En Múnich, ciudad de la región de Baviera, en Alemania, beata María Teresa de Jesús (Carolina) Gerhardinger, virgen, que fundó providencialmente la Congregación de Pobres Hermanas Escolásticas de Nuestra Señora.
Carolina Gerhardinger nació en Regensburg, Stadtamhof (Ratisbona) y era hija única de un capitán de barco. Obtuvo el título de maestra de enseñanza primaria y se dedicó a la educación de la infancia de su ciudad (1816-1833).
Comenzando en 1816, Carolina, con otras dos maestras en Stadtamhof, llevaron una vida dura de penitencia estricta y fervorosa oración. Durante estos años, sus deseos de entregarse completamente a Dios en la vida religiosa creció con más fuerza. El obispo Wittmann vio en esto una señal de Dios para fundar una comunidad religiosa dedicada a la formación de las niñas y mujeres jóvenes. Él preparó a Carolina para esta fundación, pero murió en 1833 antes de que su plan se realizara. Sin embargo, Carolina, con una confianza firme en Dios y apoyada por el sacerdote Francis Sebastián Job, siguió lo que ella reconoció como la voluntad de Dios: con dos compañeras ella comenzó a vivir la vida apostólica religiosa comunitaria en Neunburg vorm Wald el 24 de octubre de 1833. Ella hizo los votos religiosos perpetuos en Regensburg el 16 de noviembre de 1835 y después de esto llevó el nombre María Teresa de Jesús; nacía así la Congregación de las Pobres Hermanas de las Escuelas de Nuestra Señora. Ella veía su congregación como la obra de Dios, basándola en la Eucaristía, arraigada en la pobreza y dedicada a María.
Ante la invitación del Rey Luis I, Madre Teresa transfirió la Casa Madre a lo que había sido el convento de las Pobres Claras en el Anger en Múnich. Ella vio y tomó ventajas de las oportunidades de la metrópoli para la educación de sus hermanas y para la propagación de su comunidad en su país y en el extranjero. Madre Teresa reconoció que la rápida expansión mundial de la joven comunidad necesitaba un fuerte liderato. En la lucha sobre un punto en la regla el cual estipulaba un gobierno central de la congregación a través de una superiora general, la visión de Madre Teresa fue confirmada y se probó su amor y lealtad a la Iglesia. Después de una larga y dolorosa controversia con el arzobispo de Munich-Freising, ella recibió el reconocimiento papal para su congregación en 1854 y en 1865 su borrador de la regla fue aprobado por la Sede Apostólica. Así, la unidad de su congregación fue asegurada y una nueva forma de gobierno para congregaciones religiosas fue aceptada por la Iglesia.
En todos sus éxitos y en todos sus sufrimientos, Madre Teresa se mantuvo como la “Sierva del Señor”. Ella perseveró en esta actitud también en las grandes pruebas en sus últimos años, cuando las guerras en Europa y América amenazaban con dividir las familias y las naciones, y el "Kulturkampf" cerró las misiones en Prusia y Baden. En tiempos difíciles comenzó su vida; en tiempos difíciles también llegó a su fin. Madre Teresa encontró su lugar de descanso final en la Casa Madre en el Anger en Múnich. Fue beatificada el 17 de noviembre de 1987 por Juan Pablo II.
Carolina Gerhardinger nació en Regensburg, Stadtamhof (Ratisbona) y era hija única de un capitán de barco. Obtuvo el título de maestra de enseñanza primaria y se dedicó a la educación de la infancia de su ciudad (1816-1833).
Comenzando en 1816, Carolina, con otras dos maestras en Stadtamhof, llevaron una vida dura de penitencia estricta y fervorosa oración. Durante estos años, sus deseos de entregarse completamente a Dios en la vida religiosa creció con más fuerza. El obispo Wittmann vio en esto una señal de Dios para fundar una comunidad religiosa dedicada a la formación de las niñas y mujeres jóvenes. Él preparó a Carolina para esta fundación, pero murió en 1833 antes de que su plan se realizara. Sin embargo, Carolina, con una confianza firme en Dios y apoyada por el sacerdote Francis Sebastián Job, siguió lo que ella reconoció como la voluntad de Dios: con dos compañeras ella comenzó a vivir la vida apostólica religiosa comunitaria en Neunburg vorm Wald el 24 de octubre de 1833. Ella hizo los votos religiosos perpetuos en Regensburg el 16 de noviembre de 1835 y después de esto llevó el nombre María Teresa de Jesús; nacía así la Congregación de las Pobres Hermanas de las Escuelas de Nuestra Señora. Ella veía su congregación como la obra de Dios, basándola en la Eucaristía, arraigada en la pobreza y dedicada a María.
Ante la invitación del Rey Luis I, Madre Teresa transfirió la Casa Madre a lo que había sido el convento de las Pobres Claras en el Anger en Múnich. Ella vio y tomó ventajas de las oportunidades de la metrópoli para la educación de sus hermanas y para la propagación de su comunidad en su país y en el extranjero. Madre Teresa reconoció que la rápida expansión mundial de la joven comunidad necesitaba un fuerte liderato. En la lucha sobre un punto en la regla el cual estipulaba un gobierno central de la congregación a través de una superiora general, la visión de Madre Teresa fue confirmada y se probó su amor y lealtad a la Iglesia. Después de una larga y dolorosa controversia con el arzobispo de Munich-Freising, ella recibió el reconocimiento papal para su congregación en 1854 y en 1865 su borrador de la regla fue aprobado por la Sede Apostólica. Así, la unidad de su congregación fue asegurada y una nueva forma de gobierno para congregaciones religiosas fue aceptada por la Iglesia.
En todos sus éxitos y en todos sus sufrimientos, Madre Teresa se mantuvo como la “Sierva del Señor”. Ella perseveró en esta actitud también en las grandes pruebas en sus últimos años, cuando las guerras en Europa y América amenazaban con dividir las familias y las naciones, y el "Kulturkampf" cerró las misiones en Prusia y Baden. En tiempos difíciles comenzó su vida; en tiempos difíciles también llegó a su fin. Madre Teresa encontró su lugar de descanso final en la Casa Madre en el Anger en Múnich. Fue beatificada el 17 de noviembre de 1987 por Juan Pablo II.
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