En Aviñón, en Francia, san Benito, joven pastor, que siendo adolescente se trasladó a esta ciudad y gracias a él, con la ayuda de Dios, se construyó un puente sobre el Ródano, muy útil para los ciudadanos.
Juan, hijo de Benito, llamado en provenzal Bénézet, nació probablemente en la región de Vivarais, en Hermillón, donde comenzó como pastor de ovejas. Su nombre está asociado a la construcción del puente de Aviñón. Según la leyenda, el pastorcillo habría visto aparecer a un ángel vestido de peregrino, que le ordenó construir un puente sobre el Ródano. Se presentó al obispo de Aviñón que lo tomó por un impostor. Pero consiguió convencerle de su condición levantando por encima de los hombros una piedra que 30 hombres juntos no habían podido mover, y sólo la llevó hasta la orilla del río, mientras gritaba: “Aquí tenéis para los cimientos”.
Además de esta construcción, se ocupó en obras de piedad y caridad. En realidad en ese sitio de los cimientos estaban los de un antiguo puente de la época galorromana. Fundó los Hermanos Pontoneros que le ayudaron a construir el puente. Su existencia es histórica. Murió en Aviñón.
El puente, si bien destruido y reconstruido varias veces (por tanto ya no es el construido directamente por el santo) existe todavía, aunque en desuso, y es patrimonio de la humanidad desde 1995. Su nombre propio es, precisamente, Puente de San Bénézet. El Martirologio Romano actual, aunque lo denomina santo, le da categoría de culto local (es decir, de beato). Su culto fue confirmado en 1212.
Juan, hijo de Benito, llamado en provenzal Bénézet, nació probablemente en la región de Vivarais, en Hermillón, donde comenzó como pastor de ovejas. Su nombre está asociado a la construcción del puente de Aviñón. Según la leyenda, el pastorcillo habría visto aparecer a un ángel vestido de peregrino, que le ordenó construir un puente sobre el Ródano. Se presentó al obispo de Aviñón que lo tomó por un impostor. Pero consiguió convencerle de su condición levantando por encima de los hombros una piedra que 30 hombres juntos no habían podido mover, y sólo la llevó hasta la orilla del río, mientras gritaba: “Aquí tenéis para los cimientos”.
Además de esta construcción, se ocupó en obras de piedad y caridad. En realidad en ese sitio de los cimientos estaban los de un antiguo puente de la época galorromana. Fundó los Hermanos Pontoneros que le ayudaron a construir el puente. Su existencia es histórica. Murió en Aviñón.
El puente, si bien destruido y reconstruido varias veces (por tanto ya no es el construido directamente por el santo) existe todavía, aunque en desuso, y es patrimonio de la humanidad desde 1995. Su nombre propio es, precisamente, Puente de San Bénézet. El Martirologio Romano actual, aunque lo denomina santo, le da categoría de culto local (es decir, de beato). Su culto fue confirmado en 1212.
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