jueves, 2 de octubre de 2025

02 de Octubre 2025 – Los Angeles Custódios

«Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día. Aunque espíritu invisible, sé que te hayas a mi lado, escuchas mis oraciones, y cuentas todos mis pasos. En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho, tus alas de nácar y oro. Ángel de Dios, que yo escuche, tu mensaje y que lo viva, que vaya siempre contigo, hacia Dios, que me lo envía. Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía».

Así de hermosa es la poesía con que dan comienzo las laudes de este día. En ella ya se encuentra sintetizada la espiritualidad y sentido de esta fiesta.

La existencia de los ángeles está fuera de duda y siempre la Iglesia los veneró y difundió su culto. San Gregorio Magno llega a decir esta hipérbole: «En casi todas las páginas de las Sagradas Escrituras está contenida la existencia de los Ángeles». El Antiguo Testamento habla repetidas veces de su acción prodigiosa en favor de los hombres: Un ángel avisa a Lot del peligro que corre Sodoma y el castigo que va a recibir esta ciudad. Un ángel conforta a la criada de Abrahán, Agar, cuando es despedida y camina por el desierto. Un ángel socorre al Profeta San Elías y le alimenta con pan y agua fresca por dos veces cuando huye de la persecución de la reina Jezabel. Un ángel acompaña y colma de gracia al joven Tobías y a su padre y demás familiares. Casi todo el libro de Tobías está en torno al arcángel San Rafael. También en el Nuevo Testamento aparece el ángel liberando a Pedro de las cadenas y abriéndole la puerta de la cárcel...

En las vidas de los Santos, tanto antiguos, como Santa Inés, tanto de la Edad Media, como San Francisco de Asís, y, modernos, como Santa Micaela del Smo. Sacramento, Santa Gema Galgani y San Francisco de Sales... la presencia del Ángel de su Guarda en sus vidas es como algo inseparable. Mucho lo vivió también el Beato Manuel Domingo y Sol.

Desde que tenemos uso de razón en nuestros hogares cristianos se nos infunde la devoción al Ángel de nuestra Guarda y se nos recomienda que no demos oído al ángel malo que nos instigará al pecado y que tratemos de oír siempre al Ángel bueno que nos inspirará lo que hemos de hacer y hemos de evitar.

Es doctrina comúnmente admitida que, al nacer, el Señor ya nos señala un ángel para nuestra custodia y que cada familia, cada pueblo, cada nación tienen su propio ángel. El sabio Orígenes ya decía algo parecido en el siglo III: «Sí, cada uno de nosotros tenemos un ángel que nos dirige, nos acompaña, nos gobierna, nos amonesta y presenta a Dios nuestras plegarias y buenas obras».

Santo Tomás de Aquino dividió los Coros angélicos en nueve categorías diferentes: «Los Serafines, Querubines y Tronos, forman la augusta corte de la Santísima Trinidad; las Dominaciones presiden el gobierno del Universo; las Virtudes, la fijeza de las leyes naturales; las Potestades refrenan el poder de los demonios; los Principados tienen bajo su amparo a los reinos y naciones; lo Arcángeles defienden a las comunidades menores, y los Ángeles guardan a cada uno de los hombres».

Los mismos Salmos hablan con frecuencia de los Ángeles. Jesucristo se refirió en varias ocasiones a la misión de estos Espíritus purísimos. San Agustín afirmaba en su tiempo que «el Ángel de la Guarda nos ama como a hermanos y está con una santa impaciencia por vernos ocupar en el cielo aquellas sillas de que se hicieron indignos los ángeles rebeldes». ¿Qué hacer nosotros por el Ángel, ya que tanto hace él por nosotros? Dice el Éxodo: «Respétale y escucha su voz... Si oyes su voz y ejecutas cuanto te ordene, seré enemigo de tus enemigos».

Reflexión del 02/10/2025

Lecturas del 02/10/2025

En aquellos días, el pueblo entero se reunió como un solo hombre en la plaza que está delante de la Puerta del Agua y dijeron a Esdras, el escriba, que trajera el libro de la Ley de Moisés que el Señor había dado a Israel.
El día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras trajo el libro de la ley ante la comunidad: hombres, mujeres y cuantos tenían uso de razón. Leyó el libro en la plaza que está delante de la Puerta del Agua, desde la mañana hasta el mediodía, ante los hombres, las mujeres y los que tenían uso de razón.
El escriba Esdras se puso en pie sobre una tribuna de madera levantada para la ocasión. Esdras abrió el libro en presencia de todo el pueblo, de modo que toda la multitud podía verlo; al abrirlo, el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo al Señor, el Dios grande, y todo el pueblo respondió con las manos levantadas: «Amén, amén».
Luego se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra.
Los levitas explicaron la ley al pueblo, que permanecía en pie. Leyeron el libro de la ley de Dios con claridad y explicando su sentido, de modo que entendieran la lectura.
Entonces el gobernador Nehemías, el sacerdote y escriba Edras, y los levitas que instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea: «Este día está consagrado al Señor, vuestro Dios: No estéis tristes ni lloréis» (y es que todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley).
Nehemías les dijo: «Id, comed buenas manjares y bebed buen vino, e invitad a los que no tienen nada preparado, pues este día está consagrado al Señor. ¡No os pongáis tristes; el gozo del Señor es vuestra fuerza!».
También los levitas tranquilizaban a todo el pueblo, diciendo: « ¡Callad no estéis tristes, porque este día es santo!».
Así que el pueblo entero se fue a comer y beber, a invitar a los demás y a celebrar una gran fiesta, porque habían comprendido lo que les habían enseñado.
En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: -« ¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?»
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: -«Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.»

