De acuerdo con los escritos cristianos, el Domingo de Pascua es el día en el cual Jesús salió de su sepulcro.
Este hecho es fundamental para el cristianismo.
La historia cuenta que en cuanto se hace de día, tres mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que no está su cuerpo.
Un Ángel les dice que ha resucitado.
Van donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia.
Mientras tanto, Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo.
El desconsuelo que habían tenido la noche anterior se transforma en un júbilo general. Rápidamente lo transmiten a los demás Apóstoles y discípulos y todos permanecen con la Virgen en espera del gran momento de volver a encontrarse con el Señor.
Fueron los primeros cristianos quienes transformaron la celebración de la Pascua judía en la fiesta cristiana de la resurrección de Jesús de Nazaret, celebrada el domingo siguiente a la luna llena, posterior al equinoccio de primavera.
Esta fiesta determina además el calendario móvil de otras fiestas, incluidas entre ellas la Ascensión (la subida de Jesús al cielo) que se celebra 40 días después y el Pentecostés, 10 días después de la Ascensión.
La semana anterior a la Pascua de Resurrección es la Semana Santa, que comienza con el Domingo de Ramos que conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
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