En Zamora en España, santa Bonifacia Rodríguez Castro, virgen, que, dedicada a la promoción en el campo cristiano y social de las mujeres a través de la oración y el trabajo, instituyó sobre el modelo de la Sagrada Familia de Nazareth la Congregación de las Siervas de San José.
Nació en Salamanca en el seno de una familia humilde, su padre era sastre. En 1874, fundó en su ciudad natal, su propio taller de costura e hilados. Aquí fundó las Siervas de San José, destinada a acoger muchachas trabajadoras pobres y jóvenes y enseñarles una profesión para que pudieran defenderse en la vida en los llamados “talleres de Nazareth” que consistía en acoger a muchachas huérfanas y abandonadas los días festivos para que lo que desempeñó fue una labor callada de formación humana y espiritual. El proyecto de vida religiosa femenina dentro del mundo del trabajo era precisamente lo que hacía falta en aquella etapa injusta de la revolución industrial, pero la idea de un jesuita catalán Francisco Butinyá y de Bonifacia, resultaba demasiado novedosa.
La expulsión de los jesuitas y los posteriores mangoneos de la Curia diocesana terminaron con la destitución como superiora de Bonifacia, por sus propias hermanas de Congregación, quien tuvo que irse a Zamora, donde fundó una segunda casa, llamada Colegio de los Desamparados, excluida de la aprobación pontificia que llegó en 1901. La víspera de su partida de Salamanca, reunió a las religiosas, les pidió perdón, se echó al suelo y les pidió que pasasen por encima de ella, todas lo hicieron, para mayor oprobio: Bonifacia que era inocente, demostró así su calidad humana y religiosa. Murió en Zamora sin proferir una sola palabra de reproche, y siempre unida al seguimiento de la vida oculta y humilde de la familia de Nazareth. Decía: “Para estar unida con Dios no hay mejor cosa que andar siempre en su presencia”.
Tan sólo después de muchos años después de su muerte, en 1945, la comunidad de Zamora fue admitida en una orden orientada a la enseñanza en lugar del trabajo con jóvenes obreras, pero que poco a poco recuperó su espíritu fundacional y se extendió a 13 países. En los “talleres de Nazareth” se transmite el “Evangelio del trabajo”. Bonifacia es beatificada en 2003 y canonizada por Benedicto XVI en 2011.
Nació en Salamanca en el seno de una familia humilde, su padre era sastre. En 1874, fundó en su ciudad natal, su propio taller de costura e hilados. Aquí fundó las Siervas de San José, destinada a acoger muchachas trabajadoras pobres y jóvenes y enseñarles una profesión para que pudieran defenderse en la vida en los llamados “talleres de Nazareth” que consistía en acoger a muchachas huérfanas y abandonadas los días festivos para que lo que desempeñó fue una labor callada de formación humana y espiritual. El proyecto de vida religiosa femenina dentro del mundo del trabajo era precisamente lo que hacía falta en aquella etapa injusta de la revolución industrial, pero la idea de un jesuita catalán Francisco Butinyá y de Bonifacia, resultaba demasiado novedosa.
La expulsión de los jesuitas y los posteriores mangoneos de la Curia diocesana terminaron con la destitución como superiora de Bonifacia, por sus propias hermanas de Congregación, quien tuvo que irse a Zamora, donde fundó una segunda casa, llamada Colegio de los Desamparados, excluida de la aprobación pontificia que llegó en 1901. La víspera de su partida de Salamanca, reunió a las religiosas, les pidió perdón, se echó al suelo y les pidió que pasasen por encima de ella, todas lo hicieron, para mayor oprobio: Bonifacia que era inocente, demostró así su calidad humana y religiosa. Murió en Zamora sin proferir una sola palabra de reproche, y siempre unida al seguimiento de la vida oculta y humilde de la familia de Nazareth. Decía: “Para estar unida con Dios no hay mejor cosa que andar siempre en su presencia”.
Tan sólo después de muchos años después de su muerte, en 1945, la comunidad de Zamora fue admitida en una orden orientada a la enseñanza en lugar del trabajo con jóvenes obreras, pero que poco a poco recuperó su espíritu fundacional y se extendió a 13 países. En los “talleres de Nazareth” se transmite el “Evangelio del trabajo”. Bonifacia es beatificada en 2003 y canonizada por Benedicto XVI en 2011.
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