domingo, 19 de octubre de 2025
Lecturas del 19/10/2025
En aquellos días, Amalec vino y atacó a Israel en Refidín.
Moises dijo a Josue: «Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón de Dios en la mano».
Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; entretanto, Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte.
Mientras Moisés tenía en alto las manos, vencía Israel; mientras las tenía bajadas, vencía Amalec. Y, como le pesaban los brazos, sus compañeros tomaron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras, Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado.
Así resistieron en alto sus brazos hasta la puesta del sol.
Josué derrotó a Amalec y a su pueblo, a filo de espada.
Querido hermano:
Permanece en lo que aprendiste y creíste, consciente de quiénes lo aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.
Toda Escritura es inspirada por Dios y además útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda obra buena.
Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y a muertos, por su manifestación y por su reino: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprocha, exhorta con toda magnanimidad y doctrina.
En aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer.
«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”.
Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”».
Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».
Palabra del Señor.
19 de Octubre 2025 – Beato Jorge Popiełuszko
En Wloclawek, Polonia, beato Jorge Popieluszko, sacerdote de la diócesis de Varsovia y mártir.
Jorge nació en Okopy provincia de Bialystok (Polonia). Fue ordenado sacerdote por el cardenal Stefan Wyszynsky en 1972. Fue destinado a la parroquia de san Estanislao de Kostka, además de su trabajo parroquial, desarrollaba su ministerio entre los obreros organizando conferencias, encuentros de oración también para médicos y enfermeras, asistía a los enfermos, los pobres, los perseguidos y junto a Don Teofilo Bogucki celebraba mensualmente misas con la predicación por la patria.
Jerzy Popieluszko era un sacerdote carismático que fue primero enviado a los huelguistas en la fábrica de acero de Varsovia. Luego, se asoció con trabajadores y sindicalistas del movimiento Solidaridad, quienes se oponían al régimen comunista polaco. Era un acérrimo anticomunista y, en sus sermones, intercalaba exhortaciones espirituales con mensajes políticos que criticaban el sistema comunista y motivaban a las personas a protestar. Durante el periodo de vigencia de la ley marcial, la Iglesia Católica fue la única fuerza que pudo tener una voz de protesta comparativamente abierta, con la celebración regular de misas que presentaban oportunidades para las reuniones públicas en las iglesias.
Los sermones de Popieluszko eran normalmente transmitidos por Radio Free Europe, con lo cual se volvió famoso a lo largo de toda Polonia por su postura intransigente contra el régimen. La Siulba Bezpieczezstwa trató de silenciarlo o intimidarlo. Cuando estas técnicas no funcionaron, fabricaron evidencia contra él. Así, fue arrestado en 1983, pero fue pronto liberado por la intervención del clero y perdonado por una amnistía.
Se escenificó un accidente automovilístico para asesinar a Jerzy Popieluszko el 13 de octubre de 1984, pero logró escapar con vida. El plan alternativo era secuestrarlo y fue llevado a cabo el 19 de octubre de 1984. El sacerdote fue golpeado y asesinado por tres oficiales de la policía de seguridad. Luego, su cuerpo fue lanzado al interior del Reservorio del rio Vístula, cerca de Wloclawek, desde donde fue recuperado el 30 de octubre de 1984.
Las noticias del asesinato político causaron una conmoción en toda Polonia y los asesinos y uno de sus superiores fueron condenados por el crimen. Más de 250.000 personas asistieron al funeral del sacerdote, incluyendo a Lech Walesa, el 3 de noviembre de 1984. A pesar del asesinato y de sus repercusiones, el régimen comunista permaneció en el poder hasta 1989.
El conocido compositor polaco Andrzej Panufnik escribió su “Bassoon Concerto” (1985) en memoria de Popieluszko. El documental de Ronald Harwood “La muerte deliberada de un sacerdote polaco” fue estrenado en el teatro Almeida en Londres en octubre de 1985, como una escenificación del juicio a los asesinos de Popieluszko. Beatificado por SS. Benedicto XVI el 6 de junio de 2010.
Jorge nació en Okopy provincia de Bialystok (Polonia). Fue ordenado sacerdote por el cardenal Stefan Wyszynsky en 1972. Fue destinado a la parroquia de san Estanislao de Kostka, además de su trabajo parroquial, desarrollaba su ministerio entre los obreros organizando conferencias, encuentros de oración también para médicos y enfermeras, asistía a los enfermos, los pobres, los perseguidos y junto a Don Teofilo Bogucki celebraba mensualmente misas con la predicación por la patria.
