En Venecia, de Italia, beata Juliana de Collalto, abadesa de la Orden de San Benito.
Nació en Collato (hoy pedanía del Ayuntamiento de Susegana en Treviso) en el seno de la noble familia de los Collato; sus padres eran el conde Rambaldo VI y la condesa Juana de Sant'Angelo de Mantua. A los diez años ingresó en el convento benedictino de Santa Margarita de Salarola. Aquí vivió los primeros años de vida religiosa de forma ejemplar. En 1220 ingresó en el monasterio la beata Beatriz del Este I: entre las dos nació una profunda amistad.
En 1222 fue encargada de fundar un monasterio junto a la iglesia de San Cataldo en la isla Spinalonga (hoy Giudecca) en Venecia. Nació así, en aquel lugar abandonado una comunidad claustral que durante siglos se dedicará a la oración. La iglesia fue dedicada a San Blas. La acompañó la beata Beatriz del Este.
Juana fue nombrada abadesa, además del respeto a la Regla, tuvo siempre especial consideración por los pobres. Su caridad se notó enseguida en toda la ciudad y realizó muchos milagros. Del monasterio de Santos Blas y Cataldo de Giudecca dependía aquel de "tierra firme" de Pianiga que Juliana hizo restaurar.
Durante los últimos años de su vida, padeció de fuertes dolores de cabeza, por esta razón es protectora de todas las personas que sufren de este mal. Murió con 77 años. Fue sepultada en el cementerio de la iglesia. Su cuerpo encontrado incorrupto fue trasladado a la parroquia de Santa Eufemia. En 1733 las reliquias fueron puestas en un altar de la iglesia mientras exactamente 20 años después, el 30 mayo 1753 el papa Benedicto XIV confirmó su culto.
Nació en Collato (hoy pedanía del Ayuntamiento de Susegana en Treviso) en el seno de la noble familia de los Collato; sus padres eran el conde Rambaldo VI y la condesa Juana de Sant'Angelo de Mantua. A los diez años ingresó en el convento benedictino de Santa Margarita de Salarola. Aquí vivió los primeros años de vida religiosa de forma ejemplar. En 1220 ingresó en el monasterio la beata Beatriz del Este I: entre las dos nació una profunda amistad.
En 1222 fue encargada de fundar un monasterio junto a la iglesia de San Cataldo en la isla Spinalonga (hoy Giudecca) en Venecia. Nació así, en aquel lugar abandonado una comunidad claustral que durante siglos se dedicará a la oración. La iglesia fue dedicada a San Blas. La acompañó la beata Beatriz del Este.
Juana fue nombrada abadesa, además del respeto a la Regla, tuvo siempre especial consideración por los pobres. Su caridad se notó enseguida en toda la ciudad y realizó muchos milagros. Del monasterio de Santos Blas y Cataldo de Giudecca dependía aquel de "tierra firme" de Pianiga que Juliana hizo restaurar.
Durante los últimos años de su vida, padeció de fuertes dolores de cabeza, por esta razón es protectora de todas las personas que sufren de este mal. Murió con 77 años. Fue sepultada en el cementerio de la iglesia. Su cuerpo encontrado incorrupto fue trasladado a la parroquia de Santa Eufemia. En 1733 las reliquias fueron puestas en un altar de la iglesia mientras exactamente 20 años después, el 30 mayo 1753 el papa Benedicto XIV confirmó su culto.
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