sábado, 2 de agosto de 2025

Reflexión del 02/08/2025

Reflexión del 02/08/2025

Lecturas del 02/08/2025

El Señor habló a Moisés en el monte Sinaí:
«Haz el cómputo de siete semanas de años, siete veces siete, de modo que las siete semanas de años sumarán cuarenta y nueve años.
El día diez del séptimo mes harás oír el son de la trompeta: el día de la expiación haréis resonar la trompeta por toda vuestra tierra.
Declararéis santo el año cincuenta y promulgaréis por el país liberación para todos sus habitantes.
Será para vosotros un jubileo: cada uno recobrará su propiedad, y retornará a su familia.
El año cincuenta será para vosotros año jubilar: no sembraréis, ni segaréis los rebrotes, ni vendimiaréis las capas no cultivadas.
Porque es el año jubilar, que será sagrado para vosotros. Comeréis lo que den vuestros campos por sí mismos.
En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad.
Si vendes o compras algo a tu prójimo, que nadie perjudique a su hermano.
Lo que compres a tu prójimo se tasará según el número de años transcurridos después del jubileo.
Él te lo cobrará según el número de cosechas restantes: cuantos más años falten, más alto será el precio; cuantos menos, tanto menor será el precio. Porque lo que él te vende es el número de cosechas.
Que nadie perjudique a su prójimo. Y teme a tu Dios. Porque yo soy el Señor, vuestro Dios».
En aquel tiempo, oyó el tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus cortesanos: «Ese es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él».
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de
Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le era licito vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta. El día del cumpleaños de Herodes, la hija de
Herodías danzó delante de todos y le gustó tanto a Herodes que juró darle lo que pidiera.
Ella, instigada por su madre, le dijo: «Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista».
El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel.
Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre.
Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.

Palabra del Señor.

02 de Agosto 2025 – San Pedro de Osma

Nacido Pedro en Bourges, en Francia, hacia el año 1040, recibió de sus piadosos padres una sólida educación cristiana, y habiéndose formado convenientemente en las letras, según la costumbre del tiempo, se dedicó a la carrera de las armas, en las que dio buenas pruebas de su carácter intrépido y decidido, y no menos de la elevación de su espíritu. Consciente, pues, de los gravísimos peligros a que en esta vida se exponía, e ilustrado por Dios sobre las vanidades del mundo, determinó entregarse a su servicio en la vida religiosa.

Entró, pues, en el monasterio de Cluny, que constituía el centro de la reforma cluniacense de la Orden benedictina, entonces en su máximo apogeo, y allí vivió varios años, entregado a la práctica de las virtudes religiosas. Parecía que iba a continuar una vida tranquila en su monasterio; pero Dios tenía otros planes sobre él.

En efecto, el rey Alfonso VI de León y Castilla, en su afán por adelantamiento del cristianismo en España, no sólo dio un empuje extraordinario a la Reconquista, sino que trabajó con el mayor empeño en la reforma y renovación eclesiástica de todos sus territorios. Conociendo, pues, la prosperidad en que se hallaba la reforma cluniacense en Francia, suplicó encarecidamente al abad de Cluny que enviara a España algunos monjes escogidos de su monasterio, y, en efecto, le fueron enviados algunos, al frente de los cuales se hallaba Bernardo de Sauvetat, con los cuales se reorganizó el monasterio de Sahagún, que bien pronto se convirtió en el Cluny de la España cristiana. No mucho después, el año 1085, al realizar Alfonso VI la reconquista de Toledo, que tanta resonancia alcanzó en toda la cristiandad, designó como su primer arzobispo al abad Bernardo de Sahagún, que desde entonces, con el nombre de don Bernardo, fue el alma de la renovación religiosa de España.

Pues bien; según refieren don Rodrigo Jiménez de Rada y Yepes en su Crónica General Benedictina, don Bernardo, ya arzobispo de Toledo, conociendo bien a los monjes de Cluny, y deseando utilizarlos para la gran obra de reforma de España, obtuvo que se le enviaran algunos, escogidos, entre los cuales se distinguía el monje Pedro de Bourges. Llegó, pues, Pedro a Sahagún juntamente con los demás, y durante el corto tiempo que allí se detuvo contribuyó a afianzar definitivamente la reforma cluniacense, no sólo en aquel monasterio, sino en otros muchos en los que ésta se fue introduciendo.

Entretanto don Bernardo de Toledo, que conocía a fondo su eximia virtud y sus grandes cualidades naturales, obtenida la aprobación del rey Alfonso VI, lo llamó a Toledo y, asignándole el cargo de arcediano de la catedral, lo constituyó en una especie de secretario suyo en el inmenso trabajo de la organización de la diócesis y de las iglesias que se iban conquistando a los musulmanes.

Como en todas partes, distinguióse Pedro en su nuevo cargo por su religiosidad, espíritu de trabajo y amor a los pobres.

En estas circunstancias, cuando Pedro se hallaba más centrado en su trabajo, tuvo lugar la conquista de Osma, para cuya reorganización eclesiástica, como había hecho anteriormente con Toledo, quiso Alfonso VI destinar a uno de los hombres de mayor confianza. Entonces, pues, él y el arzobispo de Toledo destinaron para la iglesia de Osma a Pedro, y, efectivamente, vencida la repugnancia que éste sentía para abrazarse con aquella dignidad, y obtenido el nombramiento de parte del Papa, se dirigió a Osma, para tomar la dirección de aquella iglesia.

