En la localidad de Gorka Duchovna, cerca de Posnam, en Polonia, beato Edmundo Bojanowski, que, conforme a los preceptos del Evangelio, trabajó con sumo ahínco en la formación de los pobres y gente analfabeta, y fundó la Congregación de las Esclavas de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios.
Nació en Grabonóg, en el ducado de Pozna, Polonia, en el seno de una familia de la nobleza. Desde pequeño fue siempre una persona de constitución débil. Estudió Filosofía en la universidad de Breslavia o Brelau en el 1835 y luego en Berlín, donde, introducido en los círculos literarios y artísticos, cultivo la literatura, hasta que enfermó de pulmón y tuvo que abandonar los estudios.
Hacia la mitad del siglo XIX Polonia fue dividida y sometida a las tres naciones vecinas, Rusia, Prusia y Austria, y hasta que se independizó en 1918, hubieron orgullosas revueltas y rebeliones creando imprevistas variantes en los ambientes socio-político e industrial; frente a estos trastornos, que crearon vastas fajas de pobreza, Edmundo, se dedicó, en cuanto se lo permitía la salud, a obras de caridad, a la instrucción de los campesinos.
Empezó con el abrir guarderías para los niños, primero en el Ducado de Poznan y luego en las provincias de la Polonia Menor y Slesia; volviéndose así un pionero en la asistencia a la infancia en los campos. Fundó un asilo para niños en Podrzercze.
Para poder dar estabilidad y futuro a sus instituciones, fundó en 1850, la Congregación de las Religiosas Esclavas de la Inmaculada Concepción; las monjas en buena parte provinieron de las zonas rurales; y de los campos hizo contratar a chicas, que después de oportuna preparación, trabajaban en las guarderías. Él las preparó intelectual y moralmente. Redactó las constituciones y se dedicó a promocionar la Congregación, logrando abrir varias casas en la zona de Poznan.
Las monjas también tuvieron la tarea de interesarse en las chicas y las madres, a través de las llamadas "noches", para prepararlas en los compromisos de una familia cristiana, insertando así el fermento de la fe católica, en el mundo campesino. Con buenos libros organizó salas de lectura, con las monjas ocupadas en ayudar a los pobres y asistir a los enfermos, básicamente dolientes por la soledad de los campos. En el 1849 la epidemia de cólera que golpeó la región lo vio en primera fila, y solicito la ayuda de las Hijas de la Caridad de Poznan y, él se distinguió por su heroica asistencia a los enfermos.
Obtuvo prestigiosos reconocimientos, en 1857 fue llamado a la Sociedad de los "Amigos de la Ciencia" de Poznan; en el 1863 presidió la Conferencia de San Vicente de Paul en Gostyni y obtuvo la aprobación para su Institución de parte de la Santa Sede; en el año1869, a los 55 años, entró en el Seminario a Gnienzo, pero en 1871 tuvo que salir de él por la rápida decadencia de su salud, con gran pena, porque deseaba consagrarse completamente a Dios; pero su santificación tuvo que ocurrir en el estado laical, por lo demás, de laico indicó el camino de la vida espiritual.
De Edmundo Bojanowski nos ha legado su “Diario” y varias cartas todavía inéditas; murió en Górka Duchowna (Poznan); a su muerte existían dos noviciados, 197 monjas y 40 Casas. Posteriormente, como consecuencia de la política de la repartición de Polonia se tuvieron que abrir cuatro Congregaciones distintas cada una con su correspondiente Casa Matriz, actualmente en Lubon (Poznan), Wroclawm, Debica y Stara Wies con unas 4000 monjas esparcidas por el mundo. Es una de las más grandes figuras de la católica Polonia, que en mucho se adelantó, con su rica actividad, a lo que el Concilio Vaticano II ha dicho sobre el tema del apostolado de los laicos. Fue beatificado por san Juan Pablo II el 13 de junio de 1999.
Nació en Grabonóg, en el ducado de Pozna, Polonia, en el seno de una familia de la nobleza. Desde pequeño fue siempre una persona de constitución débil. Estudió Filosofía en la universidad de Breslavia o Brelau en el 1835 y luego en Berlín, donde, introducido en los círculos literarios y artísticos, cultivo la literatura, hasta que enfermó de pulmón y tuvo que abandonar los estudios.
Hacia la mitad del siglo XIX Polonia fue dividida y sometida a las tres naciones vecinas, Rusia, Prusia y Austria, y hasta que se independizó en 1918, hubieron orgullosas revueltas y rebeliones creando imprevistas variantes en los ambientes socio-político e industrial; frente a estos trastornos, que crearon vastas fajas de pobreza, Edmundo, se dedicó, en cuanto se lo permitía la salud, a obras de caridad, a la instrucción de los campesinos.
Empezó con el abrir guarderías para los niños, primero en el Ducado de Poznan y luego en las provincias de la Polonia Menor y Slesia; volviéndose así un pionero en la asistencia a la infancia en los campos. Fundó un asilo para niños en Podrzercze.
Para poder dar estabilidad y futuro a sus instituciones, fundó en 1850, la Congregación de las Religiosas Esclavas de la Inmaculada Concepción; las monjas en buena parte provinieron de las zonas rurales; y de los campos hizo contratar a chicas, que después de oportuna preparación, trabajaban en las guarderías. Él las preparó intelectual y moralmente. Redactó las constituciones y se dedicó a promocionar la Congregación, logrando abrir varias casas en la zona de Poznan.
Las monjas también tuvieron la tarea de interesarse en las chicas y las madres, a través de las llamadas "noches", para prepararlas en los compromisos de una familia cristiana, insertando así el fermento de la fe católica, en el mundo campesino. Con buenos libros organizó salas de lectura, con las monjas ocupadas en ayudar a los pobres y asistir a los enfermos, básicamente dolientes por la soledad de los campos. En el 1849 la epidemia de cólera que golpeó la región lo vio en primera fila, y solicito la ayuda de las Hijas de la Caridad de Poznan y, él se distinguió por su heroica asistencia a los enfermos.
Obtuvo prestigiosos reconocimientos, en 1857 fue llamado a la Sociedad de los "Amigos de la Ciencia" de Poznan; en el 1863 presidió la Conferencia de San Vicente de Paul en Gostyni y obtuvo la aprobación para su Institución de parte de la Santa Sede; en el año1869, a los 55 años, entró en el Seminario a Gnienzo, pero en 1871 tuvo que salir de él por la rápida decadencia de su salud, con gran pena, porque deseaba consagrarse completamente a Dios; pero su santificación tuvo que ocurrir en el estado laical, por lo demás, de laico indicó el camino de la vida espiritual.
De Edmundo Bojanowski nos ha legado su “Diario” y varias cartas todavía inéditas; murió en Górka Duchowna (Poznan); a su muerte existían dos noviciados, 197 monjas y 40 Casas. Posteriormente, como consecuencia de la política de la repartición de Polonia se tuvieron que abrir cuatro Congregaciones distintas cada una con su correspondiente Casa Matriz, actualmente en Lubon (Poznan), Wroclawm, Debica y Stara Wies con unas 4000 monjas esparcidas por el mundo. Es una de las más grandes figuras de la católica Polonia, que en mucho se adelantó, con su rica actividad, a lo que el Concilio Vaticano II ha dicho sobre el tema del apostolado de los laicos. Fue beatificado por san Juan Pablo II el 13 de junio de 1999.
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