Palabra del Señor.

02 de Octubre 2025 – Beato Antonio Chevrier

En Lyon, en Francia, beato Antonio Chevrier, presbítero, que instituyó la Obra de la Providencia del Prado, para preparar sacerdotes destinados a enseñar la doctrina cristiana a jóvenes pobres.

Nació en Lyon, en el seno de una modesta familia. Ordenado sacerdote en 1850, desarrolló en su ciudad natal su fecunda labor apostólica. En la inundación de 1856 se produjo su conversión interior y dedicó sus esfuerzos hacia el apostolado social entre los obreros como coadjutor de San Andrés de la Guilloterie, una parroquia de la zona obrera de Lyon. Antonio recorrió el barrio en barca, jugándose la vida en cada momento. Y en ese año, en Navidad, decidió entregarse del todo a los más pobres y abandonados de la sociedad. Un día visitó a san Juan Bautista María Vianney en Ars, que le animó en su labor y aceptó la dirección de la Ciudad del Niño Jesús, obra apostólica y benéfica a favor de los niños pobres. El cura de Ars decía a los peregrinos de Lyon que venían a confesarse con él; "¿Por qué venís? En Lyon tenéis un santo, el padre Chevrier. Acudid a él, no os defraudará". Muy pronto comprendió que necesitaba colaboradores en esta obra y por ello adquirió una sala del baile y la llamó "El Prado". Los obreros le reconocerán como padre. "Si los obreros no vienen a la iglesia, iremos nosotros a buscarlos". Fundó la Sociedad de los Sacerdotes del Prado en 1859, cuya misión apostólica se desarrolló entre los suburbios y otros barrios marginales. Allí acogió a jóvenes obreros marginados e inició una catequesis con ellos. 

Fue párroco por un breve tiempo. No cobraba los derechos parroquiales, por miedo al dinero, y esto no era bien visto por algunos colegas. Dejó la parroquia..., lo suyo eran los obreros. La espiritualidad de Antonio se basa en tres pilares: el Pesebre, la Cruz y la Eucaristía. "Pobres y despojados como Jesús en el Pesebre, crucificados como Jesús en la Cruz, comidos como Jesús en la Eucaristía. El sacerdote es como Jesucristo: un hombre despojado, un hombre crucificado, un hombre comido. Hay que hacerse un buen pan para todos". "Todos necesitan atención, pero nuestro carisma son los pobres", decía a sus seminaristas. Además, insistía, los ricos están mejor atendidos, incluso por la Iglesia. "Hay que estudiar a Jesucristo y luego aplicarlo en la vida. Que al vernos digan: he aquí a Jesucristo. Debemos reproducir, en el exterior y en el interior, las virtudes de Jesucristo: su pobreza, su oración, su amor". "¡Señor, decía el padre Chevrier, si tienes necesidad de un pobre, heme aquí! ¡Si tienes necesidad de un loco, heme aquí! Que piensen lo que quieran, que me miren como a un loco, poco me importa, yo soy de Jesucristo". Murió en Lyon donde había vivido siempre. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 4 de octubre de 1986.