Y con esto comienza la parte más característica, más grandiosa y más meritoria de San Pedro de Osma, quien puede ser presentado como monje modelo, perteneciente a la reforma cluniacense; más por encima de todo aparece en la historia como un dechado de eminentes y santos prelados.

Como obispo de una iglesia pobre, que acababa de ser reconquistada de los moros, tuvo que cargar sobre sus espaldas el ímprobo trabajo de reconstrucción moral y aun material de la diócesis. La iglesia catedral, destruida hasta los cimientos, tuvo que ser levantada de nuevo. Con el celo de la gloria de Dios que le abrasaba emprendió decididamente este trabajo, y, sea dedicando a ello sus propias rentas, sea reuniendo con gran esfuerzo abundantes limosnas, llevó tan adelante la obra que pudo iniciar el culto en la nueva catedral, si bien no quedó ésta completamente acabada.

A la par que en el templo material trabajó desde el principio con toda su alma en el espiritual de sus ovejas, procurando fomentar en ellas por todos los medios posibles la vida religiosa, eliminando toda clase de abusos, extendiendo en todas partes los principios fundamentales de la reforma cluniacense, que él representaba. De este modo se puede afirmar que, a los pocos años de su gobierno de la diócesis de Osma, ésta quedó material y espiritualmente renovada.

En este trabajo de reforma y renovación espiritual se vio obligado algunas veces a desarrollar una energía extraordinaria en defensa de los derechos de la Iglesia y de los bienes que a ella pertenecían. Como en toda su actuación no tenía miras humanas, no había consideración ninguna que pudiera doblegarlo o apartarle del cumplimiento de su deber. Con su entereza y constancia logró que algunos hombres, pertenecientes a la más alta nobleza, restituyeran a la Iglesia los bienes que le habían robado.

Estos y semejantes hechos, más o menos maravillosos, abundan en los relatos que se nos han conservado de su extraordinaria actividad como gran prelado, renovador y reformador de la iglesia de Osma. El año 1109, cuando terminaba una visita de una buena parte de su diócesis, dirigióse a Toledo, donde se hallaba Alfonso VI gravemente enfermo. Asistióle con la mayor devoción y agradecimiento juntamente con el arzobispo don Bernardo, y después de la muerte del gran rey acompañó a sus restos al monasterio de Sahagún, donde el monarca había dispuesto que fuesen enterrados. Una vez realizada esta piadosa ceremonia, mientras el santo obispo Pedro de Osma, rendido de fatiga, volvía a su iglesia de Osma, se sintió acometido de una enfermedad, y, llegado a Palencia, el 2 de agosto entregó allí su alma a Dios.

Conforme a su deseo expresamente manifestado antes de morir, sus restos fueron conducidos a Osma y depositados en su catedral, Así se cumplía su voluntad de que su cuerpo reposara junto a su iglesia, a la que él consideraba como su esposa. Así vivió y así murió este santo monje y obispo, verdadero modelo, tanto para los religiosos como para todos los eclesiásticos, particularmente para los prelados.

viernes, 1 de agosto de 2025

Reflexión del 01/08/2025

Lecturas del 01/08/2025

El Señor habló a Moisés:
«Estas son las festividades del Señor, las asambleas litúrgicas que convocaréis en las fechas señaladas.
El día catorce del primer mes, al atardecer, es la Pascua del Señor.
El día quince del mismo mes, es la fiesta de los Panes Ácimos dedicada al Señor. Comeréis panes ácimos durante siete días. El primer día os reuniréis en asamblea litúrgica, y no haréis ningún trabajo servil. Los siete días ofreceréis al Señor oblaciones. El séptimo os volveréis a reunir en asamblea litúrgica, y no haréis ningún trabajo servil» El Señor habló a Moisés: «Di a los hijos de Israel: “Cuando entréis en la tierra que yo os voy a dar, y seguéis la mies, levaréis al sacerdote una gavilla como primicia de vuestra cosecha.
Este la balanceará ritualmente en presencia del Señor, para que os sea aceptada; la balanceará el sacerdote el día siguiente al sábado.
A partir del día siguiente al sábado en que llevéis la gavilla para el balanceo ritual, contaréis siete semanas completas: contaréis cincuenta días hasta el día siguiente al séptimo sábado y ofreceréis una oblación nueva al Señor.
El día diez del séptimo mes es el Día de la Expiación. Os reuniréis en asamblea litúrgica, ayunaréis y ofreceréis al Señor una oblación.
El día quince de ese séptimo mes comienza la fiesta de las Tiendas dedicada al Señor; y dura siete días. El día primero os reuniréis en asamblea litúrgica. No haréis trabajo servil alguno. Los siete días ofreceréis al Señor oblaciones. Al octavo, volveréis a reuniros en asamblea litúrgica y ofreceréis al Señor oblaciones. Es día de reunión religiosa solemne. No haréis trabajo servil alguno.
Estas son las festividades del Señor en las que os reuniréis en asamblea litúrgica, y ofreceréis al Señor oblaciones, holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según corresponda a cada día».
En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga.
La gente decía admirada.
«De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?».
Y se escandalizaban a causa de él.
Jesús les dijo: «Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta».
Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe.

Palabra del Señor.

01 de Agosto 2025 – San Alfonso María de Ligorio

San Alfonso nació cerca de Nápoles el 27 de septiembre de 1696. Siendo aún niño fue visitado por San Francisco Jerónimo el cual lo bendijo y predijo para él grandes bendiciones y sabiduría. A los 16 años, caso excepcional obtiene el grado de doctor en ambos derechos, civil y canónico, con notas sobresalientes en todos sus estudios.