Jerzy Popieluszko era un sacerdote carismático que fue primero enviado a los huelguistas en la fábrica de acero de Varsovia. Luego, se asoció con trabajadores y sindicalistas del movimiento Solidaridad, quienes se oponían al régimen comunista polaco. Era un acérrimo anticomunista y, en sus sermones, intercalaba exhortaciones espirituales con mensajes políticos que criticaban el sistema comunista y motivaban a las personas a protestar. Durante el periodo de vigencia de la ley marcial, la Iglesia Católica fue la única fuerza que pudo tener una voz de protesta comparativamente abierta, con la celebración regular de misas que presentaban oportunidades para las reuniones públicas en las iglesias.
Los sermones de Popieluszko eran normalmente transmitidos por Radio Free Europe, con lo cual se volvió famoso a lo largo de toda Polonia por su postura intransigente contra el régimen. La Siulba Bezpieczezstwa trató de silenciarlo o intimidarlo. Cuando estas técnicas no funcionaron, fabricaron evidencia contra él. Así, fue arrestado en 1983, pero fue pronto liberado por la intervención del clero y perdonado por una amnistía.
Se escenificó un accidente automovilístico para asesinar a Jerzy Popieluszko el 13 de octubre de 1984, pero logró escapar con vida. El plan alternativo era secuestrarlo y fue llevado a cabo el 19 de octubre de 1984. El sacerdote fue golpeado y asesinado por tres oficiales de la policía de seguridad. Luego, su cuerpo fue lanzado al interior del Reservorio del rio Vístula, cerca de Wloclawek, desde donde fue recuperado el 30 de octubre de 1984.
Las noticias del asesinato político causaron una conmoción en toda Polonia y los asesinos y uno de sus superiores fueron condenados por el crimen. Más de 250.000 personas asistieron al funeral del sacerdote, incluyendo a Lech Walesa, el 3 de noviembre de 1984. A pesar del asesinato y de sus repercusiones, el régimen comunista permaneció en el poder hasta 1989.
El conocido compositor polaco Andrzej Panufnik escribió su “Bassoon Concerto” (1985) en memoria de Popieluszko. El documental de Ronald Harwood “La muerte deliberada de un sacerdote polaco” fue estrenado en el teatro Almeida en Londres en octubre de 1985, como una escenificación del juicio a los asesinos de Popieluszko. Beatificado por SS. Benedicto XVI el 6 de junio de 2010.
sábado, 18 de octubre de 2025
Lecturas del 18/10/2025
Querido hermano:
Dimas me ha abandonado, enamorado de este mundo presente, y se marchó a Tesalónica; Crescente, a Galacia; Tito, a Dalmacia; Lucas es el único que está conmigo. Toma a Marcos y tráelo contigo, pues me es útil para el ministerio. A Tíquico lo envié a Éfeso.
El manto que dejé en Tróade, en casa de Carpo, tráelo cuando vengas, y también los libros, sobre todo los pergaminos.
Alejandro, el herrero, se ha portado muy mal conmigo; el Señor le dará el pago conforme a sus obras. Guárdate de él también tú, porque se opuso vehementemente a nuestras palabras.
En mi primera defensa, nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron. ¡No les sea tenido en cuenta!
Más el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones.
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”».
Palabra del Señor.
18 de Octubre 2025 – San Lucas - Evangelista
Algunos Santos Padres y autores cristianos vieron a San Lucas en ese «otro discípulo» que acompañaba a Cleofás, camino de Emaús, la tarde de la Resurrección cuando se les manifestó el Señor y se dio a conocer al partir el pan. Si esto fuera verdad, habría que pensar en un discípulo del Señor y judío y no gentil.
Lo que parece más probable es que Lucas era gentil, de Antioquía, y que llegó al conocimiento de Jesucristo por medio del Apóstol San Pablo, al que se sentirá siempre ligado y será uno de los discípulos predilectos del Apóstol de los Gentiles. Nació en Antioquía de Siria y era de profesión médico. Estaba muy bien preparado en el saber de su tiempo y conocía bien la lengua y literatura griegas.
Una vez convertido a la fe de Cristo, quizá por los años 40, su vida ya va estrechamente unida con la de San Pablo y con él misiona por diversos países: Macedonia, Jerusalén, Roma. Las enseñanzas de Pablo van calando en el corazón y en la mente de Lucas. Enseñanzas que con algunas otras fuentes que llegarán hasta sus manos, inspirados por el Espíritu Santo, pasará a la escritura, y gracias a él tendremos el tercer Evangelio y el precioso libro de los Hechos, la primera Historia de la Iglesia.
