En Amberes, ciudad de Brabante, beata Ana de San Bartolomé, virgen de la Orden de Carmelitas Descalzas, la cual, discípula de santa Teresa de Jesús y dotada de gracias místicas, difundió y consolidó su Orden en Francia.
Ana García nació en Almendral de la Cañada (Toledo) en el seno de una familia de pastores muy devotos. Era la sexta de siete hermanos. Cuando contaba 10 años murieron sus padres y quedó a la tutela de sus hermanos mayores. La dedicaron a guardar el rebaño familiar. Cuando cumplió los 21 años, sus hermanos quisieron casarla, pero ella se opuso alegando sus promesas de virginidad perpetua, aunque su insistencia fue tan fuerte que casi la hicieron claudicar, pero nos cuenta en su "Autobiografía" que se le apareció Cristo que le dijo: "Yo soy el que tú quieres y conmigo te has de casar". Tuvo que esperar un año para poder ingresar en el convento de San José de Ávila, pues tuvo toda suerte de enfermedades, hasta que una visita a la ermita de San Bartolomé le devolvió la salud, por ello eligió este nombre en agradecimiento al santo, cuando ingresó en el Carmelo.
Fue la primera en ingresar en el convento de San José de Ávila, reformado de santa Teresa de Jesús, como hermana lega (1570), pues no sabía ni leer ni escribir; para luego secundarla en la reforma del Carmelo. Ana se entregó de lleno a la vida del noviciado siendo modelo para todas las demás religiosas. Santa Teresa para probarla en la humildad le ordenó que se entregara a los más humildes oficios: portera, cocinera, enfermera y la hizo su misma "secretaria" y ella, que apenas sabía leer ni escribir, lo realizó de modo maravilloso. Aunque estuvo siempre muy enferma, la acompañó por diversas fundaciones: Medina, Valladolid, Alba, Salamanca, donde aprendió a escribir copiando las cartas de santa Teresa… Ana fue quien asistió en la última hora a su fundadora en Alba de Tormes. Extendió la obra teresiana por Andalucía como priora de Granada, a petición suya explicó san Juan de la Cruz su "Cántico espiritual" y publicó fray Luis de León las "Obras" de santa Teresa. Fundó en Madrid.
Después de miles de peripecias las carmelitas llegaron a París en 1604, la priora era Ana de Jesús, y nuestra beata iba de hermana lega. Comenzaron con tensiones con Pedro de Berulle por problemas de jurisdicción eclesial. Ana de San Bartolomé dejó de ser lega, por orden de la jurisdicción eclesiástica, cosa que desagrado a Ana de Jesús. De hecho la querían monja de coro para que pudiera ser priora de nuevos carmelos. Fue priora de Pontoise, de París, sustituyendo a Ana de Jesús, en todos los lugares donde estuvo fue amada y admirada por todos y sus monjas, por su amabilidad y sencillez; aunque hubo sacerdotes que metieron cizaña entre la comunidad para que no la hicieran caso por ser extranjera. Todo lo soportó con espíritu de caridad y amor. En 1608 fue enviada a la nueva fundación de Tours y después de tres años regresó a París; aquí mantuvo relaciones con grandes personalidades como la reina de Francia, María de Médicis, y con la archiduquesa de los Países Bajos, hija de Felipe II, Isabel Clara Eugenia, que contó con ella para todo hasta para el gobierno de sus estados y la defensa de los mismos.
En el 611 marchó a Flandes, donde fundó en Amberes, y sus oraciones salvaron a la ciudad dos veces de ser tomada por los insurrectos. Allí editó en latín, flamenco y castellano las obras de la santa abulense. El Espíritu Santo le concedió el don de entender el francés y el flamenco, a pesar de que sólo hablaba castellano. Sus fundaciones continuaron en Lovaina, Mons, Cracovia y Amberes. Falleció en Bruselas después de haber escrito una "Autobiografía", "Instrucciones para las religiosas" y "Poesía de la Cruz". Le había dicho a Cristo: "Señor, cuando me llevéis, que sea sin ruido". Fue beatificada el 6 de mayo de 1917 por SS Benedicto XV.
Ana García nació en Almendral de la Cañada (Toledo) en el seno de una familia de pastores muy devotos. Era la sexta de siete hermanos. Cuando contaba 10 años murieron sus padres y quedó a la tutela de sus hermanos mayores. La dedicaron a guardar el rebaño familiar. Cuando cumplió los 21 años, sus hermanos quisieron casarla, pero ella se opuso alegando sus promesas de virginidad perpetua, aunque su insistencia fue tan fuerte que casi la hicieron claudicar, pero nos cuenta en su "Autobiografía" que se le apareció Cristo que le dijo: "Yo soy el que tú quieres y conmigo te has de casar". Tuvo que esperar un año para poder ingresar en el convento de San José de Ávila, pues tuvo toda suerte de enfermedades, hasta que una visita a la ermita de San Bartolomé le devolvió la salud, por ello eligió este nombre en agradecimiento al santo, cuando ingresó en el Carmelo.
Fue la primera en ingresar en el convento de San José de Ávila, reformado de santa Teresa de Jesús, como hermana lega (1570), pues no sabía ni leer ni escribir; para luego secundarla en la reforma del Carmelo. Ana se entregó de lleno a la vida del noviciado siendo modelo para todas las demás religiosas. Santa Teresa para probarla en la humildad le ordenó que se entregara a los más humildes oficios: portera, cocinera, enfermera y la hizo su misma "secretaria" y ella, que apenas sabía leer ni escribir, lo realizó de modo maravilloso. Aunque estuvo siempre muy enferma, la acompañó por diversas fundaciones: Medina, Valladolid, Alba, Salamanca, donde aprendió a escribir copiando las cartas de santa Teresa… Ana fue quien asistió en la última hora a su fundadora en Alba de Tormes. Extendió la obra teresiana por Andalucía como priora de Granada, a petición suya explicó san Juan de la Cruz su "Cántico espiritual" y publicó fray Luis de León las "Obras" de santa Teresa. Fundó en Madrid.
Después de miles de peripecias las carmelitas llegaron a París en 1604, la priora era Ana de Jesús, y nuestra beata iba de hermana lega. Comenzaron con tensiones con Pedro de Berulle por problemas de jurisdicción eclesial. Ana de San Bartolomé dejó de ser lega, por orden de la jurisdicción eclesiástica, cosa que desagrado a Ana de Jesús. De hecho la querían monja de coro para que pudiera ser priora de nuevos carmelos. Fue priora de Pontoise, de París, sustituyendo a Ana de Jesús, en todos los lugares donde estuvo fue amada y admirada por todos y sus monjas, por su amabilidad y sencillez; aunque hubo sacerdotes que metieron cizaña entre la comunidad para que no la hicieran caso por ser extranjera. Todo lo soportó con espíritu de caridad y amor. En 1608 fue enviada a la nueva fundación de Tours y después de tres años regresó a París; aquí mantuvo relaciones con grandes personalidades como la reina de Francia, María de Médicis, y con la archiduquesa de los Países Bajos, hija de Felipe II, Isabel Clara Eugenia, que contó con ella para todo hasta para el gobierno de sus estados y la defensa de los mismos.
En el 611 marchó a Flandes, donde fundó en Amberes, y sus oraciones salvaron a la ciudad dos veces de ser tomada por los insurrectos. Allí editó en latín, flamenco y castellano las obras de la santa abulense. El Espíritu Santo le concedió el don de entender el francés y el flamenco, a pesar de que sólo hablaba castellano. Sus fundaciones continuaron en Lovaina, Mons, Cracovia y Amberes. Falleció en Bruselas después de haber escrito una "Autobiografía", "Instrucciones para las religiosas" y "Poesía de la Cruz". Le había dicho a Cristo: "Señor, cuando me llevéis, que sea sin ruido". Fue beatificada el 6 de mayo de 1917 por SS Benedicto XV.
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