miércoles, 1 de octubre de 2025

Reflexión del 01/10/2025

Lecturas del 01/10/2025

En el mes de Nisán, el vigésimo año del reinado de Artajerjes, siendo yo el encargado del vino, lo tomé y se lo ofrecí al rey. Como nunca había estado triste en su presencia, el rey me preguntó: "¿Por qué tienes esa cara tan triste? Tú no estás enfermo. Seguramente hay algo que te aflige". Yo experimenté una gran turbación, y dije al rey: "¡Viva el rey para siempre! ¿Cómo no voy a estar con la cara triste, si la ciudad donde están las tumbas de mis padres se encuentra en ruinas y sus puertas han sido consumidas por el fuego?".
El rey me dijo: "¿Qué es lo que quieres?" Yo me encomendé al Dios del cielo, y le respondí: "Si es del agrado del rey y tú estás contento con tu servidor, envíame a Judá, a la ciudad donde están las tumbas de mis padres, para que yo la reconstruya".
El rey, que tenía a la reina sentada a su lado, me dijo: "¿Cuánto tiempo durará tu viaje y cuándo estarás de regreso?". Al rey le pareció bien autorizar mi partida, y yo le fijé un plazo.
Luego dije al rey: "Si el rey lo considera conveniente, se me podrían dar cartas para los gobernadores del otro lado del Éufrates, a fin de que me faciliten el viaje a Judá.
También podrían darme una carta para Asaf, el supervisor de los parques del rey, a fin de que me provea de madera para armar las puertas de la ciudadela del Templo, para las murallas de la ciudad y para la casa donde voy a vivir". El rey me concedió todo eso, porque la mano bondadosa de mi Dios estaba sobre mí.

 Mientras Jesús y sus discípulos iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!".

Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre".
Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios".
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos".
Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".

Palabra del Señor.

01 de Octubre 2025 – San Remigio, Arzobispo de Reims

San Remigio, esclarecido taumaturgo, y apóstol de Francia, fue hijo de Emilio, señor de Laón, y de santa Cilinia, cuya memoria celebra la Iglesia en 21 de octubre. Hizo rápidos progresos en las letras y virtudes, y para huir de los peligros del mundo se retiró al castillo de Laón. A la edad de veintidós años, por muerte de Beunado, arzobispo de Reims, fue elegido por su sucesor, le dispensó el papa la falta de años, que alegaba el santo mozo para esquivar aquella dignidad. Nota san Gregorio Turonense que fue tan eminente la santidad de su vida, que era san Remigio tan venerado en Reims como san Silvestre en Roma.

Lo ilustró el Señor con el don de milagros: alumbró ciegos, libró endemoniados, multiplicó el vino, apagó un terrible incendio, sanó toda clase de enfermedades y resucitó algunos muertos. Pero el mayor portento de san Remigio fue la conversión del rey y de casi toda la nación francesa.

Hacía cinco años que reinaba Clodoveo, el cual era gentil y estaba casado con Clotilde, y aunque esta santa reina le persuadía que dejase sus ídolos, y reconociese por verdadero Dios a Jesucristo, no podía salir con su intento. Más haciendo Clodoveo la guerra a los alemanes y suevos, y hallándose en la jornada de Tolbiac muy apretado y en peligro inminente de perderse, pidió socorro y favor a Jesucristo, prometiéndole de hacerse cristiano si le daba la victoria de sus enemigos.

En habiendo hecho esta promesa se arrojó con el numeroso ejército de sus contrarios y los desbarató dejando al mismo rey tendido en el campo, y alcanzando de ellos la más perfecta victoria. Volvió triunfante a su reino para cumplir su palabra, y señalado el día en que había de recibir el bautismo, se adornó de telas blancas y ricas colgaduras para esta augusta ceremonia la iglesia de san Martín, que estaba afuera de los muros de Reims, las hachas y las velas, que ardían en gran número, estaban preparadas con bálsamos olorosos y suaves perfumes; y el día de la Natividad del Señor, el rey, adornado de blancas vestiduras, y tres mil catecúmenos de su corte y ejército, fueron bautizados por san Remigio, el cual dio a Clodoveo el nombre de Luis, siendo el primero de este nombre y el que dio principio a los muy cristianos reyes de Francia. Finalmente, habiendo san Remigio hecho innumerables bienes a aquel rebaño de Jesucristo y gobernado santísimamente su iglesia setenta y cuatro años, a los noventa y seis de su vida, dio su alma al Señor, con gran sentimiento y llanto de todo el reino de Francia, que perdió tan buen padre, maestro y pastor.

Reflexión: No cabe duda que la conversión de Clodoveo y los Francos al catolicismo se debe en gran parte a las oraciones y ejemplos de su santo prelado y de la piadosa reina Clotilde. ¡Oh cuánto pueden las plegarias fervientes y el buen ejemplo de un celoso pastor, de una buena madre, de una esposa cristiana, de un amigo caritativo, y en general de todos los fieles para trocar los corazones! Cuando, desatados de los lazos del cuerpo, entremos en la posesión de los bienes eternos, veremos sin duda que más conversiones han obrado la oración y la fragancia de las virtudes de los siervos de Dios, que la predicación de los varones apostólicos, pues aun ésta, por sí sola y destituida de aquélla, quedaría en gran parte frustrada.