En San Lucas podemos destacar dos facetas, las dos muy importantes: Lucas historiador y Lucas misionero. Entre los sinópticos se puede denominar a Lucas el evangelista de la historia de la salvación. Ha escrito una historia en dos tomos sobre los orígenes del cristianismo: El Evangelio y los Hechos. Se le puede llamar con toda precisión el historiador entre los demás evangelistas, no porque los otros no hagan historia, sino más bien porque él tiene una intuición más amplia de la historia. Lucas conoce las historias de su tiempo. Él sabe que suelen poner un prólogo a las historias de su tiempo y él así lo hace. Se fija especialmente en la cronología de los hechos y trae referencias de historia profana más que los demás. Pero sobre todo él ha escrito la historia de la salvación.
Como misionero no se le ha considerado tanto y sin embargo basta recordar sus correrías para que se merezca este honroso título. San Juan Crisóstomo le llamó: «Incansable en el trabajo, ansioso de saber y sufrir, Lucas no acertaba a separarse de Pablo». Desde su prisión de Roma Pablo dice a su discípulo Timoteo: «Lucas sólo queda conmigo». Nunca se separa del maestro. Y a los colosenses y a Filemón también les recuerda que Lucas está a su lado y le llama «Lucas, el médico, el querido».
Cada uno de los evangelistas tiene su característica peculiar, como si se hubieran puesto de acuerdo para hacer mayor hincapié en una de las facetas de la historia de la Salvación. Así dice el Padre Bover, S.J.: «Si el evangelio de San Mateo podía llamarse mesiánico; el de San Marcos taumatúrgico; el de San Juan teológico; el de San Lucas es el soteriológico por antonomasia».
Otra faceta que resalta en el Evangelio de San Lucas es su amor en cuanto se refiere a la Virgen María. Él trata más que los otros tres evangelistas sobre el tema mariano. Se le ha llamado Pintor de María, porque haya pintado en el lienzo, algunas pinturas antiguas de la Virgen, y sobre todo porque la pintó maravillosamente en su Evangelio. Quizá fue la misma Virgen María quien le contó las encantadoras escenas de la Infancia de Jesús. Una antigua tradición dice que murió martirizado en Acaya, colgado de un árbol.
Lo que parece más probable es que Lucas era gentil, de Antioquía, y que llegó al conocimiento de Jesucristo por medio del Apóstol San Pablo, al que se sentirá siempre ligado y será uno de los discípulos predilectos del Apóstol de los Gentiles. Nació en Antioquía de Siria y era de profesión médico. Estaba muy bien preparado en el saber de su tiempo y conocía bien la lengua y literatura griegas.
Una vez convertido a la fe de Cristo, quizá por los años 40, su vida ya va estrechamente unida con la de San Pablo y con él misiona por diversos países: Macedonia, Jerusalén, Roma. Las enseñanzas de Pablo van calando en el corazón y en la mente de Lucas. Enseñanzas que con algunas otras fuentes que llegarán hasta sus manos, inspirados por el Espíritu Santo, pasará a la escritura, y gracias a él tendremos el tercer Evangelio y el precioso libro de los Hechos, la primera Historia de la Iglesia.
En San Lucas podemos destacar dos facetas, las dos muy importantes: Lucas historiador y Lucas misionero. Entre los sinópticos se puede denominar a Lucas el evangelista de la historia de la salvación. Ha escrito una historia en dos tomos sobre los orígenes del cristianismo: El Evangelio y los Hechos. Se le puede llamar con toda precisión el historiador entre los demás evangelistas, no porque los otros no hagan historia, sino más bien porque él tiene una intuición más amplia de la historia. Lucas conoce las historias de su tiempo. Él sabe que suelen poner un prólogo a las historias de su tiempo y él así lo hace. Se fija especialmente en la cronología de los hechos y trae referencias de historia profana más que los demás. Pero sobre todo él ha escrito la historia de la salvación.
Como misionero no se le ha considerado tanto y sin embargo basta recordar sus correrías para que se merezca este honroso título. San Juan Crisóstomo le llamó: «Incansable en el trabajo, ansioso de saber y sufrir, Lucas no acertaba a separarse de Pablo». Desde su prisión de Roma Pablo dice a su discípulo Timoteo: «Lucas sólo queda conmigo». Nunca se separa del maestro. Y a los colosenses y a Filemón también les recuerda que Lucas está a su lado y le llama «Lucas, el médico, el querido».
Cada uno de los evangelistas tiene su característica peculiar, como si se hubieran puesto de acuerdo para hacer mayor hincapié en una de las facetas de la historia de la Salvación. Así dice el Padre Bover, S.J.: «Si el evangelio de San Mateo podía llamarse mesiánico; el de San Marcos taumatúrgico; el de San Juan teológico; el de San Lucas es el soteriológico por antonomasia».