Para conservar la pureza de su alma escogió un director espiritual, visitaba frecuentemente a Jesús Sacramentado, rezaba con gran devoción a la Virgen y huía de todos los que tuvieran malas conversaciones.

Su padre, que deseaba hacer de él un brillante político, lo hizo estudiar varios idiomas modernos, aprender música, artes y detalles de la vida caballeresca. Como abogado, el santo obtenía importantes triunfos; sin embargo, no lo dejaba satisfecho ante el gran peligro que en el mundo existe de ofender a Dios.

Por revelación divina, San Alfonso abandona todo y decide convertirse en apóstol incansable del Señor Jesús. La tarea no fue fácil; tuvo que enfrentar, con gran lucha espiritual, a su padre y familia, a sus amigos y así mismo. Al fin, a los 30 años de edad logra ser ordenado sacerdote, y desde entonces se dedicó a trabajar con las gentes de los barrios más pobres de Nápoles y de otras ciudades, a quienes les enseñaba el catecismo.

El 9 de noviembre de 1752 fundó, junto con otros sacerdotes, la Congregación del Santísimo Redentor (o Padres Redentoristas), y siguiendo el ejemplo de Jesús se dedicaron a recorrer ciudades, pueblos y campos predicando el evangelio. Por 30 años, con su equipo de misioneros, el santo recorrió campos, pueblos, ciudades, provincias, permaneciendo en cada sitio 10 o 15 días predicando, para que no quedara ningún grupo sin ser instruido y atendido espiritualmente.

San Alfonso fue un escritor muy prolífico; al morir dejó 111 libros y opúsculos impresos y 2 mil manuscritos. Durante su vida vio 402 ediciones de sus obras.

En 1762 el Papa lo nombró obispo de Santa Agueda. San Alfonso, quien no deseaba asumir el cargo, aceptó con humildad y obediencia, permaneciendo al frente de la diócesis por 13 años donde predicó el Evangelio, formó grupos de misioneros y dio catequesis a los más pequeños y necesitados.

Sus últimos años fueron llenos de sufrimientos y enfermedades dolorosas; el santo soportó pacientemente todos estos males, rezando siempre por la conversión de los pecadores y por su propia santidad. San Alfonso muere el 1 de agosto de 1787, a la edad de 90 años. El Papa Gregorio XVI lo declara Santo en 1839. El Papa Pío IX lo declara Doctor de la Iglesia en 1875.

jueves, 31 de julio de 2025

Reflexión del 31/07/2025

Lecturas del 31/07/2025

En aquellos días, Moisés hizo todo ajustándose a lo que el Señor le había mandado.
El día uno del mes primero del segundo año fue erigida la Morada. Moisés erigió la Morada, colocó las basas, puso los tablones con sus travesaños y plantó las columnas; montó la tienda sobre la Morada y puso la cubierta sobre la tienda; como el Señor se lo había manado a Moisés. Luego colocó el Testimonio en el Arca, sujetó los varales al Arca y puso el propiciatorio encima del Arca. Después trasladó el Arca de la Morada, puso el velo de separación para cubrir el Arca del Testimonio; como el Señor había mandado a Moisés.
Entonces la nube cubrió la Tienda del Encuentro y la gloria del Señor llenó la Morada.
Moisés no pudo entrar en la Tienda del Encuentro, porque la nube moraba sobre ella y la gloria del Señor llenaba la Morada.
Cuando la nube se alzaba de la Morada, los hijos de Israel levantaban el campamento, en todas las etapas. Pero, cuando la nube no se alzaba, ellos esperaban hasta que se alzase. De día la nube del Señor se posaba sobre la Morada, y de noche el fuego, en todas sus etapas, a la vista de toda la casa de Israel.
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Habéis entendido todo esto?» Ellos le responden: «Sí».
Él les dijo: «Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo». Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.

Palabra del Señor.

31 de Julio 2025 – Beata Zdenka Cecilia Schelingová

Nació el 24 de diciembre de 1916 en Krivá, en Orava, región montañosa al noroeste de Eslovaquia. Era la penúltima de once hijos. Fue bautizada, tres días después, con el nombre de Cecilia. Sus padres, Pavol y Susana, que formaban una familia muy religiosa, impartieron a todos sus hijos una ejemplar educación cristiana, fundada en la oración y en el cumplimiento del deber diario, que para ellos eran los trabajos del campo y los quehaceres de la casa.

Cecilia hizo los estudios de primaria de 1922 a 1930. En la escuela era diligente y obediente, amable y modesta; siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. Por eso, todos sus compañeros la amaban.

En 1929 empezaron a colaborar en la parroquia las Hermanas de la Caridad de la Santa Cruz. En 1931, Cecilia, atraída por el amor y la entrega de las religiosas, a los quince años, solicitó la admisión en el convento, decidida a consagrar su vida al amor a Dios y al prójimo. Tanto sus padres como sus hermanos se alegraron mucho y se sintieron muy orgullosos de su elección.

En Podunajské Biskupice hizo estudios de enfermería durante dos años y luego un curso de especialización en radiología. En 1936 entró en el noviciado y el 30 de enero de 1937 emitió la profesión religiosa, escogiendo como nombre Zdenka.

Destacaba por la intensidad de su oración. Durante su trabajo se mantenía muy unida a Dios. Se sacrificaba por amor a Dios y a los demás: era amable con todos y siempre estaba dispuesta a servir. La amistad espiritual con Jesús marcó su vida religiosa y su trabajo de enfermera.

