En Frasne-Le-Château, Haute-Saône, beato Juan José Lataste, en el siglo Alcides Vital, religioso de la Orden de Santo Domingo, fundador de las Hermanas Dominicas de Betania.
Nació en Cadillac-sur-Garonne (Gironda, Francia). Su padre no era creyente pero no se opuso a que su mujer criara a sus hijos como buenos cristianos. Desde muy joven, se sintió llamado al sacerdocio. Después de muchas dudas, y una profunda batalla personal, en 1857 ingresó en la Orden de los dominicos.
En 1864, fue enviado a predicar un retiro llevado a cabo en la prisión de mujeres de Cadillac, donde descubrió en ellas los maravillosos efectos de la gracia, y, en algunas, una llamada real a entregarse a Dios en una vida consagrada. Es en esta prisión, antes de la Eucaristía, que recibió la inspiración de fundar una nueva familia religiosa, donde todas las hermanas, cualquiera que sea su pasado, pueden unirse en un mismo amor y una misma consagración.
Así nace en 1866, la orden de las Hermanas Dominicanas de Betania cuyo propósito es dar la bienvenida a las mujeres liberadas de prisión para que puedan convertirse en religiosas, sin distinción entre ellas y las otras hermanas.
"Hay una verdad... las más grandes pecadoras tienen dentro de sí mismas a aquel que hace a los grandes santos. ¿Quién sabe si no lo llegarán a ser algún día?"
Dos años más tarde, abrió la primera comunidad de Dominicas de Betania, bajo la protección de Santa María Magdalena.
"Sea cual sea su pasado no las consideréis más como prisioneras, sino como almas consagradas a Dios, que, al igual que ustedes, son almas religiosas".
Dos años después de esta fundación, cayó enfermo y murió. En su tumba dice: "Habiendo llegado a la perfección en poco tiempo, logró la plenitud de una larga vida". Fue beatificado el 3 de junio de 2012 por SS. Benedicto XVI.
Nació en Cadillac-sur-Garonne (Gironda, Francia). Su padre no era creyente pero no se opuso a que su mujer criara a sus hijos como buenos cristianos. Desde muy joven, se sintió llamado al sacerdocio. Después de muchas dudas, y una profunda batalla personal, en 1857 ingresó en la Orden de los dominicos.
En 1864, fue enviado a predicar un retiro llevado a cabo en la prisión de mujeres de Cadillac, donde descubrió en ellas los maravillosos efectos de la gracia, y, en algunas, una llamada real a entregarse a Dios en una vida consagrada. Es en esta prisión, antes de la Eucaristía, que recibió la inspiración de fundar una nueva familia religiosa, donde todas las hermanas, cualquiera que sea su pasado, pueden unirse en un mismo amor y una misma consagración.
Así nace en 1866, la orden de las Hermanas Dominicanas de Betania cuyo propósito es dar la bienvenida a las mujeres liberadas de prisión para que puedan convertirse en religiosas, sin distinción entre ellas y las otras hermanas.
"Hay una verdad... las más grandes pecadoras tienen dentro de sí mismas a aquel que hace a los grandes santos. ¿Quién sabe si no lo llegarán a ser algún día?"
Dos años más tarde, abrió la primera comunidad de Dominicas de Betania, bajo la protección de Santa María Magdalena.
"Sea cual sea su pasado no las consideréis más como prisioneras, sino como almas consagradas a Dios, que, al igual que ustedes, son almas religiosas".
Dos años después de esta fundación, cayó enfermo y murió. En su tumba dice: "Habiendo llegado a la perfección en poco tiempo, logró la plenitud de una larga vida". Fue beatificado el 3 de junio de 2012 por SS. Benedicto XVI.
No hay comentarios:
Publicar un comentario