En Como, en la provincia de Liguria, san Abundio, obispo, que enviado a Constantinopla por san León Magno, defendió allí con celo la fe ortodoxa.
Natural de Tesalónica. No se sabe cómo llegó a Como, pero fue amigo y discípulo de san Amancio, obispo de la ciudad, que lo ordenó presbítero, lo consagró como obispo y lo nombró como su sucesor (450-469) como cuarto obispo de Como. Fue un obispo activo y firme que terminó con el paganismo de la ribera del lago y dio a su diócesis una comunidad religiosa de gran importancia y con gran vitalidad de fe.
Debió gozar de mucha fama como hombre sabio y prudente, ya que el papa san León I Magno le encargo una delicada misión ante el emperador Teodosio el Joven: debía terminar con la doctrina de Anatolio, patriarca de Constantinopla, de quién se quería que el Papa confirmase la elección, pero que había abrazado la doctrina de Eutiques. San León Magno mandó una delegación a Constantinopla, encabezada por Abundio y compuesta por el obispo Eterio de Capua y por los presbíteros san Senador de Milán y Basilio de Nápoles. Les confió tres cartas, fechadas el 16 de abril del 450, una para el emperador Teodosio II, otra para la emperatriz Pulqueria y la última para Anatolio. En ellas se pedía que Anatolio abrazara la fe antimonofisita y que se convocara un nuevo concilio para desaprobar la actuación del famoso “latrocinio” de Éfeso. Murió ese año el emperador Teodosio y fue elegido Marciano, que abrió las puertas a la propuesta del Papa. Abundio regresó a Roma.
El Papa confió a Abundio y a san Senador otro encargo ante el obispo de Milán, san Eusebio. León invitó al obispo a convocar un concilio para tomar posición teológica ante las herejías. En el 451 se reunió un concilio en Milán, con la participación de Abundio, donde se confirmó la profesión de fe de León Magno. En Calcedonia se convocó el Concilio Ecuménico del 451, donde fue aprobada la importantísima carta dogmática del Pontífice que condenaba las herejías nestorianas y eutiquianas. La acción de Abundio y compañeros pudo considerarse cumplida. Se une a su vida la fama de taumaturgo, ya que le fueron atribuidos muchos milagros, entre ellos la resurrección del hijo de una familia. Según la leyenda murió mártir: herido por una lanza, luego habría sido decapitado.
Su festividad se celebró hasta el siglo XVII el 2 de Abril, pero para que su memoria litúrgica no coincidiera con la Pascua, la celebración se trasladó el 31 de Agosto. Patrón de la ciudad y diócesis de Como.
Natural de Tesalónica. No se sabe cómo llegó a Como, pero fue amigo y discípulo de san Amancio, obispo de la ciudad, que lo ordenó presbítero, lo consagró como obispo y lo nombró como su sucesor (450-469) como cuarto obispo de Como. Fue un obispo activo y firme que terminó con el paganismo de la ribera del lago y dio a su diócesis una comunidad religiosa de gran importancia y con gran vitalidad de fe.
Debió gozar de mucha fama como hombre sabio y prudente, ya que el papa san León I Magno le encargo una delicada misión ante el emperador Teodosio el Joven: debía terminar con la doctrina de Anatolio, patriarca de Constantinopla, de quién se quería que el Papa confirmase la elección, pero que había abrazado la doctrina de Eutiques. San León Magno mandó una delegación a Constantinopla, encabezada por Abundio y compuesta por el obispo Eterio de Capua y por los presbíteros san Senador de Milán y Basilio de Nápoles. Les confió tres cartas, fechadas el 16 de abril del 450, una para el emperador Teodosio II, otra para la emperatriz Pulqueria y la última para Anatolio. En ellas se pedía que Anatolio abrazara la fe antimonofisita y que se convocara un nuevo concilio para desaprobar la actuación del famoso “latrocinio” de Éfeso. Murió ese año el emperador Teodosio y fue elegido Marciano, que abrió las puertas a la propuesta del Papa. Abundio regresó a Roma.
El Papa confió a Abundio y a san Senador otro encargo ante el obispo de Milán, san Eusebio. León invitó al obispo a convocar un concilio para tomar posición teológica ante las herejías. En el 451 se reunió un concilio en Milán, con la participación de Abundio, donde se confirmó la profesión de fe de León Magno. En Calcedonia se convocó el Concilio Ecuménico del 451, donde fue aprobada la importantísima carta dogmática del Pontífice que condenaba las herejías nestorianas y eutiquianas. La acción de Abundio y compañeros pudo considerarse cumplida. Se une a su vida la fama de taumaturgo, ya que le fueron atribuidos muchos milagros, entre ellos la resurrección del hijo de una familia. Según la leyenda murió mártir: herido por una lanza, luego habría sido decapitado.
Su festividad se celebró hasta el siglo XVII el 2 de Abril, pero para que su memoria litúrgica no coincidiera con la Pascua, la celebración se trasladó el 31 de Agosto. Patrón de la ciudad y diócesis de Como.
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