En Namur, junto al Mosa, en Brabante, santa Julia Billiart, virgen, que, para asegurar la educación de las jóvenes, fundó la Congregación de Hermanas de Nuestra Señora y propagó la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
María Rosa Julia Billiart nació en Cuvilly (Picardía), en el seno de una familia de agricultores acomodados propietarios también un pequeño comercio. A los 14 años hizo voto de castidad y se dedicó al servicio e instrucción de los pobres, pero un día alguien disparó a través de la ventana de su casa. Como resultado de la conmoción, quedó paralítica durante 20 años hasta que en 1804, encontró un sacerdote misionero que la pidió orar una novena al Sagrado Corazón. Al quinto día se acercó a ella diciendo: “Madre, si tienes algo de fe, da un paso en honor del Sagrado Corazón”. Julia se puso en pie y empezó a caminar.
En 1790, durante la revolución francesa y la época napoleónica, tuvo que huir a Compregne, perseguida por las autoridades, debiendo cambiar de residencia constantemente. Las penalidades agravaron de tal suerte su enfermedad que perdió el habla durante varios meses. Al fin del tiempo del Terror se trasladó a Amiens a la casa del vizconde Blin de Borbón. Ahí recobró el habla y conoció a Francisca Blin de Borbón, mujer inteligente y culta, vizcondesa de Gézaincourt, que sería su amiga íntima y colaboradora. La persecución estalló nuevamente y Julia debió refugiarse en casa de la familia Doria, en Bettencourt, donde conoció al padre José Varin.
En Amiens, Julia y Francisca fundaron el Instituto de Notre Dame o Instituto de Santa María con apoyo del padre Varin. El fin del instituto era el cuidado espiritual de los niños y la formación de catequistas. Fue la primera congregación religiosa moderna sin distinciones entre las religiosas. Pronto ingresaron al instituto algunas candidatas, se abrió un orfanato y se inauguraron clases nocturnas de catecismo. Julia decía: "Pensad cuán pocos sacerdotes hay actualmente y cuántos niños necesitados se debaten en la ignorancia. Tenemos que luchar para ganarlos para Cristo".
La salud le permitió consolidar y extender su obra: se inauguraron los conventos de Namur, Gante y Tournai. El padre Varin fue sustituido por otro sacerdote. El nuevo confesor sembró la discordia y logró alejar de la madre Julia a muchas personas que hasta entonces habían visto con buenos ojos la fundación. El obispo de Amiens exigió que la madre saliera de su diócesis y se retiró con las religiosas al convento de Namur donde el obispo las recibió cordialmente. Fue una gran difusora de la devoción del Sagrado Corazón.
La madre Julia pasó los siete últimos años de su vida formando a las religiosas y fundando nuevas casas. Inicios Desde 1816 la salud de la madre decayó rápidamente. Murió mientras recitaba el Magnificat. Fue canonizada por Pablo VI el 22 de junio de 1969.
María Rosa Julia Billiart nació en Cuvilly (Picardía), en el seno de una familia de agricultores acomodados propietarios también un pequeño comercio. A los 14 años hizo voto de castidad y se dedicó al servicio e instrucción de los pobres, pero un día alguien disparó a través de la ventana de su casa. Como resultado de la conmoción, quedó paralítica durante 20 años hasta que en 1804, encontró un sacerdote misionero que la pidió orar una novena al Sagrado Corazón. Al quinto día se acercó a ella diciendo: “Madre, si tienes algo de fe, da un paso en honor del Sagrado Corazón”. Julia se puso en pie y empezó a caminar.
En 1790, durante la revolución francesa y la época napoleónica, tuvo que huir a Compregne, perseguida por las autoridades, debiendo cambiar de residencia constantemente. Las penalidades agravaron de tal suerte su enfermedad que perdió el habla durante varios meses. Al fin del tiempo del Terror se trasladó a Amiens a la casa del vizconde Blin de Borbón. Ahí recobró el habla y conoció a Francisca Blin de Borbón, mujer inteligente y culta, vizcondesa de Gézaincourt, que sería su amiga íntima y colaboradora. La persecución estalló nuevamente y Julia debió refugiarse en casa de la familia Doria, en Bettencourt, donde conoció al padre José Varin.
En Amiens, Julia y Francisca fundaron el Instituto de Notre Dame o Instituto de Santa María con apoyo del padre Varin. El fin del instituto era el cuidado espiritual de los niños y la formación de catequistas. Fue la primera congregación religiosa moderna sin distinciones entre las religiosas. Pronto ingresaron al instituto algunas candidatas, se abrió un orfanato y se inauguraron clases nocturnas de catecismo. Julia decía: "Pensad cuán pocos sacerdotes hay actualmente y cuántos niños necesitados se debaten en la ignorancia. Tenemos que luchar para ganarlos para Cristo".
La salud le permitió consolidar y extender su obra: se inauguraron los conventos de Namur, Gante y Tournai. El padre Varin fue sustituido por otro sacerdote. El nuevo confesor sembró la discordia y logró alejar de la madre Julia a muchas personas que hasta entonces habían visto con buenos ojos la fundación. El obispo de Amiens exigió que la madre saliera de su diócesis y se retiró con las religiosas al convento de Namur donde el obispo las recibió cordialmente. Fue una gran difusora de la devoción del Sagrado Corazón.
La madre Julia pasó los siete últimos años de su vida formando a las religiosas y fundando nuevas casas. Inicios Desde 1816 la salud de la madre decayó rápidamente. Murió mientras recitaba el Magnificat. Fue canonizada por Pablo VI el 22 de junio de 1969.
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