En la ciudad de Guiyang, en la provincia de Guizhou, en China, san Pedro Liu Wenyuan, mártir y catequista, que fue estrangulado a causa del nombre de Cristo.
Nació en Kong-Tcheu, China, en el seno de una familia pagana. Llegado a la juventud contrajo matrimonio del cual nacieron varios hijos. Convertido en su juventud por un amigo, se bautizó a pesar de la oposición de su familia y tomó el nombre de Pedro. Fue catequista.
Fue arrestado y llevado a Pekín, donde le esperaba la muerte por ser cristiano, pero unos amigos consiguieron liberarlo. Nuevamente en el 1814, fue detenido de nuevo y exiliado a Mongolia entre los tártaros; fue vendido como esclavo a un tártaro que durante diez años le hizo pasar una dura esclavitud. Cuando enfermó, volvieron a liberarlo sus amigos y pudo regresar a su casa en el 1827, donde pudo vivir normalmente con su mujer y sus dos hijos.
Pudo pasar diez años de vida normal con su mujer y sus hijos, pero en 1834 le llegó de nuevo la hora de la prueba. Un hijo suyo y su nuera, fervorosos cristianos también, junto con otros fieles, se habían negado a que a un amigo muerto, que había sido cristiano, se le hicieran funerales paganos. Como consecuencia de esta negativa habían ido a la cárcel Kouy-Yang. Allí fue Pedro a visitarles y atenderles y cuando llegó para ellos la sentencia de destierro, Pedro pidió licencia para acompañarles. Entonces fue él mismo acusado de cristiano y arrestado. Llevado ante el tribunal, confesó su fe y fue condenado a la pena de estrangulamiento, que se cumplió en su pueblo de Kong-Tcheu, el 17 de mayo de 1834. Fue canonizado con 103 mártires de China el 1 de octubre de 2000 por el papa Juan Pablo II.
Nació en Kong-Tcheu, China, en el seno de una familia pagana. Llegado a la juventud contrajo matrimonio del cual nacieron varios hijos. Convertido en su juventud por un amigo, se bautizó a pesar de la oposición de su familia y tomó el nombre de Pedro. Fue catequista.
Fue arrestado y llevado a Pekín, donde le esperaba la muerte por ser cristiano, pero unos amigos consiguieron liberarlo. Nuevamente en el 1814, fue detenido de nuevo y exiliado a Mongolia entre los tártaros; fue vendido como esclavo a un tártaro que durante diez años le hizo pasar una dura esclavitud. Cuando enfermó, volvieron a liberarlo sus amigos y pudo regresar a su casa en el 1827, donde pudo vivir normalmente con su mujer y sus dos hijos.
Pudo pasar diez años de vida normal con su mujer y sus hijos, pero en 1834 le llegó de nuevo la hora de la prueba. Un hijo suyo y su nuera, fervorosos cristianos también, junto con otros fieles, se habían negado a que a un amigo muerto, que había sido cristiano, se le hicieran funerales paganos. Como consecuencia de esta negativa habían ido a la cárcel Kouy-Yang. Allí fue Pedro a visitarles y atenderles y cuando llegó para ellos la sentencia de destierro, Pedro pidió licencia para acompañarles. Entonces fue él mismo acusado de cristiano y arrestado. Llevado ante el tribunal, confesó su fe y fue condenado a la pena de estrangulamiento, que se cumplió en su pueblo de Kong-Tcheu, el 17 de mayo de 1834. Fue canonizado con 103 mártires de China el 1 de octubre de 2000 por el papa Juan Pablo II.
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