Inició su trabajo de enfermera en Humenné, ciudad situada en la parte oriental de Eslovaquia, cerca de Ucrania. En 1942, invitada por la dirección del hospital del Estado, fue a trabajar a Bratislava, en la sección de radiología, como ayudante de laboratorio. Se dedicó a los enfermos con ejemplar generosidad, ternura y competencia, siempre con la sonrisa en los labios, cuidando especialmente el orden y la limpieza. Para sus compañeras de trabajo era "modelo de religiosa y de enfermera profesional".

En 1948, el partido comunista tomó el poder e inició la persecución contra la Iglesia católica: los obispos y sacerdotes fueron perseguidos y encarcelados; los laicos sufrieron discriminaciones a causa de su fe; fueron disueltas las comunidades religiosas y sus miembros condenados a trabajos forzados.

En esos tiempos de dificultad, sor Zdenka afrontó el sufrimiento antes que traicionar su conciencia y faltar a la palabra dada a Cristo y a su Iglesia. En febrero de 1952, con gran valentía, ayudó a huir a un sacerdote detenido que se encontraba internado en el hospital del Estado para ser curado de las heridas causadas por las torturas en los interrogatorios. Después de la fuga del sacerdote, sor Zdenka oró así ante la cruz en la capilla del hospital: "Jesús, te ofrezco mi vida por la suya. ¡Sálvalo!".

Fue detenida el 29 de febrero de 1952. Sufrió crueles interrogatorios, con grandes humillaciones y torturas, hasta que, el 17 de junio, acusada de alta traición, uno de los peores crímenes contra el Estado, fue condenada a doce años de cárcel y diez años de pérdida de los derechos civiles.

El 26 de junio de 1952 fue trasladada a la cárcel de Rimavská Sobota y luego, el 16 de abril de 1953, como castigo por no haber colaborado con los guardias, a la cárcel de Pardubice, mucho más dura. Su vía crucis prosiguió por diversas prisiones y hospitales de cárceles, pues a causa de las torturas se le produjo un tumor maligno en el pecho y se agudizó la tuberculosis.

Hasta los últimos momentos de su vida terrena soportó todos los sufrimientos con paciencia heroica, con firme determinación, dispuesta a morir por Dios y por el bien de la Iglesia, y sin ningún rencor con respecto a los que le habían causado esos sufrimientos. Mientras era golpeada casi hasta la muerte, susurró: "El perdón es lo más grande de la vida".

El 7 de abril de 1955, las autoridades políticas, previendo que le quedaba poco tiempo de vida, para que no muriera en la cárcel, le concedieron la amnistía. Quedó en libertad el 16 de abril, pero, poco más de tres meses después, el 31 de julio, moría en Trnava, después de recibir el viático, a la edad de treinta y ocho años.

Ya inmediatamente después de su muerte, el pueblo de Dios la consideraba mártir de la fe.

miércoles, 30 de julio de 2025

Reflexión del 30/07/2025

Lecturas del 30/07/2025

Cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las dos tablas de la alianza en la mano, no sabía que tenía radiante la piel de la cara, de haber hablado con el Señor. Pero Aarón y todos los israelitas vieron a Moisés con la piel de la cara radiante, y no se atrevieron a acercarse a él.
Cuando Moisés los llamó, se acercaron Aarón y los jefes de la comunidad, y Moisés les habló.
Después se acercaron todos los israelitas, y Moisés les comunicó las órdenes que el Señor le habla dado en el monte Sinaí. Y, cuando terminó de hablar con ellos, se echó un velo por la cara.
Cuando entraba a la presencia del Señor para hablar con él, se quitaba el velo hasta la salida. Cuando salía, comunicaba a los israelitas lo que le habían mandado. Los israelitas veían la piel de su cara radiante, y Moisés se volvía a echar el velo por la cara, hasta que volvía a hablar con Dios.
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra».

Palabra del Señor.

30 de Julio 2025 – Santa María de Jesús Sacramentado Venegas

Nació en Zapotlanejo, Jalisco el 8 de setiembre de 1868. Hija de un matrimonio muy numeroso -ella fue la doceava hija- desarrolló durante su juventud un estilo de vida que la acercó a la plena consagración al Señor.

En noviembre de 1905 asistió, en Guadalajara, a una jornada de ejercicios espirituales donde aceptó dócilmente ser sierva del Señor, ingresando luego a un instituto religioso que recién se había creado, las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, fundada por el canónigo Atenógenes Silva para atender a los enfermos abandonados y a los menesterosos.

El 25 de enero de 1921 se realizaron las primeras elecciones canónicas de la congregación, siendo entonces electa superiora general; este nombramiento aumentó su fidelidad al deber. De 1926 a 1929, durante la crudelísima persecución religiosa, mantuvo con firmeza la vida espiritual y la disciplina del instituto a ella confiado y redactó las constituciones de su congregación, aprobadas por el arzobispo de Guadalajara, Mons. Francisco Orozco y Jiménez.

El 8 de setiembre de 1930, fiesta de la Natividad de María, ella y las hermanas elegidas, formularon sus votos perpetuos; su nombre, Natividad, lo cambió por el de María de Jesús Sacramentado. Durante 33 años, hasta 1954, fecha en que dejó la dirección a ella confiada, fundó dieciséis casas para atender enfermos y ancianos desvalidos. Durante su vida prodigó cuidados verdaderamente maternales a los enfermos y a las religiosas puestas bajo su tutela; su fortaleza la atribuía a la recepción cotidiana de la Sagrada Eucaristía.