Oración: Concédenos, oh Dios omnipotente, que la venerable festividad de tu confesor y pontífice el bienaventurado Remigio, nos aumente la devoción y el deseo de nuestra eterna salud. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

martes, 30 de septiembre de 2025

Reflexión del 30/09/2025

 

Lecturas del 30/09/2025

«Esto dice el Señor del universo: Vendrán igualmente pueblos y habitantes de grandes ciudades.
E irán los habitantes de una y dirán a los de la otra: Subamos a aplacar al Señor; yo también iré a contemplar al Señor del universo.
Y vendrán pueblos numerosos, llegarán poderosas naciones buscando al Señor del universo en Jerusalén y queriendo aplacar al Señor».
«Esto dice el Señor del universo: En aquellos días, diez hombres de lenguas distintas de entre las naciones se agarrarán al manto de un judío diciendo: “Queremos ir con vosotros, pues hemos oído que Dios está con vosotros”».
Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tornó la decisión de ir a Jerusalén.
Y envió mensajeros delante de él.
Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».
Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.

Palabra del Señor.

30 de Septiembre 2025 – Santos Urso y Víctor

En Solothurn, en el territorio de Helvecia, hoy Suiza, santos Urso y Víctor, mártires, que, según la tradición, pertenecieron a la Legión Tebea.

La Legión Tebana constaba de seis mil seiscientos hombres y, como Maximiano perdió toda esperanza de doblegar su constancia, ordenó al resto de su ejército que cercara a los tebanos y les hiciera pedazos, ya que no querían renunciar a su fe cristiana. Ninguno de los cristianos ofreció resistencia y todos se ofrecieron al sacrificio con la mansedumbre de los corderos. La matanza fue espantosa: un vasto espacio de terreno quedó cubierto por el montón de cadáveres del que manaban arroyos de sangre. 

Maximiano acudió a inspeccionar la obra y, evidentemente satisfecho, mandó a sus soldados que despojaran a los muertos de sus ropas y sus armas y se quedasen con ellas como botín. Se hallaban todos entregados a la macabra tarea, cuando un veterano llamado Víctor rehusó participar en ella. Sus compañeros le preguntaron si también era cristiano, a lo que respondió afirmativamente. En seguida se precipitaron sobre él y le mataron. A otros dos soldados de aquella legión, llamados Víctor y Urso, que habían quedado rezagados en la marcha, en cumplimiento de alguna orden, se les buscó hasta encontrarlos en la ciudad de Soloturno (Soloure) en Suiza. 

Allí fueron sorprendidos por el gobernador Astaco, éste los encarceló y los mandó torturar, pero, según cuenta la leyenda, fueron liberados. Así pudieron dedicarse a la predicación del Evangelio a los habitantes del lugar, esto les llevó a un nuevo arresto. Fueron condenados a la hoguera, pero el fuego se apagó de forma milagrosa. Decidieron decapitarlos y arrojaron sus cuerpos al río Aar. Los cristianos sepultaron sus cuerpos en un lugar secreto, donde con el transcurrir del tiempo les fue dedicada una capilla. 

Las reliquias de san Víctor fueron trasladadas a Ginebra de donde es patrón, y las de san Urso permanecieron en Soleure, de donde es patrón. 

lunes, 29 de septiembre de 2025

Reflexión del 29/09/2025

Lecturas del 29/09/2025

Miré y vi que colocaban unos tronos. Un anciano se sentó.
Su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas; un río impetuoso de fuego brotaba y corría ante él. Miles y miles lo servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Seguí mirando. Y en mi visión nocturna vi venir una especie de hijo de hombre entre las nubes del cielo.
Avanzó hacia el anciano y llegó hasta su presencia A él se le dio poder, honor y reino.
Y todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieron.
Su poder es un poder eterno, no cesará.
Su reino no acabará.
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño» Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?».
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel» Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

Palabra del Señor.

29 de Septiembre 2025 – Santos Miguel, Gabriel y Rafael, Arcángeles

Miguel es el capitán. Dice el libro de Daniel (12,1): "Entonces se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo".

El Apocalipsis también nos da noticia de él (12,7-9): "Se trabó una batalla en el cielo. Miguel y sus ángeles declararon guerra al dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles, pero no vencieron y desaparecieron del cielo definitivamente. Al gran dragón, a la serpiente principal que se llama diablo y Satanás y extravía a la Tierra entera, lo precipitaron en la Tierra y precipitaron a sus ángeles con él".

Lo de Gabriel fue mucho más explosivo. Enviado a María, le anuncia que el Verbo quiere venir a la Tierra a vivir con nosotros. Si es que a ella le va bien. Si importante era la noticia, importante debía ser el enviado. Deli-cada misión la suya. Pero, tratándose de un ángel listo, la cosa resultaba fácil. Por eso de la noticia, es patrono de la radio.

Rafael es un buen amigo que acompaña a Tobías en aquel viaje lleno de incidencias. Todo debería terminar en un matrimonio feliz entre Tobías y Sara (Tobías 12, 15). "Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están al servicio de Dios, y tiene acceso ante el Señor de la gloria. Cuando Sara y tú estabais rezando, yo presentaba al Señor de la gloria el memorial de tu oración".