La familia Ledóchowski, en la que nace María Teresa el 29.04.1863 en Loosdorf, Austria, era noble y rica en la fe. Fue una joven brillante y dotada de talentos artísticos. A pesar de recibir una profunda formación humana y religiosa, la joven amaba las diversiones mundanas, y deseando hacerse célebre, se complacía en los aplausos.
Una serie de acontecimientos dolorosos llevó a la joven condesa a una nueva visión de la realidad. A los 16 años tuvo la experiencia del primer amor juvenil no correspondido, que la dejó un vacío en el corazón A los 22 años María Teresa se enfermó de viruela, y debido al contagio falleció su querido padre. Madurada por el sufrimiento, hizo un gran giro hacia Dios.
En el 1885 asume un compromiso en la corte de la Gran Duquesa Alicia de Toscana en Salzburgo. Entre tantas exigencias y deberes, la dama de corte continuó viviendo una profunda vida espiritual, que justamente aquí imprime un nuevo dinamismo. Los encuentros con las Misioneras le abrieron horizontes misio-neros, y las palabras del Cardenal Lavigerie la invitaron a colaborar con la obra antiesclavista: … Quien ha recibido de Dios el talento de escritora, lo ponga al servicio de esta causa. No encontrareis ciertamente una más santa.
Desde aquel momento, María Teresa dedicó su talento literario a erradicar la esclavitud y promocionar y ayudar las misiones. Comenzó publicando la revista “Eco de África“ escribiendo artículos para suscitar así un gran interés por el movimiento antiesclavista y misionero. No pudiendo dedicar el tiempo suficiente a esta noble causa, abandona el servicio de la corte en 1891 y busca colaboradoras para la obra que acaba de empezar.
Con el fin de asegurar la continuación de la Obra, fundó el 29 abril 1894 con la aprobación del Papa León XIII, la Asociación de San Pedro Claver, la cual, 3 años después se convirtió en una Congregación Religiosa.
La actividad misionera de María Teresa Ledóchowska tuvo un carácter moderno y sorprendente para aquellos tiempos. La Fundadora comprendió la importancia de los mass-media, dió conferencias, organizó congresos, inauguró imprentas, trató de unir a todos los laicos para cooperar en la misión de la Iglesia.
“La finalidad de mi vida y la de la Sociedad a la cual pertenezco es la de extender cada vez más el interés de las misiones y de grabarlo con fuerza en el corazón de todos”.
La Obra Misionera de María Teresa se propagó y fue apreciada por muchos Obispos y misioneros. El 6 de Julio 1922 en Roma, agotada por las tareas apostólicas entró en la eternidad, donde esperaba encontrar las almas por las que había dedicado su vida. Madre de África es el titulo con el que pasó a la historia. Fue beatificada el 19.X.1975, jornada mundial de las misiones.
Historia de Hermanas Misioneras de San Pedro Claver
En la segunda mitad del siglo XIX, la Iglesia se encontraba frente a dos grandes desafíos: La trata de esclavos y la evangelización del África. Eran tiempos en los cuales lo mejor de la Europa cristiana se preocupaba de llevar a África el mensaje del Evangelio.
María Teresa Ledóchowska, joven dama de la Corte de Salzburgo (Austria), supo asumir estos desafíos. Entusiasmada por las palabras del gran apóstol de África, el Cardenal Lavigérie, que en aquel momento exhortaba a todos, particularmente a las Damas de Europa a comprometerse y a trabajar en contra de la terrible plaga de la esclavitud; María Teresa respondió radicalmente. Consciente de su talento literario inició la publicación de la revista “Eco de África“ y otros numerosos escritos. Convencida del dinamismo y la inmensidad del compromiso emprendido, deja la Corte.
Movida por el Espíritu Santo, redactó los estatutos para una piadosa asociación de laicos llamada “Sodalicio de San Pedro Claver“, aprobados por el Papa León XIII el 29 abril 1894.
Con genial intuición, María Teresa comprendió la necesidad de apoyar a los misioneros “ad gentes“.
Recordando tiempos pasados, vemos que María Teresa se convierte en pionera de la animación misionera sensibilizando por medio de la palabra y de la prensa, a miles de bautizados en el deber de cooperar en la obra evangelizadora de la Iglesia. De este modo procuró a los misioneros los medios necesarios: oraciones, vocaciones, libros, ayudas financieras, etc.
En breve tiempo, el Sodalizio con su primera sede en María Sorg cerca de Salzburgo, se convirtió en una Congregación Religiosa. El Card. Haller, Arzobispo de Salzburgo, aprobó las primeras Constituciones el 17 de abril 1897. En sus manos, María Teresa, junto a la primera compañera Melania d’Ernst, pronunciaron la profesión religiosa.
Durante la vida de la Fundadora, la Obra se extendió por la mayor parte de los países europeos.
Se instalaron las imprentas donde se imprimían, además de las revistas y opúsculos de animación misionera numerosos libros en varias lenguas africanas. Las ediciones del Eco de África en 9 idiomas, alcanzaron miles de copias. Para informar sobre la realidad de las misiones africanas se realizaron museos etnográficos. Además, fueron emprendidas varias iniciativas para suscitar la cooperación misionera, como son: la Unión de Misas, el Pan de San Antonio, las Cruzadas de oraciones, el comercio de productos africanos, las fiestas de beneficencia , obras teatrales, etc.
