En Hereford, Inglaterra, san Juan Kemble, presbítero y mártir, que en tiempo de persecución ejerció el ministerio pastoral durante más de cincuenta años y, ya octogenario, fue ahorcado por ser sacerdote, consumando el martirio.
Natural de Rhydycar en Herefordshire. Fue ordenado sacerdote en Douai, cuando tenía 26 años; sirvió en las misiones de Monmouthshire y Herefordshire durante 53 años (1625-1679). Se acogió a la hospitalidad de su tío en Pernbridge Castle y luego a la de su sobrino el capitán Richard Kemble.
Con la ayuda de los jesuitas formó centros de misioneros por diversos pueblos. Y pudo realizar una labor duradera y fructuosa, mantenida por tantos años de apostolado ininterrumpido.
Cuando tuvo lugar la acusación de Titus Oates le pidieron que se pusiera a salvo. Él, respondió que no le quedaban muchos años de vida y que consideraba una ventaja el martirio y que no pensaba huir. Fue arrestado en 1678 y encarcelado en Hereford. Aquí estuvo cuatro meses hasta que fue acusado de ir al extranjero para hacerse sacerdote. Cuando llegó su ejecución, pidió permiso para hacer oración, y terminada la plegaria, pidió permiso para fumar su pipa por última vez. Por lo cual en Gales a la última pica se le llama “la pipa de Kemble”.
Antes de la ejecución, negó su traición a la corona, y confesó su fe católica hasta que fue ahorcado y descuartizado. Tenía 81 años cuando tuvo que decirle a su verdugo: "Antonio, haz tu oficio sin miedo; vas a hacerme un favor".
Natural de Rhydycar en Herefordshire. Fue ordenado sacerdote en Douai, cuando tenía 26 años; sirvió en las misiones de Monmouthshire y Herefordshire durante 53 años (1625-1679). Se acogió a la hospitalidad de su tío en Pernbridge Castle y luego a la de su sobrino el capitán Richard Kemble.
Con la ayuda de los jesuitas formó centros de misioneros por diversos pueblos. Y pudo realizar una labor duradera y fructuosa, mantenida por tantos años de apostolado ininterrumpido.
Cuando tuvo lugar la acusación de Titus Oates le pidieron que se pusiera a salvo. Él, respondió que no le quedaban muchos años de vida y que consideraba una ventaja el martirio y que no pensaba huir. Fue arrestado en 1678 y encarcelado en Hereford. Aquí estuvo cuatro meses hasta que fue acusado de ir al extranjero para hacerse sacerdote. Cuando llegó su ejecución, pidió permiso para hacer oración, y terminada la plegaria, pidió permiso para fumar su pipa por última vez. Por lo cual en Gales a la última pica se le llama “la pipa de Kemble”.
Antes de la ejecución, negó su traición a la corona, y confesó su fe católica hasta que fue ahorcado y descuartizado. Tenía 81 años cuando tuvo que decirle a su verdugo: "Antonio, haz tu oficio sin miedo; vas a hacerme un favor".
No hay comentarios:
Publicar un comentario