En Silistra, en Mesia Inferior, san Julio, mártir, que, ya veterano y licenciado de la milicia, en época de persecución de los oficiales fue apresado y entregado al gobernador Máximo, ante el cual despreció a los ídolos y confesó hasta el fin el nombre de Cristo, por lo que le condenaron a muerte.
Vivió en Mesia (Hungría) y participó como soldado en las batallas de Galerio contra los persas. Mártir en Durostoro, durante la persecución de Diocleciano.
Sus palabras ante el prefecto Máximo fueron según sus Actas: "He servido en el ejército por 26 años, y no he sido llevado al juez por deshonesto o litigante. Siete veces he estado en la guerra, y no me he quedado detrás de nadie, como no me he demostrado inferior a ninguno en la batalla. El capitán no me ha sorprendido en ningún error: ¿y ahora tú piensas que yo, después de haber sido fiel en cosas de poca importancia, pueda demostrarme infiel en estas más altas? ... Soy un veterano. Temiendo a Dios, que ha creado el cielo y la tierra, le he adorado siempre, y ahora demuestro mi sumisión a él. Soy cristiano y no puedo decirme algo distinto de aquello que soy. No ignoro los edictos que ordenan de sacrificar a los dioses, pero soy cristiano, y puedo hacer aquello que de mí se quiere. Por esto te pido, justo presidente, de hacer aquello que piensas, para la seguridad de tus reyes, y de emitir una sentencia en contra mía, de esta manera mis deseos se cumplirán. Si he merecido el sufrimiento que me espera, tendré una gloria eterna en el Cielo." Contemporáneamente a él fueron martirizados otros soldados de su legión. Sus Actas son bastante fiables.
Vivió en Mesia (Hungría) y participó como soldado en las batallas de Galerio contra los persas. Mártir en Durostoro, durante la persecución de Diocleciano.
Sus palabras ante el prefecto Máximo fueron según sus Actas: "He servido en el ejército por 26 años, y no he sido llevado al juez por deshonesto o litigante. Siete veces he estado en la guerra, y no me he quedado detrás de nadie, como no me he demostrado inferior a ninguno en la batalla. El capitán no me ha sorprendido en ningún error: ¿y ahora tú piensas que yo, después de haber sido fiel en cosas de poca importancia, pueda demostrarme infiel en estas más altas? ... Soy un veterano. Temiendo a Dios, que ha creado el cielo y la tierra, le he adorado siempre, y ahora demuestro mi sumisión a él. Soy cristiano y no puedo decirme algo distinto de aquello que soy. No ignoro los edictos que ordenan de sacrificar a los dioses, pero soy cristiano, y puedo hacer aquello que de mí se quiere. Por esto te pido, justo presidente, de hacer aquello que piensas, para la seguridad de tus reyes, y de emitir una sentencia en contra mía, de esta manera mis deseos se cumplirán. Si he merecido el sufrimiento que me espera, tendré una gloria eterna en el Cielo." Contemporáneamente a él fueron martirizados otros soldados de su legión. Sus Actas son bastante fiables.
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