La esperanza es un arma que no debemos dejar de la mano; trabaja allí donde no parece haber remedio. Un proverbio dice que hay en el mundo diez cosas más fuertes la una que la otra, y en relación ascendente. Son estas:
Lo más fuerte serían las montañas; pero el hierro es más fuerte, porque deshace las montañas.
El fuego es más fuerte, porque funde el hierro.
El agua vence al fuego, porque lo apaga.
Las nubes desafían al agua, porque se apoderan de ella.
El viento se ríe de las nubes, porque las disipa.
El hombre camina contra el viento y lo vence.
El vino aturde al hombre a pesar de su inteligencia.
El sueño es más fuerte que el vino, porque hace desaparecer sus efectos.
Pero la tristeza ahuyenta el sueño e impide conciliarlo.
Mas la esperanza en Dios vence la tristeza y por eso es lo más fuerte de todo.
Lo más fuerte serían las montañas; pero el hierro es más fuerte, porque deshace las montañas.
El fuego es más fuerte, porque funde el hierro.
El agua vence al fuego, porque lo apaga.
Las nubes desafían al agua, porque se apoderan de ella.
El viento se ríe de las nubes, porque las disipa.
El hombre camina contra el viento y lo vence.
El vino aturde al hombre a pesar de su inteligencia.
El sueño es más fuerte que el vino, porque hace desaparecer sus efectos.
Pero la tristeza ahuyenta el sueño e impide conciliarlo.
Mas la esperanza en Dios vence la tristeza y por eso es lo más fuerte de todo.
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