Nació en Cracovia. En 1415 vistió el hábito agustino en el convento de Santa Catalina de Cracovia. Eran los momentos oscuros del cisma de Occidente y del triunfo de las doctrinas heréticas de Huss, que no tardarían en encender el fuego de la guerra socio-religiosa en la cercana Bohemia. Se le encargó que enseñara Sagrada Escritura, lo que hizo con extraordinario éxito.
En 1419 fue enviado a estudiar a Padua, y allí permaneció casi cuatro años, obteniendo el lectorado en Teología y recibiendo la ordenación sacerdotal. De vuelta a Polonia fue encargado de dirigir a los jóvenes estudiantes profesos, asistiéndolos espiritualmente como maestro y como profesor de Sagrada Escritura en el estudio del convento. Nombrado visitador provincial, recorrió la provincia de Baviera. En 1443 consiguió el grado académico de magister en la Universidad Jaguellónica de su ciudad natal. En 1452 lo encontramos de nuevo en Ratisbona como delegado del Padre General para presidir la celebración del capítulo de la Provincia.
Fuera de estos cargos de responsabilidad dentro de la Orden, prueba de la estima de que aun fuera de su patria gozaba entre los suyos el Magister Poloniae, su principal actividad fue la enseñanza de las ciencias sagradas en la universidad de Cracovia, donde fue apreciado y querido por sus contemporáneos. Amigo y confidente de los santos y beatos del denominado “felix saeculum Cracoviae”, como san Juan de Kety o el canónigo regular el beato Estanislao Kazimiercyk.
A su muerte fue sepultado en el claustro del convento. En torno a sus restos creció el culto popular, y comenzaron a serle atribuidos milagros y gracias. Y aunque el título de beato del que disfruta entre los suyos -en 1617 fue incluido entre los santos protectores de Polonia-, aún no ha sido ratificado por Roma, su tumba en la cripta de la iglesia de Santa Catalina sigue siendo meta de un incesante peregrinar de devotos, muchos de ellos estudiantes universitarios.
En 1419 fue enviado a estudiar a Padua, y allí permaneció casi cuatro años, obteniendo el lectorado en Teología y recibiendo la ordenación sacerdotal. De vuelta a Polonia fue encargado de dirigir a los jóvenes estudiantes profesos, asistiéndolos espiritualmente como maestro y como profesor de Sagrada Escritura en el estudio del convento. Nombrado visitador provincial, recorrió la provincia de Baviera. En 1443 consiguió el grado académico de magister en la Universidad Jaguellónica de su ciudad natal. En 1452 lo encontramos de nuevo en Ratisbona como delegado del Padre General para presidir la celebración del capítulo de la Provincia.
Fuera de estos cargos de responsabilidad dentro de la Orden, prueba de la estima de que aun fuera de su patria gozaba entre los suyos el Magister Poloniae, su principal actividad fue la enseñanza de las ciencias sagradas en la universidad de Cracovia, donde fue apreciado y querido por sus contemporáneos. Amigo y confidente de los santos y beatos del denominado “felix saeculum Cracoviae”, como san Juan de Kety o el canónigo regular el beato Estanislao Kazimiercyk.
A su muerte fue sepultado en el claustro del convento. En torno a sus restos creció el culto popular, y comenzaron a serle atribuidos milagros y gracias. Y aunque el título de beato del que disfruta entre los suyos -en 1617 fue incluido entre los santos protectores de Polonia-, aún no ha sido ratificado por Roma, su tumba en la cripta de la iglesia de Santa Catalina sigue siendo meta de un incesante peregrinar de devotos, muchos de ellos estudiantes universitarios.
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