Otra faceta que resalta en el Evangelio de San Lucas es su amor en cuanto se refiere a la Virgen María. Él trata más que los otros tres evangelistas sobre el tema mariano. Se le ha llamado Pintor de María, porque haya pintado en el lienzo, algunas pinturas antiguas de la Virgen, y sobre todo porque la pintó maravillosamente en su Evangelio. Quizá fue la misma Virgen María quien le contó las encantadoras escenas de la Infancia de Jesús. Una antigua tradición dice que murió martirizado en Acaya, colgado de un árbol.
viernes, 17 de octubre de 2025
Lecturas del 17/10/2025
Hermanos: ¿Qué diremos que obtuvo Abrahán, nuestro padre según la carne?
Si Abrahán fue justificado en virtud de las obras, tiene un timbre de gloria, pero no delante de Dios; pues, ¿qué dice la Escritura? «Abrahán creyó a Dios y le fue contado como justicia».
A alguien que trabaja, el jornal no se le cuenta como gracia, sino como algo debido; en cambio, a alguien que no trabaja, sino que cree en el que justifica al impío, la fe se le cuenta como justicia.
Del mismo modo, también David proclama la bienaventuranza de aquel a quien Dios le cuenta la justicia independientemente de las obras.
«Bienaventurados aquellos a quienes se les perdonaron sus maldades y les sepultaron sus delitos; bienaventurado aquel a quien el Señor no le ha contado el pecado».
En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuidado con la levadura de los fariseos, que es la hipocresía, pues nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse.
Por eso, lo que digáis en la oscuridad será oído a plena luz, y lo que digáis al oído en las recámaras se pregonará desde la azotea.
A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más.
Os voy a enseñar a quién tenéis que temer: temed al que, después de la muerte, tiene poder para arrojar a la “gehenna”. A ese tenéis que temer, os lo digo yo.
¿No se venden cinco pájaros por dos céntimos? Pues ni de uno solo de ellos se olvida Dios.
Más aún, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. No tengáis miedo: valéis más que muchos pájaros».
Palabra del Señor.
17 de Octubre 2025 – Beato Fidel Fuidio Rodríguez
Fidel Fuidio Rodríguez nació en Yécora (Alava) el 24 de abril de 1880. Hizo el Postulantado marianista en Vitoria (España) y en Pontacq (Francia) de 1892 a 1896 y emitió sus primeros votos en la Compañía de María en 1897.
Después de dos años de preparación en Escoriaza (Guipúzcoa), inició su carrera de profesor y educador que ejerció durante 35 años. Enseñó en varios colegios Marianistas de España: Jerez de la Frontera, Cádiz, Madrid (1910-1933) y Ciudad Real. Dotado de una personalidad alegre y expansiva, exuberante de celo apostólico, se valió de la simpatía como método educativo, consiguendo notables resultados y dejando una imborrable huella entre sus alumnos. Durante su estancia en Madrid, y sin dejar la enseñanza, obtuvo el grado de Doctor en Ciencias Históricas. Su tesis doctoral “Carpetania Romana” (1934) es el fruto de numerosos descubrimientos arqueológicos, llevados a cabo con la colaboración de sus alumnos. Discípulo de Hugo Obermaier, gran amigo de los Marianistas, el Dr. Fuidio es considerado en la actualidad como uno de los pioneros de la arqueología madrileña. Como religioso, observaba fielmente sus compromisos y siempre estaba dispuesto a ayudar a sus cohermanos. En su vida de comunidad trató de ser según su propia expresión, “propagador de entusiasmo y sembrador de optimismo”. Amaba a su Instituto con cariño filial y cultivaba una devoción especial a la Virgen María.
A finales de junio de 1936, Fidel Fuidio fue operado de una hernia en Madrid, regresando a su comunidad de Ciudad Real el 17 de julio, aún convaleciente de su operación. El 25 de julio, Fidel tuvo que dejar su comunidad y trasladarse a una fonda, ya que el Colegio había sido requisado por la Guardia Civil. El 7 de agosto, los milicianos se presentaron de noche en la pensión para proceder a una detención y se llevaron también a Fidel, al verle un crucifijo en el pecho. Lo condujeron al Gobierno Civil, en cuyo desván habían instalado una cárcel provisional. El tiempo de su prisión lo pasó preparándose a bien morir y tratando de levantar la moral a los demás detenidos. Rezaba constantemente y se confesaba a menudo con los sacerdotes presos, manifestando muchas veces su prontitud a “morir por la fe”. El 15 de octubre fue dejado en libertad después de un simulacro de juicio. Pero antes de salir de la prisión fue llevado por los milicianos a la “Casa del Pueblo”. De allá lo sacaron en la noche del 16 al 17 de octubre y lo fusilaron en Carrión de Calatrava.
