En Ancona, del Piceno, en Italia, beato Gabriel Ferretti, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, que brilló por su solicitud con los niños y enfermos y por su obediencia y la observancia de la Regla.
Nació en Ancona, en el seno de una noble familia: descendía de la familia de los Ferretti. A los 18 años contra la voluntad de sus padres tomó el hábito de los hermanos Menores en el convento anconitano de San Francisco ad Alto, donde se consagró totalmente a Dios emitiendo los votos. En el silencio de su eremitorio, todo concentrado en Dios en el ejercicio de la vida religiosa profundizó en el estudio de las ciencias teológicas. Ordenado sacerdote se dedicó al apostolado entre pobres y enfermos y pronto fue considerado el Padre de Ancona.
Las virtudes y dotes de Gabriel llamaron la atención de los superiores, que en 1425 lo eligieron guardián del convento de San Francesco ad Alto. No sólo restauró y engrandeció el convento, sino que se distinguió en la heroica asistencia a los apestados en los años 1425 y 1427.
Los Hermanos Menores de la Provincia Seráfica de las Marcas, reunidos en capítulo, en 1434 lo eligieron Ministro Provincial. Contribuyó eficazmente a propagar la fiel observancia de la regla franciscana en las Marcas. El Pontífice Eugenio IV le concedió amplias facultades para abrir nuevos conventos, como en Santa María de las Gracias en San Severino Marcas, San Nicolás en Ascoli Piceno y la Anunciación en Osimo. Además, a pesar de las múltiples y pesadas ocupaciones, continuó interesándose por el convento de San Francisco ad Alto y sus conciudadanos de Ancona. En 1438, por sugerencia de su íntimo amigo Santiago de la Marca, fue llamado por el Ministro general Padre Guillermo de Cásale a predicar en Bosnia, donde ya anunciaban la divina palabra el mismo Santiago de la Marca y otros religiosos.
El consejo comunal de Ancona, temiendo verse privado de la amorosa asistencia de su santo fraile, suplicó que se le volviera a dejar en Ancona, petición que fue acogida. Así Gabriel permaneció en las Marcas continuando su asistencia a los pobres y enfermos de su ciudad.
Alma eminentemente mariana, tenía una tierna devoción a María y difundió ampliamente la corona franciscana de las siete alegrías de la Bienaventurada Virgen María. Fue favorecido por una aparición de María. También Dios mismo quiso premiar las virtudes de su siervo con el don de la profecía y de los prodigios. Una sobrina suya de nombre Casandra, imposibilitada para caminar, se dirigió a su santo tío. Este oró, luego trazó un signo de la cruz sobre la articulación afectada y la enferma quedó curada. Gabriel terminó su existencia a los 71 años en el convento de Ancona, asistido por Santiago de la Marca, quien en el funeral exaltó las virtudes del santo cohermano. Fue beatificado por SS Benedicto XIV en 1753.
Nació en Ancona, en el seno de una noble familia: descendía de la familia de los Ferretti. A los 18 años contra la voluntad de sus padres tomó el hábito de los hermanos Menores en el convento anconitano de San Francisco ad Alto, donde se consagró totalmente a Dios emitiendo los votos. En el silencio de su eremitorio, todo concentrado en Dios en el ejercicio de la vida religiosa profundizó en el estudio de las ciencias teológicas. Ordenado sacerdote se dedicó al apostolado entre pobres y enfermos y pronto fue considerado el Padre de Ancona.
Las virtudes y dotes de Gabriel llamaron la atención de los superiores, que en 1425 lo eligieron guardián del convento de San Francesco ad Alto. No sólo restauró y engrandeció el convento, sino que se distinguió en la heroica asistencia a los apestados en los años 1425 y 1427.
Los Hermanos Menores de la Provincia Seráfica de las Marcas, reunidos en capítulo, en 1434 lo eligieron Ministro Provincial. Contribuyó eficazmente a propagar la fiel observancia de la regla franciscana en las Marcas. El Pontífice Eugenio IV le concedió amplias facultades para abrir nuevos conventos, como en Santa María de las Gracias en San Severino Marcas, San Nicolás en Ascoli Piceno y la Anunciación en Osimo. Además, a pesar de las múltiples y pesadas ocupaciones, continuó interesándose por el convento de San Francisco ad Alto y sus conciudadanos de Ancona. En 1438, por sugerencia de su íntimo amigo Santiago de la Marca, fue llamado por el Ministro general Padre Guillermo de Cásale a predicar en Bosnia, donde ya anunciaban la divina palabra el mismo Santiago de la Marca y otros religiosos.
El consejo comunal de Ancona, temiendo verse privado de la amorosa asistencia de su santo fraile, suplicó que se le volviera a dejar en Ancona, petición que fue acogida. Así Gabriel permaneció en las Marcas continuando su asistencia a los pobres y enfermos de su ciudad.
Alma eminentemente mariana, tenía una tierna devoción a María y difundió ampliamente la corona franciscana de las siete alegrías de la Bienaventurada Virgen María. Fue favorecido por una aparición de María. También Dios mismo quiso premiar las virtudes de su siervo con el don de la profecía y de los prodigios. Una sobrina suya de nombre Casandra, imposibilitada para caminar, se dirigió a su santo tío. Este oró, luego trazó un signo de la cruz sobre la articulación afectada y la enferma quedó curada. Gabriel terminó su existencia a los 71 años en el convento de Ancona, asistido por Santiago de la Marca, quien en el funeral exaltó las virtudes del santo cohermano. Fue beatificado por SS Benedicto XIV en 1753.
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