En una nave frente a las costas de la isla de Mallorca, beato Ramón Llull, religioso de la Tercera Orden Regular de San Francisco y mártir, el cual, varón de gran cultura e iluminada doctrina, para propagar el Evangelio de Cristo estableció un diálogo fraterno con los sarracenos.
Nació en Mallorca. Se casó con Blanca Picany, de la que tuvo dos hijos, y tuvo sus escarceos amorosos dentro del matrimonio. Fue senescal de Jaime I el Conquistador. Fue bastante frívolo en su juventud, él mismo cuenta uno de los episodios de su conversión, cuando persiguiendo con un caballo a una doncella hasta entrar en la iglesia, ésta le ofreció el pecho que estaba devorado por un cáncer y su visión le aterró. Subió a Montserrat y peregrinó a Nuestra Señora de Rocamadur (Francia) y a Santiago de Compostela; en Barcelona se encontró con san Raimundo de Peñafort. "Desde entonces el Amado fue todo para mí". Después de su conversión, -se hizo terciario franciscano- decidió reparar sus desvaríos promoviendo misiones y predicando la liberación del Santo Sepulcro. Tras la muerte de su esposa, pudo vivir libremente como franciscano. Escribió en prosa y en verso; libros de filosofía y teología, dedicados especialmente al mundo árabe y judío: “Arte Magna”; (que llevó a la Sorbona y que no fue aceptada), “Árbol de la ciencia”; “Contemplación de Dios”; “Blanquerna”; “Cántico del Amigo y del Amado”; “Canto de Ramón”; “Cien nombres de Dios”.
Creó en Mallorca el Centro de estudios orientales de Miramar, con el fin de preparar a misioneros entre el Islam; y donde se enseñaba la lengua árabe y teología, porque él concebía la obra misionera como una empresa caballeresca. Eligió una dama para esta empresa y será María Inmaculada (será así uno de los defensores de este dogma). Viajó por Europa, Túnez y Chipre. "Si no nos entendemos por el lenguaje, entendámonos por el amor". El mismo nos resume su vida: "Estuve ligado con los lazos matrimoniales; tuve dos hijos; gocé de muchas riquezas; fui mundano; fui lujurioso. Todo ello lo abandoné. Aprendí el árabe. Estuve tres veces en tierras de sarracenos. Por la fe católica fui prendido, encarcelado y azotado. Consagré cuarenta años de mi vida a promover el bien público de la cristiandad".
Los papas, los sabios, escucharon sus ideas, y el canciller de la Sorbona le ofreció una cátedra en la Universidad. En 1314, ya octogenario salió de Mallorca para su último gran viaje al África, "quiero morir en un piélago de amor"; y con este deseo pasó a Bujía (actual Bajaïa) donde sufrió tales vejaciones de parte de los sarracenos, como la lapidación, que aunque luego sobrevivió será venerado como mártir. En 1315 volvió a Túnez donde escribió 15 pequeñas obras apologéticas. Murió en Mallorca, y las palabras del Amado nos gritan: "Si vosotros, amadores, queréis agua, venid a mis ojos, que son fuente de lágrimas, y si queréis fuego, venid a mi corazón y encended en él vuestra antorcha". Se le conoce como el “Doctor Illuminatus”. El papa Pío IX confirmó su culto en 1850.
Nació en Mallorca. Se casó con Blanca Picany, de la que tuvo dos hijos, y tuvo sus escarceos amorosos dentro del matrimonio. Fue senescal de Jaime I el Conquistador. Fue bastante frívolo en su juventud, él mismo cuenta uno de los episodios de su conversión, cuando persiguiendo con un caballo a una doncella hasta entrar en la iglesia, ésta le ofreció el pecho que estaba devorado por un cáncer y su visión le aterró. Subió a Montserrat y peregrinó a Nuestra Señora de Rocamadur (Francia) y a Santiago de Compostela; en Barcelona se encontró con san Raimundo de Peñafort. "Desde entonces el Amado fue todo para mí". Después de su conversión, -se hizo terciario franciscano- decidió reparar sus desvaríos promoviendo misiones y predicando la liberación del Santo Sepulcro. Tras la muerte de su esposa, pudo vivir libremente como franciscano. Escribió en prosa y en verso; libros de filosofía y teología, dedicados especialmente al mundo árabe y judío: “Arte Magna”; (que llevó a la Sorbona y que no fue aceptada), “Árbol de la ciencia”; “Contemplación de Dios”; “Blanquerna”; “Cántico del Amigo y del Amado”; “Canto de Ramón”; “Cien nombres de Dios”.
Creó en Mallorca el Centro de estudios orientales de Miramar, con el fin de preparar a misioneros entre el Islam; y donde se enseñaba la lengua árabe y teología, porque él concebía la obra misionera como una empresa caballeresca. Eligió una dama para esta empresa y será María Inmaculada (será así uno de los defensores de este dogma). Viajó por Europa, Túnez y Chipre. "Si no nos entendemos por el lenguaje, entendámonos por el amor". El mismo nos resume su vida: "Estuve ligado con los lazos matrimoniales; tuve dos hijos; gocé de muchas riquezas; fui mundano; fui lujurioso. Todo ello lo abandoné. Aprendí el árabe. Estuve tres veces en tierras de sarracenos. Por la fe católica fui prendido, encarcelado y azotado. Consagré cuarenta años de mi vida a promover el bien público de la cristiandad".
Los papas, los sabios, escucharon sus ideas, y el canciller de la Sorbona le ofreció una cátedra en la Universidad. En 1314, ya octogenario salió de Mallorca para su último gran viaje al África, "quiero morir en un piélago de amor"; y con este deseo pasó a Bujía (actual Bajaïa) donde sufrió tales vejaciones de parte de los sarracenos, como la lapidación, que aunque luego sobrevivió será venerado como mártir. En 1315 volvió a Túnez donde escribió 15 pequeñas obras apologéticas. Murió en Mallorca, y las palabras del Amado nos gritan: "Si vosotros, amadores, queréis agua, venid a mis ojos, que son fuente de lágrimas, y si queréis fuego, venid a mi corazón y encended en él vuestra antorcha". Se le conoce como el “Doctor Illuminatus”. El papa Pío IX confirmó su culto en 1850.
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