Fue fusilado por motivos religiosos durante la Guerra Civil Española y beatificado por la Iglesia Católica el 1 de octubre de 1995, junto a los también marianistas Carlos Eraña y Jesús Hita, fijando su fiesta el 18 de septiembre, día de su martirio.
Después de dos años de preparación en Escoriaza (Guipúzcoa), inició su carrera de profesor y educador que ejerció durante 35 años. Enseñó en varios colegios Marianistas de España: Jerez de la Frontera, Cádiz, Madrid (1910-1933) y Ciudad Real. Dotado de una personalidad alegre y expansiva, exuberante de celo apostólico, se valió de la simpatía como método educativo, consiguendo notables resultados y dejando una imborrable huella entre sus alumnos. Durante su estancia en Madrid, y sin dejar la enseñanza, obtuvo el grado de Doctor en Ciencias Históricas. Su tesis doctoral “Carpetania Romana” (1934) es el fruto de numerosos descubrimientos arqueológicos, llevados a cabo con la colaboración de sus alumnos. Discípulo de Hugo Obermaier, gran amigo de los Marianistas, el Dr. Fuidio es considerado en la actualidad como uno de los pioneros de la arqueología madrileña. Como religioso, observaba fielmente sus compromisos y siempre estaba dispuesto a ayudar a sus cohermanos. En su vida de comunidad trató de ser según su propia expresión, “propagador de entusiasmo y sembrador de optimismo”. Amaba a su Instituto con cariño filial y cultivaba una devoción especial a la Virgen María.
A finales de junio de 1936, Fidel Fuidio fue operado de una hernia en Madrid, regresando a su comunidad de Ciudad Real el 17 de julio, aún convaleciente de su operación. El 25 de julio, Fidel tuvo que dejar su comunidad y trasladarse a una fonda, ya que el Colegio había sido requisado por la Guardia Civil. El 7 de agosto, los milicianos se presentaron de noche en la pensión para proceder a una detención y se llevaron también a Fidel, al verle un crucifijo en el pecho. Lo condujeron al Gobierno Civil, en cuyo desván habían instalado una cárcel provisional. El tiempo de su prisión lo pasó preparándose a bien morir y tratando de levantar la moral a los demás detenidos. Rezaba constantemente y se confesaba a menudo con los sacerdotes presos, manifestando muchas veces su prontitud a “morir por la fe”. El 15 de octubre fue dejado en libertad después de un simulacro de juicio. Pero antes de salir de la prisión fue llevado por los milicianos a la “Casa del Pueblo”. De allá lo sacaron en la noche del 16 al 17 de octubre y lo fusilaron en Carrión de Calatrava.
Fue fusilado por motivos religiosos durante la Guerra Civil Española y beatificado por la Iglesia Católica el 1 de octubre de 1995, junto a los también marianistas Carlos Eraña y Jesús Hita, fijando su fiesta el 18 de septiembre, día de su martirio.
jueves, 16 de octubre de 2025
Lecturas del 16/10/2025
Hermanos:
Ahora, sin la ley se ha manifestado la justicia de Dios, atestiguada por la Ley y los Profetas; justicia de Dios por la fe en Jesucristo para todos los que creen.
Pues no hay distinción, ya que todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención realizada en Cristo Jesús.
Dios lo constituyó medio de propiciación mediante la fe en su sangre, para mostrar su justicia pasando por alto los pecados del pasado en el tiempo de la paciencia de Dios; actuó así para mostrar su justicia en este tiempo, a fin de manifestar que era justo y que justifica al que tiene fe en Jesús.
Y ahora, ¿dónde está la gloria? Queda eliminada. ¿En virtud de qué ley? ¿De la ley de las obras? No, sino en virtud de la ley de la fe.
Pues sostenemos que el hombre es justificado por la fe, sin obras de la Ley.
¿Acaso Dios lo es solo de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? También lo es de los gentiles, si es verdad que no hay más que un Dios.
En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, a quienes mataron vuestros padres!
Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron y vosotros les edificáis mausoleos.
Por eso dijo la Sabiduría de Dios: “Les enviaré profetas y apóstoles: a algunos de ellos los matarán y perseguirán”; y así a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario.
Sí, os digo: se le pedirá cuenta a esta generación.
¡Ay de vosotros, maestros de la ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia: vosotros no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido!».
Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo implacablemente y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, tendiéndole trampas para cazarlo con alguna palabra de su boca.
Palabra del Señor.
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