Los últimos años de su vida, marcados por la enfermedad y decrepitud, dio ejemplo de abnegación y entereza. Murió en Guadalajara el 30 de julio de 1959, cuando contaba con 91 años de edad en el hospital del Sagrado Corazón de Guadalajara donde se guardan sus restos.

martes, 29 de julio de 2025

Reflexión del 29/07/2025

Lecturas del 29/07/2025

En aquellos días, Moisés levantó la tienda de Dios y la plantó fuera, a distancia del campamento, y la llamó «Tienda del Encuentro». El que deseaba visitar al Señor, salía fuera del campamento y se dirigía a la Tienda del Encuentro.
Cuando Moisés salía en dirección a la tienda, todo el pueblo se levantaba y esperaba a la entrada de sus tiendas, mirando a Moisés hasta que este entraba en la tienda. En cuanto Moisés entraba en la tienda, la columna de nube bajaba y se detenía a la entrada de la tienda, mientras el Señor hablaba con Moisés.
Cuando el pueblo veía la columna de nube a la puerta de la tienda, se levantaba y se postraba cada uno a la entrada de su tienda.
El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con un amigo. Después Moisés volvía al campamento, mientras Josué, hijo de Nun, su joven ayudante, no se apartaba del interior de la tienda.
Moisés se quedó en la presencia del Señor, y pronunció su nombre.
El Señor pasó ante él proclamando: «Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad, que mantiene la clemencia hasta la milésima generación, que perdona la culpa, el delito y el pecado, pero no los deja impunes y castiga la culpa de los padres en los hijos y nietos, hasta la tercera y cuarta generación». Moisés al momento se inclinó y se postró en tierra.
Y le dijo: «Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque es un pueblo de dura cerviz; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya». Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días con sus cuarenta noches: sin comer pan ni beber agua; y escribió en las tablas las palabras de la alianza, las Diez Palabras.
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para darles el pésame por su hermano.
Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa.
Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará».
Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección en el último día». Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?». Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».

Palabra del Señor.

29 de Julio 2025 – San Olaf de Noruega

Mártir y rey de Noruega (1015-1030), nació en el año 995 y murió en el 1030. Fue hijo del rey Harold Gróense de Noruega. De acuerdo a Sorra, fue bautizado en el 998 en Noruega, pero probablemente lo fue por el 1010 en Roen, Francia, por el Arzobispo Robert. Durante su juventud fue a Inglaterra como vikingo, donde tomó parte en muchas batallas y se volvió seriamente interesado por el cristianismo. Luego de muchas dificultades fue elegido rey de Noruega y cumplió su objetivo de extirpar el gentilismo y hacer a la religión Cristiana la base de su reino. Él es el gran legislador noruego para la Iglesia y como su ancestro (Olaf Trygvesson), lanzó frecuentemente severos ataques a la fe antigua y a las costumbres, demoliendo los templos y construyendo iglesias cristianas en esos lugares.

Trajo a muchos obispos y sacerdotes de Inglaterra, como el rey San Cnut lo hiciera después en Dinamarca. Algunos de ellos son conocidos por nombre (Grimkel, Sigfrid, Rudolf, Bernhard). Pareciera que hubo tomado las condiciones anglo-sajonas como modelo para la organización eclesiástica de su reino. Pero al final, la exasperación contra él se tornó tan fuerte que los clanes se rebelaron contra él y acudieron al rey Cnut de Dinamarca e Inglaterra por ayuda. Esta fue gustosamente dada, así que Olaf fue expulsado y Cnut elegido rey de Noruega. Se debe recordar que el resentimiento contra Olaf era debido no sólo contra su ser cristiano, sino también en un alto grado a su valerosa lucha contra la vieja constitución del condado y por la unión de Noruega. Él, es de este modo mirado por los noruegos de nuestros días como un gran campeón de la independencia nacional, y católicos y protestantes cercanos pueden encontrar en San Olaf a un gran modelo.

Después de dos años de exilio retornó a Noruega con un ejército y se encontró con los que se le rebelaron en Stiklestad, donde la celebrada batalla se llevó a cabo el 29 de Julio de 1030. Ni el rey Cnut ni los daneses tomaron parte de esta batalla. El rey Olaf luchó con gran coraje y valor, pero fue mortalmente herido y cayó en el campo de batalla, rezando "Dios ayúdame". Muchos hechos milagrosos son relatados en relación con su muerte y su exhumación un año más tarde, luego que la creencia en su santidad se había expandido a gran distancia. Sus amigos, el Obispo Grimkel and Einar Tambeskjelver, pusieron su cuerpo en el ataúd y lo ubicaron en el altar mayor de la iglesia de San Clemente, en Nidaros (ahora Trondhjem). Desde ahí, Olaf ha sido tomado como un santo no sólo por la gente de Noruega sino también por la gente de Roma. Su culto se expandió anchamente en la edad media, no solo en Noruega sino también en Dinamarca y Suecia, incluso en Londres hay en Hart Street una iglesia de San Olaf, dedicada al canonizado rey de Noruega. En 1856 una gran iglesia de San Olaf fue construida en Christiania, capital de Noruega, donde una gran reliquia de San Olaf (donación del museo royal danés) es preservada y venerada. El escudo de armas de Noruega es un león con el hacha de armas de San Olaf en la pata delantera.

