Solemnidad de la Inmaculada Concepción de Santa María Virgen, que verdaderamente llena de gracia y bendita entre las mujeres, en vista del nacimiento y de la muerte salvífica del Hijo de Dios, fue desde el primer momento de su concepción, por singular privilegio de Dios, preservada inmune de toda mancha de culpa original, como solemnemente definió el papa Pío IX, sobre la base de una doctrina de antigua tradición, como dogma de fe, propio en el día de hoy.
La Inmaculada Concepción, es el privilegio especial conque Dios la preservó del pecado original desde el primer instante de su concepción. Esta solemnidad parece que la trajeron los cruzados ingleses de Oriente hacia el siglo XI, con la fiesta de la concepción de Santa Ana; se desarrolló en el continente en el siglo XII, cuando fue acogida por los franciscanos, especialmente tras la aportación teológica del beato Duns Scoto (1263).
La fiesta se consignaba a nivel universal como "La concepción de santa Ana, madre de la Theotokos". En 1844, después de la definición del dogma por parte de Pío IX, la fiesta se le añadió al título primitivo de "Concepción" el atributo de "Inmaculada".
Esta festividad tiene en la Iglesia una orientación histórica-salvífica, más que una acentuación moralista. La oración de San Anselmo nos inspira el tono autentico: "¡Oh Virgen bendita, bendita por encima de todo, por tu bendición queda bendita toda criatura, no sólo la creación por el Creador, sino también el Creador por la criatura!".
La bula “Ineffabilis Deus” del papa Pío IX decía: "La doctrina que afirma que la Virgen, en el primer instante de su concepción, fue preservada inmune de toda mancha de pecado de origen por una singularísima gracia y privilegio de la omnipotencia divina y en atención a los méritos del Redentor del género humano, es doctrina revelada y ha de ser así creída por los cristianos". Patrona de España.
La Inmaculada Concepción, es el privilegio especial conque Dios la preservó del pecado original desde el primer instante de su concepción. Esta solemnidad parece que la trajeron los cruzados ingleses de Oriente hacia el siglo XI, con la fiesta de la concepción de Santa Ana; se desarrolló en el continente en el siglo XII, cuando fue acogida por los franciscanos, especialmente tras la aportación teológica del beato Duns Scoto (1263).
La fiesta se consignaba a nivel universal como "La concepción de santa Ana, madre de la Theotokos". En 1844, después de la definición del dogma por parte de Pío IX, la fiesta se le añadió al título primitivo de "Concepción" el atributo de "Inmaculada".
Esta festividad tiene en la Iglesia una orientación histórica-salvífica, más que una acentuación moralista. La oración de San Anselmo nos inspira el tono autentico: "¡Oh Virgen bendita, bendita por encima de todo, por tu bendición queda bendita toda criatura, no sólo la creación por el Creador, sino también el Creador por la criatura!".
La bula “Ineffabilis Deus” del papa Pío IX decía: "La doctrina que afirma que la Virgen, en el primer instante de su concepción, fue preservada inmune de toda mancha de pecado de origen por una singularísima gracia y privilegio de la omnipotencia divina y en atención a los méritos del Redentor del género humano, es doctrina revelada y ha de ser así creída por los cristianos". Patrona de España.
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