En la ciudad de Játiva, en la región de Valencia, en España, beata María Climent Mateu, virgen y mártir, que, en el tiempo de la persecución, mereció ser configurada con Cristo por su muerte en la fe.
Nació en Játiva. Era una mujer muy cristiana y su espiritualidad se nutría en los Jueves Eucarísticos, el Apostolado de la Oración, la Adoración Nocturna y las Marías de los Sagrarios, su espiritualidad era sobre todo eucarística. Decidió ser una apóstol seglar, viviendo con intensidad su condición de miembro de la Acción Católica y haciendo cuanto bien podía a su alrededor. Era también Terciaria franciscana y amaba la liturgia, encargándose de fomentar el canto y en el arreglo de los ornamentos litúrgicos. Su apostolado, aparte del específicamente mariano que ejercitaba en el fomento del Rosario Perpetuo, lo canalizaba sobre todo a través de la Obra de los Intereses Católicos y de varias cofradías a las que pertenecía. Su apostolado caritativo y social se encauzó a través de la obra Apostolado Social de la Mujer, en el Sindicato Católico Femenino, cuya Caja Dotal y Mutualidad de Enfermeras ella fundó y dirigió. Pedía a las familias pudientes para atender a los pobres, ella era de economía modesta. En el Sindicato estuvo encargada de la clase de cultura general y labores para obreras.
Llegada la revolución de julio de 1936 se la avisó que corría peligro y sería mejor que se fuera a donde pasara inadvertida, pero ella prefirió quedarse en Játiva y acogerse a la voluntad de Dios. El 20 de agosto de ese año fueron a detenerla, y como su madre se negó a dejarla ir sola, ambas mujeres fueron fusiladas en las cercanías del cementerio a las 3 de la madrugada. Fue beatificada el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II en la ceremonia conjunta de los 233 mártires de la persecución religiosa en Valencia de los años 1936-1939.
Nació en Játiva. Era una mujer muy cristiana y su espiritualidad se nutría en los Jueves Eucarísticos, el Apostolado de la Oración, la Adoración Nocturna y las Marías de los Sagrarios, su espiritualidad era sobre todo eucarística. Decidió ser una apóstol seglar, viviendo con intensidad su condición de miembro de la Acción Católica y haciendo cuanto bien podía a su alrededor. Era también Terciaria franciscana y amaba la liturgia, encargándose de fomentar el canto y en el arreglo de los ornamentos litúrgicos. Su apostolado, aparte del específicamente mariano que ejercitaba en el fomento del Rosario Perpetuo, lo canalizaba sobre todo a través de la Obra de los Intereses Católicos y de varias cofradías a las que pertenecía. Su apostolado caritativo y social se encauzó a través de la obra Apostolado Social de la Mujer, en el Sindicato Católico Femenino, cuya Caja Dotal y Mutualidad de Enfermeras ella fundó y dirigió. Pedía a las familias pudientes para atender a los pobres, ella era de economía modesta. En el Sindicato estuvo encargada de la clase de cultura general y labores para obreras.
Llegada la revolución de julio de 1936 se la avisó que corría peligro y sería mejor que se fuera a donde pasara inadvertida, pero ella prefirió quedarse en Játiva y acogerse a la voluntad de Dios. El 20 de agosto de ese año fueron a detenerla, y como su madre se negó a dejarla ir sola, ambas mujeres fueron fusiladas en las cercanías del cementerio a las 3 de la madrugada. Fue beatificada el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II en la ceremonia conjunta de los 233 mártires de la persecución religiosa en Valencia de los años 1936-1939.
No hay comentarios:
Publicar un comentario