lunes, 28 de julio de 2025

Reflexión del 28/07/2025

Lecturas del 28/07/2025

En aquellos días, Moisés se volvió y bajó del monte con las dos tablas del testimonio en la mano. Las tablas estaban escritas por ambos lados; eran hechura de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada en las tablas.
Al oír Josué el griterío del pueblo, dijo a Moisés: «Se oyen gritos de guerra en el campamento». Contestó él: «No es grito de victoria, no es grito de derrota, que son cantos lo que oigo».
Al acercarse al campamento y ver el becerro y las danzas, Moisés, encendido en ira, tiró las tablas y las rompió al pie de la montaña.
Después agarró el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta hacerlo polvo, que echó en agua y se lo hizo beber a los hijos de Israel. Moisés dijo a Aarón: «¿Qué te ha hecho este pueblo, para que nos acarreases tan enorme pecado?».
Contestó Aarón: «No se irrite mi señor. Sabes que este pueblo es perverso. Me dijeron: “Haznos un Dios que vaya delante de nosotros, pues a ese Moisés que nos sacó de Egipto no sabemos qué le ha pasado.” Yo les dije: “Quien tenga oro que se desprenda de él y me lo dé; yo lo eché al fuego, y salió este becerro”». Al día siguiente, Moisés dijo al pueblo: «Habéis cometido un pecado gravísimo; pero ahora subiré al Señor a expiar vuestro pecado».
Volvió, pues, Moisés al Señor y le dijo: «Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo, haciéndose dioses de oro. Pero ahora, o perdonas su pecado o me borras del libro de tu registro». El Señor respondió: «Al que haya pecado contra mí lo borraré del libro.
Ahora ve y guía a tu pueblo al sitio que te dije; mi ángel irá delante de ti; y cuando llegue el día de la cuenta, les pediré cuentas de su pecado».
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros a anidar en sus ramas».
Les dijo otra parábola: «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta para que todo fermenta».
Jesús dijo todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».

Palabra del Señor.

28 de Julio 2025 – San Víctor I, Papa

En Roma, san Víctor I, papa, africano de nacimiento, que fijó para todas las Iglesias la celebración de la fiesta de Pascua en el domingo que sigue inmediatamente a la Pascua judía (c. 200).

Natural de África. Hijo de Félix. Sucedió a san Eleuterio en el 189. Será el primer papa que afirme la existencia de un magisterio moral del obispado de Roma sobre los otros obispados de la Iglesia y comienza a sustituir el griego utilizado en la liturgia por el latín, aunque la misa seguirá celebrándose en griego hasta el año 230.

Durante su pontificado, Víctor sentó las bases para la celebración de los concilios al ordenar a los obispos del orbe cristiano que se reunieran en sínodos para considerar -confiaba él- la condena de la celebración de la Pascua según la costumbre judía que la celebraba el día 14 del mes de Nisán aunque no coincidiera en domingo.

domingo, 27 de julio de 2025

Reflexión del 27/07/2025

Lecturas del 27/07/2025

En aquellos días, el Señor dijo:
«El clamor contra Sodoma y Gomorra es fuerte, y su pecado es grave; voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la queja llegada a mí; y si no, lo sabré». Los hombres se volvieron de allí y se dirigieron a Sodoma, mientras Abrahán seguía en pie ante el Señor.
Abrahán se acercó y dijo: «¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás el lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia?». El Señor contestó: «Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos». Abrahán respondió: «Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Y si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?». Respondió el Señor: «No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco». Abrahán insistió: «Quizá no se encuentren más que cuarenta».
Él dijo: «En atención a los cuarenta, no lo haré». Abrahán siguió hablando: «Que no se enfade mi Señor si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?». Él contestó: «No lo haré, si encuentro allí treinta». Insistió Abrahán: «Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor. ¿Y si se encuentran allí veinte?». Respondió el Señor: «En atención a los veinte, no la destruiré». Abrahán continuó: «Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más. ¿Y si se encuentran diez?». Contestó el Señor: «En atención a los diez, no la destruiré».
Hermanos:
Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo, y habéis resucitado con él, por la fe en la fuerza de Dios que lo resucitó de los muertos.
Y a vosotros, que estabais muertos por vuestros pecados y la incircuncisión de vuestra carne, os vivificó con él.
Canceló la nota de cargo que nos condenaba con sus cláusulas contrarias a nosotros; la quitó de en medio, clavándolo en la cruz.
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos» Él les dijo: «Cuando oréis decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación”».
Y les dijo: «Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquel le responde: “No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden?».

Palabra del Señor.

27 de Julio 2025 – Beata María Magdalena Martinengo

Nació en la ciudad italiana de Brescia en 1687. Desde muy niña se vio inclinada a la devoción y a la mortificación y mostró un gran deseo de "imitar todo lo que habían hecho los santos". A los 18 años, ingresó en el convento capuchino de Santa María de las Nieves de su ciudad natal. En 1706 hizo su profesión. Tres veces fue maestra de novicias y, durante algún tiempo, desempeñó el humilde cargo de portera. En 1732 y en 1736, fue elegida superiora. Dios premió su desinteresado amor con experiencias místicas extraordinarias y con el don de milagros.

La beata profesaba particular devoción a la coronación de espinas y, después de su muerte, se descubrió que llevaba bajo el velo, alrededor de la cabeza, una rejilla de puntas aceradas. María Magdalena supo unir a las mortificaciones, el cumplimiento de sus deberes de maestra y superiora, el amor al silencio y una gran mansedumbre en la conversación. Su muerte ocurrió en 1737, cuando tenía 50 años de edad. Fue beatificada en 1900.

sábado, 26 de julio de 2025

Reflexión del 26/07/2025

Lecturas del 26/07/2025

En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todas las palabras del Señor y todos sus decretos; y el pueblo contestó con voz unánime: «Cumpliremos todas las palabras que ha dicho el Señor».
Moisés escribió todas las palabras del Señor. Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel.
Y mandó a algunos jóvenes de los hijos de Israel ofrecer al Señor holocaustos e inmolar novillos como sacrificios de comunión.
Tomó Moisés la mitad de la sangre y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. Después tomó el documento de la alianza y se lo leyó en voz alta al pueblo, el cual respondió: «Haremos todo lo que ha dicho el Señor y le obedeceremos».
Entonces Moisés tomó la sangre y roció al pueblo, diciendo: «Esta es la sangre de la alianza que el Señor ha concertado con vosotros, de acuerdo con todas estas palabras».
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente:
«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?”
Él les dijo: “Un enemigo lo ha hecho”. Los criados le preguntaron: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?” Pero él les respondió: “No, que al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los segadores: arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero”».

