Nació en Matelica (Macerata) de la noble familia Finiguerra. Pronto decidió consagrarse a Dios ingresando entre los Hermanos Menores en el convento de Matelica. Deseoso de mayor soledad, se fue al Santuario de la Verna en Toscana. Allí permaneció largos años santificando aquel lugar con la oración, la penitencia y la íntima unión con Dios. Inclusive fue nombrado guardián.
Después de esta intensa preparación espiritual se dirigió a tierras de misión. Llegó a Egipto y permaneció en El Cairo para aprender la difícil lengua árabe. A pesar de su intensa consagración, las dificultades parecían insuperables, hasta que el Señor le ayudó en forma sorprendente, pues llegó a hablar el árabe y también las lenguas de las naciones vecinas. Además de Egipto recorrió evangelizando el Asia Menor, Armenia y Persia. En el lapso de pocos años llegó a los centros más importantes de Persia. Fray Gentil trabajó intensamente en medio de dificultades de viajes y de adaptación a las diversas poblaciones.
Saliendo de los límites de Persia llegó a Erzerum, ciudad completamente musulmana. La tradicional hostilidad de los seguidores de Mahoma se manifestó de repente. Sin embargo logró algunas conversiones. De Erzerum por la vía de las caravanas se dirigió a Trebisonda, puerto importantísimo. Los testimonios que quedaron de su apostolado son significativos.
En efecto, durante siglos los fieles de Trebisonda se llamaron los “cristianos de Fray Gentil”. El Espíritu Santo había actuado en aquel país por medio de fray Gentil. De Trebisonda pasó a Crimea, donde trabajaron misioneros franciscanos y dominicanos. Su presencia y su predicación despertaron en aquellas poblaciones nuevo entusiasmo. De Crimea regresó a Persia, donde permaneció en Salmestre cerca de Tabriz. Ya las prolongadas fatigas apostólicas iban minando su fuerte fibra y lo preparaban para su encuentro con Cristo. Mientras estaba catequizando a un grupo de neo conversos fue violentamente apresado por algunos sectarios que en nombre de la autoridad musulmana lo condujeron ante el Gobernador, quien lo condenó a la pena capital. Atado a un palo y con un violento golpe de cimitarra lo decapitaron. Esto sucedió en Tabriz. Su cuerpo reposa en la iglesia de los Franciscanos de Santa María Gloriosa en Venecia.
Después de esta intensa preparación espiritual se dirigió a tierras de misión. Llegó a Egipto y permaneció en El Cairo para aprender la difícil lengua árabe. A pesar de su intensa consagración, las dificultades parecían insuperables, hasta que el Señor le ayudó en forma sorprendente, pues llegó a hablar el árabe y también las lenguas de las naciones vecinas. Además de Egipto recorrió evangelizando el Asia Menor, Armenia y Persia. En el lapso de pocos años llegó a los centros más importantes de Persia. Fray Gentil trabajó intensamente en medio de dificultades de viajes y de adaptación a las diversas poblaciones.
Saliendo de los límites de Persia llegó a Erzerum, ciudad completamente musulmana. La tradicional hostilidad de los seguidores de Mahoma se manifestó de repente. Sin embargo logró algunas conversiones. De Erzerum por la vía de las caravanas se dirigió a Trebisonda, puerto importantísimo. Los testimonios que quedaron de su apostolado son significativos.
En efecto, durante siglos los fieles de Trebisonda se llamaron los “cristianos de Fray Gentil”. El Espíritu Santo había actuado en aquel país por medio de fray Gentil. De Trebisonda pasó a Crimea, donde trabajaron misioneros franciscanos y dominicanos. Su presencia y su predicación despertaron en aquellas poblaciones nuevo entusiasmo. De Crimea regresó a Persia, donde permaneció en Salmestre cerca de Tabriz. Ya las prolongadas fatigas apostólicas iban minando su fuerte fibra y lo preparaban para su encuentro con Cristo. Mientras estaba catequizando a un grupo de neo conversos fue violentamente apresado por algunos sectarios que en nombre de la autoridad musulmana lo condujeron ante el Gobernador, quien lo condenó a la pena capital. Atado a un palo y con un violento golpe de cimitarra lo decapitaron. Esto sucedió en Tabriz. Su cuerpo reposa en la iglesia de los Franciscanos de Santa María Gloriosa en Venecia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario