En Baependi, Minas Gerais (Brasil), beata Francisca de Paula de Jesús, llamada popularmente «Nhá Chica», que vivió en su estado laical una consagración completa al Señor.
Francisca de Paula de Jesús, conocida como “Nha Chica” o “Santinha de Baependi”, es la primera mujer brasileña negra en haber sido elevada a los altares como beata.
Nació en la aldea de Santo Antônio do Rio das Mortes Pequeno, uno de los cinco distritos de São João del-Rei, un municipio del estado brasileño de Minas Gerais, donde también fue bautizada. Poco después su familia se trasladó a la ciudad de Baependi en el sur de este estado. Hija y nieta de esclavos, Francisca Paula de Jesús, negra, a los diez años quedó huérfana de madre y se crio con su hermano quien al morir le dejó de herencia una fortuna que distribuyó a los pobres. Nha Chica no leía la Biblia por ser analfabeta pero diariamente sabía aplicar qué amor al prójimo. Dedicó toda su vida haciendo el bien, y siempre vivió en libertad, nunca fue esclava.
A pesar de que nunca perteneció a una organización religiosa era considerada "la madre de los pobres", era respetada por todos los que la conocieron, desde las personas más humildes hasta los hombres más poderosos de su tiempo, “sirviendo a las personas, especialmente en la noble tarea de escuchar y aconsejar”,
Nunca se casó pues decidió dedicarse por completo al Señor. Siendo analfabeta, gozaba cuando alguien le leía las Sagradas Escrituras. Nhá Chica también rechazó varias propuestas de casamiento para dedicarse a los demás. En vida ya era tratada como santa, daba consejos y oraba por quien se lo pidiese.
Una de las cosas que se destaca en vida es la novena que compuso a Nuestra Señora de la Concepción, de quien era devota. Asimismo, en honor a ella, construyó al lado de su casa una pequeña iglesia donde veneraba una imagen de esta advocación mariana y ante la cual oraba piadosamente por todas las personas que se le encomendaban. Durante 30 años, fue reuniendo donaciones para construir la capilla de Nossa Senhora da Conceição, donde hoy es el Santuario de la Inmaculada Concepción, en la ciudad de Baependi
En 1954 esta iglesia fue confiada a la Congregación de las Hermanas Franciscanas del Señor. Actualmente al lado del templo se lleva a cabo una obra de asistencia para los niños necesitados que es mantenida por los devotos de Nhá Chica.
Finalmente, luego de una vida dedicada a la oración y al servicio a los más necesitados, Nhá Chica falleció y desde entonces las personas piden su intercesión para ser curados de enfermedades. Fue beatificada el 4 de mayo de 2013 durante el pontificado de Francisco, pero promulgó su decreto de beatificación el papa Benedicto XVI.
Francisca de Paula de Jesús, conocida como “Nha Chica” o “Santinha de Baependi”, es la primera mujer brasileña negra en haber sido elevada a los altares como beata.
Nació en la aldea de Santo Antônio do Rio das Mortes Pequeno, uno de los cinco distritos de São João del-Rei, un municipio del estado brasileño de Minas Gerais, donde también fue bautizada. Poco después su familia se trasladó a la ciudad de Baependi en el sur de este estado. Hija y nieta de esclavos, Francisca Paula de Jesús, negra, a los diez años quedó huérfana de madre y se crio con su hermano quien al morir le dejó de herencia una fortuna que distribuyó a los pobres. Nha Chica no leía la Biblia por ser analfabeta pero diariamente sabía aplicar qué amor al prójimo. Dedicó toda su vida haciendo el bien, y siempre vivió en libertad, nunca fue esclava.
A pesar de que nunca perteneció a una organización religiosa era considerada "la madre de los pobres", era respetada por todos los que la conocieron, desde las personas más humildes hasta los hombres más poderosos de su tiempo, “sirviendo a las personas, especialmente en la noble tarea de escuchar y aconsejar”,
Nunca se casó pues decidió dedicarse por completo al Señor. Siendo analfabeta, gozaba cuando alguien le leía las Sagradas Escrituras. Nhá Chica también rechazó varias propuestas de casamiento para dedicarse a los demás. En vida ya era tratada como santa, daba consejos y oraba por quien se lo pidiese.
Una de las cosas que se destaca en vida es la novena que compuso a Nuestra Señora de la Concepción, de quien era devota. Asimismo, en honor a ella, construyó al lado de su casa una pequeña iglesia donde veneraba una imagen de esta advocación mariana y ante la cual oraba piadosamente por todas las personas que se le encomendaban. Durante 30 años, fue reuniendo donaciones para construir la capilla de Nossa Senhora da Conceição, donde hoy es el Santuario de la Inmaculada Concepción, en la ciudad de Baependi
En 1954 esta iglesia fue confiada a la Congregación de las Hermanas Franciscanas del Señor. Actualmente al lado del templo se lleva a cabo una obra de asistencia para los niños necesitados que es mantenida por los devotos de Nhá Chica.
Finalmente, luego de una vida dedicada a la oración y al servicio a los más necesitados, Nhá Chica falleció y desde entonces las personas piden su intercesión para ser curados de enfermedades. Fue beatificada el 4 de mayo de 2013 durante el pontificado de Francisco, pero promulgó su decreto de beatificación el papa Benedicto XVI.
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