Palabra del Señor.

26 de Julio 2025 – Santa Ana y San Joaquín - Padres de la Virgen María

Joaquín y Ana son dos nombres llenos de grandeza a los ojos de Dios, grandeza que se esconde en la sencillez y la humildad. Dos nombres con un sentido maravilloso y providencial.

Joaquín significa preparación del Señor, trabajo y constancia. La providencia divina mueve los hilos de la historia. Durante largos siglos el Señor preparó, por medio de los profetas y patriarcas, la venida del Deseado de las naciones. Israel deseaba con ansia renovada esta llegada.

La tardanza no ahogaba los anhelos de Joaquín y Ana. Ellos se acercaban al ocaso de la vida sin descendencia. Pero seguían rezando y porfiando al Señor con oración inflamada. Su esperanza se mantuvo incólume.

Ana "la Madre de la Mejor", como la llama Lope de Vega en el título de una comedia, quiere decir amor y plegaria. No era la primera que llevaba este nombre. Una contemporánea suya, la profetisa Ana, también esperaba al Mesías. Y lo encontró cuando Jesús fue presentado en el templo.

En el libro I de Samuel aparece otra Ana, la madre de Samuel, con una historia parecida a la de la madre de la Virgen María. Estaba rezando ante el Señor. Movía los labios, pero no se oía su voz.

Los sacerdotes creen que está borracha. "No he bebido vino, les dice, es que estaba derramando mi alma ante el Señor". Su alma estaba llena de tristeza. Sufre el oprobio de la esterilidad, porque Dios no la ha considerado digna de darle un hijo que pudiera ser el Mesías de Israel. Dios la hizo madre de Samuel.

Por eso reza y llora también la esposa de Joaquín. Presiente que va a llegar el Redentor, ora intensamente para acelerar su venida. Pero está triste, porque se ve envejecer en la esterilidad.

Las oraciones de Ana fueron escuchadas. Un ángel -según algunos el mismo de la Anunciación- se aparece a Ana en la Puerta Dorada del templo y le profetiza el nacimiento de una Niña que se llamará María y será la predilecta del Señor. "Oh bellísima Niña, dice San Juan Damasceno, benditas las entrañas y el vientre de los que saliste".

En el seno estéril de Ana germinó la plenitud de la gracia. En sus entrañas se realizó el sublime misterio de la Concepción Inmaculada de María "prodigio de prodigios y abismo de milagros", dice el Damascebo. "Santa tierra estéril, que al cabo produjo, toda la abundancia, que sustenta el mundo", según se expresa Miguel de Cervantes en "La Gitanilla".

Todos los antiguos anhelos se habían condensado en Joaquín y Ana, en ellos se iban a cumplir las promesas. Fueron los padres dichosos de la niña María, que Dios luego la haría su Madre y nuestra Madre.

De Joaquín y Ana podemos decir que si Dios los escogió para una obra tan admirable, grandes tuvieron que ser aquellos dos corazones. Si habían de educar a la que Dios escogía como Madre de su Hijo, cuánta dulzura, bondad y hermosura habría en aquellas almas. Pues habían sido destinados por Dios para ser los padres de una Niña sin par, no sólo sin mácula, sino llena de gracia "la llena de gracia", la bendita entre las mujeres, la Hermosa, la Agraciada, María "lugar alto en donde habita Dios".

El culto a San Joaquín es más reciente. Pero el culto a Santa Ana es muy antiguo. En Jerusalén está la iglesia de Santa Ana, cerca del templo. Allí vivían, según la tradición, Joaquín y Ana. Y, según la opinión de muchos Padres, ahí nació la Aurora de nuestra salvación, la Virgen María.

viernes, 25 de julio de 2025

Reflexión del 25/07/2025

Lecturas del 25/07/2025

En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor.
Y se los miraba a todos con mucho agrado.
Por mano de los apóstoles se realizaban muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Todos se reunían con un mismo espíritu en el pórtico de Salomón.
Les hicieron comparecer ante el sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo: «¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese Nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre».
Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero.
Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen».
Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos.
El rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.
Hermanos:
Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros.
Atribulados en todo, más no aplastados; apurados, más no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, mas no aniquilados, llevando siempre y en todas partes en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Pues, mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De este modo, la muerte actúa en nosotros, y la vida en vosotros.
Pero teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará con vosotros. Ante él.
Pues todo esto es para vuestro bien, a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios.
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó: ¿«Qué deseas?». Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?». Contestaron: «Podemos».
Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre». Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos.
Y llamándolos, Jesús les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

Palabra del Señor.

25 de Julio 2025 – Santiago el Mayor – Apóstol

El nombre Santiago, proviene de dos palabras Sant Iacob. Porque su nombre en hebreo era Jacob. Los españoles en sus batallas gritaban: "Sant Iacob, ayúdenos". Y de tanto repetir estas dos palabras, las unieron formando una sola: Santiago.

