujeres jóvenes que deseaban colaborar con la obra, uniéndose en la vida religiosa. Así nació el Instituto llamado de las «Benedictinas de la Caridad», con el objeto de dedicarse a las jóvenes abandonadas, que más tarde se extenderá a los jóvenes en general, y a la parroquia.
Sor Columba recibió la ayuda de la cofundadora Plácida Oldoini, quien la sucedió después de la muerte de la beata, ocurrida en el suburbio romano de Centocelle. Fue beatificada por el papa Juan Pablo II el 16 de mayo de 1993.
Nació en Stanislawow (Polonia), en el seno de una familia acomodada de noble linaje. Tuvo, por tanto, una formación cultural sólida, primero en la familia, después en las escuelas de su ciudad natal y en Lviv. Llegada a maestra, enseñó en escuelas públicas, y después en las escuelas de la Orden Benedictina, y en esta antigua Orden decidió realizar su aspiración a la vida religiosa, ingresando en las Hermanas Benedictinas de Lviv, donde en 1882 pronunció su profesión solemne. Tomó el nombre de Columba, y más tarde llegó a ser abadesa.
Pero la Providencia había dispuesto otra cosa. Como resultado de conflictos internos, tuvo que dejar el cargo, y en 1900 también el monasterio. Fue a Roma, luego ingresó en el monasterio benedictino de Subiaco, donde permaneció hasta 1902, y después regresó a Roma, dedicándose al cuidado de los niños de la parroquia de Testaccio y Prati; continuó el trabajo social con los necesitados, organizó una «casa-familia» a fin de proteger a las jóvenes trabajadoras pobres, con la ayuda de un grupo de damas romanas presidido por la princesa Barberini.
Aconsejada por sus superiores, reunió en torno a sí mujeres jóvenes que deseaban colaborar con la obra, uniéndose en la vida religiosa. Así nació el Instituto llamado de las «Benedictinas de la Caridad», con el objeto de dedicarse a las jóvenes abandonadas, que más tarde se extenderá a los jóvenes en general, y a la parroquia.
Sor Columba recibió la ayuda de la cofundadora Plácida Oldoini, quien la sucedió después de la muerte de la beata, ocurrida en el suburbio romano de Centocelle. Fue beatificada por el papa Juan Pablo II el 16 de mayo de 1993.
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