En Lucía del Mela, Mesina, Italia, beato Antonio Franco, Prelado Ordinario de Santa Lucia del Mela.
Nació en Nápoles, en el seno de una familia noble de origen francés. Con 17 años obtuvo el Doctorado en Derecho Civil y Canónico en 1602, sin tener aún la edad canónica para la ordenación sacerdotal. Su padre lo envió a Roma para continuar sus estudios eclesiásticos. Todavía no había pasado un año de su estancia en Roma, cuando su padre le comunicó que se debía trasladar a España, a la Corte real de Felipe III en Madrid, con la intención de buscarle un puesto digno conforme a las tradiciones de su noble familia.
Fue ordenado sacerdote en 1610, y llegó a ser capellán real y después de permanecer un decenio en la Corte fue propuesto por el mismo rey para gobernar la Prelatura de Santa Lucía del Mela, y de esta forma llegaba a ser consejero real y Capellán Mayor del reino de Sicilia. Este territorio dependía directamente de la Santa Sede por lo que el cargo debía ser ratificado por el Papa. El nombramiento fue confirmado por el Papa Pablo V, a quien visitó en Roma. Tomó posesión de la Prelatura "Nullius" el 18 de mayo de 1617.
Franco fue un hombre santo que vivió en profunda penitencia y privaciones, comía poco (tan sólo pan y agua) y dormía en el suelo desnudo, con una piedra en lugar de almohada y llevaba dos pesadas cadenas dondequiera que iba. De las dos cadenas una todavía existe, y se encuentra en un relicario en la Catedral Basílica de Santa Lucia del Mela.
Se distinguió por su caridad hacia los pobres y los enfermos. Fue grande su compromiso con las víctimas de los usureros. Durante una sequía persistente, la gente de la cercana aldea de San Filippo del Mela, fue a verle para pedirle oraciones. El santo prelado, profundamente conmovido, les pidió confiar en Dios. Cuando regresaron a su región, con gran sorpresa, lo encontraron delante de ellos mostrándoles una abundante fuente de agua mientras los llamaba “Bienaventurados”, a la misteriosa "bilocación" se añadía la gracia de tener un bien tan necesario, en ese lugar más tarde se construyó un altar con su imagen.
Monseñor Franco falleció el 2 de septiembre de 1626, a la temprana edad de 41 años, en parte debido su incansable apostolado, a las penitencias y las continuas abstinencias. Sus restos incorruptos son venerados en la Basílica Catedral de Santa Lucia del Mela (Messina, Italia). Fue beatificado el 2 de septiembre de 2013 por SS Francisco.
Nació en Nápoles, en el seno de una familia noble de origen francés. Con 17 años obtuvo el Doctorado en Derecho Civil y Canónico en 1602, sin tener aún la edad canónica para la ordenación sacerdotal. Su padre lo envió a Roma para continuar sus estudios eclesiásticos. Todavía no había pasado un año de su estancia en Roma, cuando su padre le comunicó que se debía trasladar a España, a la Corte real de Felipe III en Madrid, con la intención de buscarle un puesto digno conforme a las tradiciones de su noble familia.
Fue ordenado sacerdote en 1610, y llegó a ser capellán real y después de permanecer un decenio en la Corte fue propuesto por el mismo rey para gobernar la Prelatura de Santa Lucía del Mela, y de esta forma llegaba a ser consejero real y Capellán Mayor del reino de Sicilia. Este territorio dependía directamente de la Santa Sede por lo que el cargo debía ser ratificado por el Papa. El nombramiento fue confirmado por el Papa Pablo V, a quien visitó en Roma. Tomó posesión de la Prelatura "Nullius" el 18 de mayo de 1617.
Franco fue un hombre santo que vivió en profunda penitencia y privaciones, comía poco (tan sólo pan y agua) y dormía en el suelo desnudo, con una piedra en lugar de almohada y llevaba dos pesadas cadenas dondequiera que iba. De las dos cadenas una todavía existe, y se encuentra en un relicario en la Catedral Basílica de Santa Lucia del Mela.
Se distinguió por su caridad hacia los pobres y los enfermos. Fue grande su compromiso con las víctimas de los usureros. Durante una sequía persistente, la gente de la cercana aldea de San Filippo del Mela, fue a verle para pedirle oraciones. El santo prelado, profundamente conmovido, les pidió confiar en Dios. Cuando regresaron a su región, con gran sorpresa, lo encontraron delante de ellos mostrándoles una abundante fuente de agua mientras los llamaba “Bienaventurados”, a la misteriosa "bilocación" se añadía la gracia de tener un bien tan necesario, en ese lugar más tarde se construyó un altar con su imagen.
Monseñor Franco falleció el 2 de septiembre de 1626, a la temprana edad de 41 años, en parte debido su incansable apostolado, a las penitencias y las continuas abstinencias. Sus restos incorruptos son venerados en la Basílica Catedral de Santa Lucia del Mela (Messina, Italia). Fue beatificado el 2 de septiembre de 2013 por SS Francisco.
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