Fue uno de los 12 apóstoles del Señor.

Era hermano de San Juan evangelista. Se le llamaba el Mayor, para distinguirlo del otro apóstol, Santiago el Menor, que era más joven que él. Con sus padres Zebedeo y Salomé vivía en la ciudad de Betsaida, junto al Mar de Galilea, donde tenían una pequeña empresa de pesca. Tenían obreros a su servicio, y su situación económica era bastante buena pues podían ausentarse del trabajo por varias semanas, como lo hizo su hermano Juan cuando se fue a estarse una temporada en el Jordán escuchando a Juan Bautista.

Santiago formó parte del grupo de los tres preferidos de Jesús, junto con su hermano Juan y con Simón Pedro. Después de presenciar la pesca milagrosa, al oír que Jesús les decía: "Desde ahora seréis pescadores de hombres", dejó sus redes y a su padre y a su empresa pesquera y se fue con Jesucristo a colaborarle en su apostolado. Presenció todos los grandes milagros de Cristo, y con Pedro y Juan fueron los únicos que estuvieron presentes en la Transfiguración del Señor y en su Oración en el Huerto de Getsemaní. ¿Por qué lo prefería tanto Jesús? Quizás porque (como dice San Juan Crisóstomo) era el más atrevido y valiente para declararse amigo y seguidor del Redentor, o porque iba a ser el primero que derramaría su sangre por proclamar su fe en Jesucristo. Que Jesús nos tenga también a nosotros en el grupo de sus preferidos.

Cuenta el santo Evangelio que una vez al pasar por un pueblo de Samaria, la gente no quiso proporcionarles ningún alimento y que Santiago y Juan le pidieron a Jesús que hiciera llover fuego del cielo y quemara a esos maleducados. Cristo tuvo que regañarlos por ese espíritu vengativo, y les recordó que Él no había venido a hacer daño a nadie sino a salvar al mayor número posible de personas. Santiago no era santo cuando se hizo discípulo del Señor. La santidad le irá llegando poquito a poco.

Otro día Santiago y Juan comisionaron a Salomé, su madre, para que fuera a pedirle a Jesús que en el día de su gloria los colocara a ellos dos en los primeros puestos: uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús les dijo: "¿Serán capaces de beber el cáliz de amargura que yo voy a beber?" Ellos le dijeron: "Sí somos capaces". Cristo añadió: "El cáliz de amargura sí lo beberán, pero el ocupar los primeros puestos no me corresponde a Mí el concederlo, sino que esos puestos son para aquellos para quienes los tiene reservado mi Padre Celestial". Los otros apóstoles se disgustaron por esta petición tan vanidosa de los dos hijos de Zebedeo, pero Jesús les dijo a todos: "El que quiera ser el primero, que se haga el servidor de todos, a imitación del Hijo del hombre que no ha venido a ser servido sino a servir". Seguramente que con esta lección de Jesús, habrá aprendido Santiago a ser más humilde.

Después de la Ascensión de Jesús, Santiago el Mayor se distinguió como una de las principales figuras entre el grupo de los Apóstoles. Por eso cuando el rey Herodes Agripa se propuso acabar con los seguidores de Cristo, lo primero que hizo fue mandar cortarle la cabeza a Santiago, y encarcelar a Pedro. Así el hijo de Zebedeo tuvo el honor de ser el primero de los apóstoles que derramó su sangre por proclamar la religión de Jesús Resucitado.

Antiguas tradiciones (del siglo VI) dicen que Santiago alcanzó a ir hasta España a evangelizar. Y desde el siglo IX se cree que su cuerpo se encuentra en la catedral de Compostela (norte de España) y a ese santuario han ido miles y miles de peregrinos por siglos y siglos y han conseguido maravillosos favores del cielo. El historiador Pérez de Urbel dice que lo que hay en Santiago de Compostela son unas reliquias, o sea restos del Apóstol, que fueron llevados allí desde Palestina.

Es Patrono de España y de su caballería. Los españoles lo han invocado en momentos de grandes peligros y han sentido su poderosa protección. También nosotros sí pedimos su intercesión conseguiremos sus favores.

jueves, 24 de julio de 2025

Reflexión del 24/07/2025

Lecturas del 24/07/2025

A los tres meses de salir de la tierra de Egipto, aquel día, los hijos de Israel llegaron al desierto del Sinaí.
Salieron de Refidín, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon allí, frente a la montaña.
El Señor le dijo: «Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar cuando yo hable contigo, y te crean siempre». Y Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo había dicho.
El Señor dijo a Moisés: «Vuelve a tu pueblo y purifícalos hoy y mañana, que se laven la ropa y estén preparados para el tercer día; pues el tercer día descenderá el Señor sobre la montaña del Sinaí a la vista del pueblo».
Al tercer día, al amanecer, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre la montaña; se oía un fuerte sonido de trompeta; y toda la gente que estaba en el campamento se echó a temblar.
Moisés sacó al pueblo del campamento, al encuentro de Dios, y se detuvieron al pie de la montaña. La montaña del Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre ella en medio de fuego. Su humo se elevaba como el de un horno y toda la montaña temblaba con violencia.
El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba y Dios le respondía con el trueno.
El Señor descendió al monte Sinaí, a la cumbre del monte. El Señor llamó a Moisés a la cima de la montaña.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron: «¿Por qué les hablas en parábolas?».
Él les contestó: «A vosotros se os han dado a conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: “Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure”.
Pero bienaventurados vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen.
En verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron».

Palabra del Señor.