Aquel día se cantará este cantar en la tierra de Judá: «Tenemos una ciudad fuerte; Dios la ha protegido con fortificaciones y murallas. 2 ¡Abrid las puertas, para que entre el pueblo justo, que se ha mantenido fiel! 3 firme su ánimo, mantiene la paz, porque ha puesto en ti su confianza.
Confiad siempre en el Señor, que el Señor es la roca perpetua! a los que habitaban en lo alto; derribó a la ciudad encumbrada, la derribó hasta el suelo, la arrojó en el polvo, y será pisoteada por los humildes, por los pasos de los pobres».
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente."
Palabra del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario