Tal día como hoy se celebra en el calendario litúrgico de la diócesis de Saluzzo (Cuneo, Italia) la memoria de los “santos Constancio y compañeros mártires”, que esta iglesia local venera como patronos secundarios.
Según la tradición local eran soldados de la Legión Tebana que consiguieron escapar del martirio que sufrieron sus compañeros de la Legión tebana en Agauno en Suiza, durante el imperio de Maximiano y que el Martirologio Romano cita el 22 de septiembre como “san Mauricio y compañeros mártires”. Que se sepa, sólo dos legionarios tebanos consiguieron escapar, pero la imagineria popular de los pueblos de los Alpes, nos reporta unos sesenta legionarios que consiguieron escapar y que evangelizaron la región alpina, preferentemente de la zona del Piamonte.
San Constancio escapó del martirio y llegó al valle de Maira, hoy en la provincia de Cuneo, con algunos de sus compañeros entre los que estaban: Constantino, Dalmacio, Desiderio, Isidoro, Magno, Olimpio, Poncio, Teodoro y Víctor. Se dedicaron a difundir el Evangelio entre las poblaciones locales, esto provocó que se iniciara una persecución contra ellos y la fe cristiana, en la que murieron todos, excepto Constancio que tuvo que sepultar a sus amigos. Después de varias vicisitudes, que narra esta fantasiosa y popular leyenda, fue apresado y decapitado en el lugar donde hoy está el santuario de San Costanzo al Monte.
La popularidad de este santo hizo que la diócesis de Saluzzo lo eligiera como su patrono junto con otro soldado tebano, san Chiaffredo. El hecho de que san Constancio fuera egipcio, de Tebas, difundió su culto entre la Iglesia Copta.
Según la tradición local eran soldados de la Legión Tebana que consiguieron escapar del martirio que sufrieron sus compañeros de la Legión tebana en Agauno en Suiza, durante el imperio de Maximiano y que el Martirologio Romano cita el 22 de septiembre como “san Mauricio y compañeros mártires”. Que se sepa, sólo dos legionarios tebanos consiguieron escapar, pero la imagineria popular de los pueblos de los Alpes, nos reporta unos sesenta legionarios que consiguieron escapar y que evangelizaron la región alpina, preferentemente de la zona del Piamonte.
San Constancio escapó del martirio y llegó al valle de Maira, hoy en la provincia de Cuneo, con algunos de sus compañeros entre los que estaban: Constantino, Dalmacio, Desiderio, Isidoro, Magno, Olimpio, Poncio, Teodoro y Víctor. Se dedicaron a difundir el Evangelio entre las poblaciones locales, esto provocó que se iniciara una persecución contra ellos y la fe cristiana, en la que murieron todos, excepto Constancio que tuvo que sepultar a sus amigos. Después de varias vicisitudes, que narra esta fantasiosa y popular leyenda, fue apresado y decapitado en el lugar donde hoy está el santuario de San Costanzo al Monte.
La popularidad de este santo hizo que la diócesis de Saluzzo lo eligiera como su patrono junto con otro soldado tebano, san Chiaffredo. El hecho de que san Constancio fuera egipcio, de Tebas, difundió su culto entre la Iglesia Copta.
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