La Fundadora agotada por el trabajo en beneficio de las misiones, se durmió en la Paz del Señor, en la casa General de Roma el 6 de Julio de 1922. Después de su muerte la Congregación se extendió por todos los continentes. En 1928 en América; en 1929 en Australia; en 1955 en África, y en 1972 en Asia (India).
Una serie de acontecimientos dolorosos llevó a la joven condesa a una nueva visión de la realidad. A los 16 años tuvo la experiencia del primer amor juvenil no correspondido, que la dejó un vacío en el corazón A los 22 años María Teresa se enfermó de viruela, y debido al contagio falleció su querido padre. Madurada por el sufrimiento, hizo un gran giro hacia Dios.
En el 1885 asume un compromiso en la corte de la Gran Duquesa Alicia de Toscana en Salzburgo. Entre tantas exigencias y deberes, la dama de corte continuó viviendo una profunda vida espiritual, que justamente aquí imprime un nuevo dinamismo. Los encuentros con las Misioneras le abrieron horizontes misio-neros, y las palabras del Cardenal Lavigerie la invitaron a colaborar con la obra antiesclavista: … Quien ha recibido de Dios el talento de escritora, lo ponga al servicio de esta causa. No encontrareis ciertamente una más santa.
Desde aquel momento, María Teresa dedicó su talento literario a erradicar la esclavitud y promocionar y ayudar las misiones. Comenzó publicando la revista “Eco de África“ escribiendo artículos para suscitar así un gran interés por el movimiento antiesclavista y misionero. No pudiendo dedicar el tiempo suficiente a esta noble causa, abandona el servicio de la corte en 1891 y busca colaboradoras para la obra que acaba de empezar.
Con el fin de asegurar la continuación de la Obra, fundó el 29 abril 1894 con la aprobación del Papa León XIII, la Asociación de San Pedro Claver, la cual, 3 años después se convirtió en una Congregación Religiosa.
La actividad misionera de María Teresa Ledóchowska tuvo un carácter moderno y sorprendente para aquellos tiempos. La Fundadora comprendió la importancia de los mass-media, dió conferencias, organizó congresos, inauguró imprentas, trató de unir a todos los laicos para cooperar en la misión de la Iglesia.
“La finalidad de mi vida y la de la Sociedad a la cual pertenezco es la de extender cada vez más el interés de las misiones y de grabarlo con fuerza en el corazón de todos”.
La Obra Misionera de María Teresa se propagó y fue apreciada por muchos Obispos y misioneros. El 6 de Julio 1922 en Roma, agotada por las tareas apostólicas entró en la eternidad, donde esperaba encontrar las almas por las que había dedicado su vida. Madre de África es el titulo con el que pasó a la historia. Fue beatificada el 19.X.1975, jornada mundial de las misiones.
Historia de Hermanas Misioneras de San Pedro Claver
En la segunda mitad del siglo XIX, la Iglesia se encontraba frente a dos grandes desafíos: La trata de esclavos y la evangelización del África. Eran tiempos en los cuales lo mejor de la Europa cristiana se preocupaba de llevar a África el mensaje del Evangelio.
María Teresa Ledóchowska, joven dama de la Corte de Salzburgo (Austria), supo asumir estos desafíos. Entusiasmada por las palabras del gran apóstol de África, el Cardenal Lavigérie, que en aquel momento exhortaba a todos, particularmente a las Damas de Europa a comprometerse y a trabajar en contra de la terrible plaga de la esclavitud; María Teresa respondió radicalmente. Consciente de su talento literario inició la publicación de la revista “Eco de África“ y otros numerosos escritos. Convencida del dinamismo y la inmensidad del compromiso emprendido, deja la Corte.
Movida por el Espíritu Santo, redactó los estatutos para una piadosa asociación de laicos llamada “Sodalicio de San Pedro Claver“, aprobados por el Papa León XIII el 29 abril 1894.
Con genial intuición, María Teresa comprendió la necesidad de apoyar a los misioneros “ad gentes“.
Recordando tiempos pasados, vemos que María Teresa se convierte en pionera de la animación misionera sensibilizando por medio de la palabra y de la prensa, a miles de bautizados en el deber de cooperar en la obra evangelizadora de la Iglesia. De este modo procuró a los misioneros los medios necesarios: oraciones, vocaciones, libros, ayudas financieras, etc.
En breve tiempo, el Sodalizio con su primera sede en María Sorg cerca de Salzburgo, se convirtió en una Congregación Religiosa. El Card. Haller, Arzobispo de Salzburgo, aprobó las primeras Constituciones el 17 de abril 1897. En sus manos, María Teresa, junto a la primera compañera Melania d’Ernst, pronunciaron la profesión religiosa.
Durante la vida de la Fundadora, la Obra se extendió por la mayor parte de los países europeos.
Se instalaron las imprentas donde se imprimían, además de las revistas y opúsculos de animación misionera numerosos libros en varias lenguas africanas. Las ediciones del Eco de África en 9 idiomas, alcanzaron miles de copias. Para informar sobre la realidad de las misiones africanas se realizaron museos etnográficos. Además, fueron emprendidas varias iniciativas para suscitar la cooperación misionera, como son: la Unión de Misas, el Pan de San Antonio, las Cruzadas de oraciones, el comercio de productos africanos, las fiestas de beneficencia , obras teatrales, etc.
La Fundadora agotada por el trabajo en beneficio de las misiones, se durmió en la Paz del Señor, en la casa General de Roma el 6 de Julio de 1922. Después de su muerte la Congregación se extendió por todos los continentes. En 1928 en América; en 1929 en Australia; en 1955 en África, y en 1972 en Asia (India).
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